Nora Bär explica en La Nación el contenido de la carta enviada por 13 expertos al gobierno de Estados Unidos:
Los especialistas afirman que la evidencia científica es clara: la inhalación de aerosoles es una de las principales formas de contagio y propagación del virus. Sin embargo, las pautas y recomendaciones oficiales, tanto en los Estados Unidos como en la mayoría de los países, están desactualizadas, ya que no lo reconocen claramente ni incluyen las medidas de control necesarias. Piden un uso generalizado de mascarillas, y que se apliquen medidas más estrictas para proteger a los trabajadores y al público en general.
“Todavía hay un mensaje confuso –subraya Jiménez–. En octubre los CDC ya dijeron que la forma principal de contagio es la inhalación. Pero la gente sigue sin entenderlo. Y varias medidas claves no se explican bien, ni se transmite lo importantes que son. Se sigue malgastando mucho tiempo y dinero en desinfectar superficies, cuando esto no sirve para nada o casi nada. Al día de hoy, todavía no hay ningún caso demostrado de contagio por superficies. La revista Nature se lo dijo la semana pasada en un editorial extraordinario a la OMS y la CDC: tienen que dejar en claro que el virus va por el aire, y que el contagio por superficies es poco probable”.
Según el experto, uno de los más destacados referentes mundiales en el estudio de los aerosoles, este es un tema importante para las escuelas, que son sitios por lo general cerrados donde muchas personas pasan mucho tiempo, compartiendo el aire, hablando, con poca distancia entre sí, y con barbijos de calidad y ajuste pobres en muchos casos. “Es fundamental comunicar con claridad que tenemos que pensar que sale como un humo invisible de todas las personas, que flota y se mezcla. Los espacios interiores lo atrapan. Hay que tener siempre abiertas las ventanas y la puerta (no necesariamente de par en par), de manera que los virus que alguien pueda exhalar allí vayan saliendo inmediatamente al exterior, y que entre aire exterior sin virus”, explica.
Limpiar constantemente las superficies nos da una sensación de control y que estamos participando activamente en la batalla contra el COVID-19. Es necesario limpiar y lavarnos las manos. Pero el mayor riesgo está en la inhalación del virus. Por eso tenemos que dedicar nuestros esfuerzos y recursos para comprar y usar buenas mascarillas, exigir que las personas con la que compartimos espacios las utilicen apropiadamente y asegurarnos de tener una buena ventilación en nuestros hogares, escuelas y áreas de trabajo.
Lee el artículo completo en La Nación.
También puedes leer el artículo de Nature que explica por qué las superficies no son las principales áreas de contagio.