Niveles más bajos de receptores de oxitocina están asociados con errores más frecuentes en la sobremetalización, una tendencia a atribuir erróneamente estados mentales complejos a otros, entre pacientes con trastorno límite de la personalidad, según una nueva investigación publicada en la revista Acta Psychiatrica Scandinavica. Este descubrimiento arroja nueva luz sobre la relación entre el sistema de oxitocina y los procesos cognitivos que sustentan la interacción social en el trastorno límite de la personalidad.
El trastorno límite de la personalidad es una condición marcada por una intensa turbulencia emocional y acciones impulsivas. Los pacientes a menudo luchan con un profundo temor al abandono y encuentran difícil mantener relaciones estables y satisfactorias. Con su miríada de síntomas derivados de una variedad de cambios biológicos, la complejidad del trastorno dificulta la identificación de tratamientos efectivos. Por lo tanto, la búsqueda de identificar marcadores biológicos que puedan conducir a terapias personalizadas se ha vuelto cada vez más importante.
La oxitocina, un pequeño péptido producido en el cerebro, es reconocida por sus roles en el parto y la lactancia, pero también tiene un impacto significativo en el comportamiento social y las respuestas emocionales. Al unirse a sus receptores, que se encuentran dispersos por todo el cerebro y los tejidos periféricos, la oxitocina influye en una variedad de procesos sociales y psicológicos. Dada su posible relación con síntomas clave como la inestabilidad emocional y la hipersensibilidad al rechazo, los investigadores buscaron explorar el papel de la oxitocina en el contexto del trastorno límite de la personalidad.
“El trastorno límite de la personalidad es un trastorno mental grave que conlleva niveles significativos de sufrimiento y pérdida de calidad de vida para quienes lo padecen, así como importantes demandas para el sistema nacional de salud”, dijo la autora del estudio, Alejandra Gálvez-Merlín, investigadora y profesora en la Universidad Complutense de Madrid.
“Por esta razón, el progreso en un mejor enfoque para esta patología es un desafío de salud prioritario. Estudios recientes sugieren un deterioro en la cognición social en este grupo de pacientes, lo que nos lleva a buscar marcadores biológicos que puedan proporcionar más evidencia de estos deterioros y aumentar el conocimiento de las características fenotípicas y endofenotípicas de las personas con trastorno límite de la personalidad, con el objetivo de desarrollar enfoques de tratamiento más específicos y personalizados”.
El estudio incluyó a 33 pacientes adultos que habían sido diagnosticados formalmente con trastorno límite de la personalidad según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-V). Estos individuos exhibieron un grado de gravedad del trastorno de moderado a grave y un nivel moderado de disfuncionalidad. El reclutamiento se llevó a cabo en la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos en Madrid, España.
Para evaluar la cognición social de los participantes, específicamente sus habilidades de Teoría de la Mente, los investigadores emplearon la Película para la Evaluación de la Cognición Social (MASC, por sus siglas en inglés). La MASC está diseñada para imitar interacciones sociales de la vida real, ofreciendo una evaluación dinámica y ecológicamente válida de cómo los individuos perciben e interpretan la información social.
La evaluación presenta a los participantes escenarios sociales a través de un formato de película y luego evalúa su capacidad para inferir correctamente los estados mentales de los personajes involucrados. Este proceso permite la identificación de errores de sobremetalización (atribución excesiva de estados mentales), submentalización (atribución insuficiente de estados mentales) y ausencia de mentalización (atribución de causalidad física a situaciones sociales).
Concomitantemente con la evaluación de la Teoría de la Mente, se recogieron muestras de sangre de cada participante para medir los niveles de oxitocina plasmática y la expresión de proteínas de los receptores de oxitocina.
Los investigadores encontraron una relación inversa significativa entre los niveles de receptores de oxitocina y los errores de sobremetalización. En otras palabras, los pacientes con niveles más bajos de receptores de oxitocina tendían a cometer más errores de sobremetalización.
“Los deterioros en la cognición social en personas con trastorno límite de la personalidad parecen estar relacionados con alteraciones en el sistema de oxitocina”, dijo Gálvez-Merlín. “La oxitocina es un neurohormona que modula los comportamientos sociales y las relaciones parentales, mientras que la cognición social se refiere a los procesos mentales que permiten a los individuos percibir, interpretar, gestionar y responder adecuadamente a la información social de otros.”
“La cognición social está estrechamente relacionada con la toma de perspectiva (es decir, entender la situación desde el punto de vista del otro), el reconocimiento de emociones y la empatía. Los resultados de este estudio respaldan la evidencia de un sustrato biológico en estos trastornos interpersonales que pueden sentar las bases para tratamientos futuros para mitigar el comportamiento agresivo y la sensibilidad excesiva al rechazo interpersonal en estos pacientes.”
Sorprendentemente, los investigadores no encontraron una asociación significativa entre los niveles de oxitocina plasmática y los tipos de respuestas de Teoría de la Mente en la tarea MASC. Esto indica que, si bien los niveles de receptores de oxitocina están relacionados con la propensión a la sobremetalización, la concentración de oxitocina en sí misma en el plasma no se correlaciona directamente con los tipos de errores cometidos en tareas de cognición social.
“Los bajos niveles de receptores de oxitocina se han relacionado con experiencias tempranas de apego, lo que sugiere la importancia de los receptores de oxitocina en mediar el impacto del cuidado parental en el inicio de la psicopatología”, señaló Gálvez-Merlín.
Pero el estudio, como toda investigación, incluye algunas advertencias.
“Los resultados de nuestro estudio no pueden afirmar que la oxitocina sea la causa biológica de los deterioros en la cognición social en personas con trastorno límite de la personalidad”, dijo Gálvez-Merlín. “Actualmente se desconoce si este déficit en el sistema de oxitocina podría promover una vulnerabilidad biológica que contribuya a una hipersensibilidad emocional a ciertas situaciones estresantes de la infancia, lo que lleva al desarrollo de un estilo de apego desorganizado, o si la continua experiencia de situaciones estresantes y traumáticas produce, a largo plazo, una disfunción del sistema de oxitocina.”
Referencia: Galvez-Merlin, A., López-Villatoro, J. M., de la Higuera-González, P., de la Torre-Luque, A., McDowell, K., Díaz-Marsá, M., Leza, J. C. & Carrasco, J. L. (2024). Decreased oxytocin levels related to social cognition impairment in borderline personality disorder. Acta Psychiatrica Scandinavica. https://doi.org/10.1111/acps.13679