La violencia física, psicológica, sexual, simbólica y económica perpetrada por la pareja actual o una ex pareja es la forma más común de violencia que sufren las mujeres en todo el mundo. Las medidas de acción positiva adoptadas por los Estados tienden a sancionar dichas conductas, pero aún no presentan gran eficacia para cumplir con el objetivo de prevenir y erradicar la violencia contra la mujer.
Una nueva investigación encuentra que las mujeres que pasaron gran parte de su infancia viviendo en vecindarios pobres corren un mayor riesgo de sufrir violencia de pareja en la edad adulta temprana (Yakubovich, Heron, Feder, Fraser, & Humphreys, 2019).
“Para desarrollar estrategias de prevención más efectivas, necesitamos una mejor comprensión de las causas de esta violencia en primera instancia. Nuestro estudio respalda la idea de que factores más allá de las personas son importantes para determinar el riesgo de las mujeres de experimentar violencia en la pareja,” dijo la Dra. Alexa Yakubovich, de la Universidad de Oxford y Unity Health Toronto.
Su equipo de investigación evaluó los datos del estudio “Children of the 90s,”, que siguió a los participantes desde el nacimiento e incluyó sus experiencias de violencia de pareja entre las edades de 18 a 21. Los investigadores evaluaron el nivel de privación en los vecindarios de las mujeres durante los primeros 18 años de sus vidas.
“El estudio Children of the 90s fue uno de los primeros en medir la exposición a la violencia de la pareja íntima junto con una amplia gama de factores individuales, familiares, sociales y económicos, a lo largo del tiempo,” dijo el coautor Profesor Gene Feder.
Los resultados muestran que las mujeres que habían vivido en los barrios más desfavorecidos durante más tiempo en su infancia tenían un 36% más de probabilidades de experimentar violencia en la pareja entre los 18 y los 21 años.
También experimentaron esta violencia con mayor frecuencia que aquellos que pasaron menos o ningún tiempo viviendo en vecindarios más desfavorecidos.
“Esta investigación se suma a la evidencia de que la desigualdad económica y la privación , incluso a nivel de vecindario, aumentan el riesgo de que una mujer experimente abuso. La reducción de la violencia de la pareja íntima requiere una reducción de la desigualdad económica y de género, además de apoyar a los sobrevivientes y sus familias,” dijo Feder.
En general, los vecindarios con menos recursos sociales y económicos tienen tasas más altas de formas públicas de violencia, como el robo y el vandalismo.
Referencia bibliográfica:
Yakubovich, A. R., Heron, J., Feder, G., Fraser, A., & Humphreys, D. K. (2019). Long-term exposure to neighborhood deprivation and intimate partner violence among women: a UK birth-cohort study. Epidemiology . https://doi.org/10.1097/EDE.0000000000001144
Fuente: Psychcentral