Muchas mujeres han sufrido horribles experiencias de violencia sexual en Bosnia, Ruanda y los Estados Islámicos de Irak y Siria (ISIS): coerción, tráfico de humanos, mutilación, violación, esclavitud y asesinato.
Las violaciones son un ataque extremo a la intimidad personal, que desencadenan sentimientos gigantes de humillación, vergüenza y degradación.
Un grupo de investigadores asegura que algunos estudios han encontrado que las mujeres sobrevivientes de ataques de este tipo pueden desarrollar diversos trastornos mentales.
Según los autores, la vergüenza parece tener un gran rol en el desarrollo de síntomas postraumático y en su mantenimiento. Dado que esta emoción tiene una naturaleza relacional (está vinculada a cómo un individuo se percibe a sí mismo a través de perspectivas imaginadas o reales, externas o internas), se cree que puede exacerbar los síntomas de estrés postraumático (TEPT) y tener una influencia negativa en los vínculos interpersonales.
Ellos explican que, específicamente, en la cultura de las mujeres Yazidis, tener cualquier contacto íntimo (incluyendo el contacto forzado) con hombres no Yazidi, es fuertemente amonestado por la sociedad y, de acuerdo a su religión, es sinónimo de ser excluido de la comunidad Yazidi.
A su vez, nombran reportes donde el TEPT y las convulsiones disociativas están ampliamente extendidas en las mujeres Yazidis que experimentaron violencia sexual durante la cautividad en ISIS y residen ahora en campos de refugiados. Ellos se interesaron por conocer la conexión entre las experiencias de violencia, la vergüenza, el TEPT y las convulsiones disociativas en esta población en un contexto posterior a la cautividad en ISIS.
Método
En el estudio participaron 64 mujeres Yazidis (de entre 18 y 34 años) que fueron mantenidas cautivas por ISIS (por al menos 1 año) en el norte de Irak entre 2014 y 2018. Durante ese cautiverio sufrieron repetidamente diferentes formas de violencia sexual, como violaciones. Fueron comparadas con 60 mujeres Yazidis de similar edad que sufrían TEPT y estaban en el campo de refugiados pero no habían estado cautivas o sido abusadas sexualmente.
Los instrumentos utilizados fueron:
- Structured Clinical Interview (Entrevista clínica estructurada para el DSM-IVR) para determinar si cumplían criterios para cualquier trastorno.
- Event Scale de Horowitz y cols. (Escala de Eventos) para evaluar la naturaleza y extensión de la exposición a varios eventos de guerra.
- 22-item PTSD standardized instrument (instrumento estandarizado de 22 items para TEPT).
- Multiscale Dissociation Inventory (Inventario Multiescala de Disociación) que mide síntomas disociativos.
- Somatoform Dissociation Questionnaire (Cuestionario de Disociación Somatomorfo) que evalúa la severidad de las disociaciones somatomorfas.
- Trauma-Related Shame Inventory (Inventario de Vergüenza relacionada al Trauma).
Todos los cuestionarios fueron traducidos al kurdo. Cuatro asesores aseguraban el mantenimiento del sentido original. Los cuestionarios eran administrados en kurdo por personal del sexo femenino, entrenadas por el equipo de investigadores.
Conclusiones
Las mujeres que estuvieron en cautiverio mostraron mayor prevalencia de convulsiones disociativas (43.5%), trastornos de somatización (38.7%), depresión (75%) y ansiedad (62.5%), comparadas con mujeres que no estuvieron cautivas ni sufrieron violencia sexual por ISIS. Se identificaron trastornos disociativos en el 50.6% de las mujeres Yazidis que experimentaron violencias sexual mientras estaban en cautiverio.
Los autores escriben: “(…)este estudio ha indicado una conexión significativa entre trastornos somatomorfos, vergüenza y convulsiones disociativas entre mujeres violadas traumatizadas, utilizando una variedad de instrumentos diagnósticos, bajo las condiciones de un campo de refugiados.”
Los autores esperan que sus hallazgos logren enfatizar la importancia potencial de tratar la vergüenza y las somatizaciones en pacientes con TEPT y trastornos disociativos. Sugieren enfocarse en la conciencia de vergüenza-trauma-somatización. Por último, resaltan que actualmente no se sabe cómo integrar intervenciones sobre la vergüenza en relación al trauma y el respeto por el contexto cultural de la persona. Es un área que debe ser estudiada.
Referencia del estudio: Kizilhan, J. I., Steger, F., & Noll-Hussong, M. (2020). Shame, dissociative seizures and their correlation among traumatised female Yazidi with experience of sexual violence. The British Journal of Psychiatry, 216(3), 138–143. doi:10.1192/bjp.2020.2