Con mayor frecuencia que antes, las personas dedican una porción importante de su tiempo al uso de internet. La falta de autocontrol sobre esta actividad puede desembocar en condiciones relacionadas al uso problemático de internet. Particularmente, un estudio reciente encontró que usar internet como un escape de las preocupaciones puede ser inofensivo a corto plazo, pero puede generar problemas emocionales en el futuro, ya que las personas con una mayor tendencia a usar internet como una distracción tenían niveles promedio más altos de uso problemático de internet y depresión (Hernández et al., 2022).
Qué metodología usaron
Los investigadores realizaron un estudio longitudinal para explorar cómo interactúan con el tiempo el uso de Internet como distracción, el uso problemático de internet y la sintomatología depresiva. Para ello, pidieron a 163 personas de Chile que respondieran encuestas durante 35 días. Cada dos días les hacían preguntas relacionadas con el uso problemático de internet (“en los últimos dos días me costó controlar el tiempo que pasaba conectado a internet, videojuegos o redes sociales”) y el uso de internet como distracción (“en los últimos dos días usé Internet para desconectarme de mis preocupaciones”). La sintomatología depresiva se evaluó cada cinco días.
Es de destacar que los datos de los participantes se recopilaron durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19, entre abril y junio de 2020, un momento en que los niveles de estrés eran altos y el uso de internet era más alto de lo normal.
Qué encontraron
Los investigadores encontraron que las personas con una mayor tendencia promedio a usar Internet como una distracción de las preocupaciones también tenían niveles promedio más altos de depresión y niveles promedio más altos de uso problemático de internet. En particular, las fluctuaciones momentáneas en el uso de Internet como distracción no se asociaron con aumentos momentáneos de la depresión. Los autores dicen que esto sugiere que usar internet como un escape de las emociones no es una mala adaptación a corto plazo, pero a largo plazo, si los niveles promedio de uso son altos, puede volverse dañino para la salud mental, debido a que el uso crónico de Internet para desconectarse de las preocupaciones puede funcionar como un amortiguador emocional para mitigar la emocionalidad negativa a corto plazo, pero a costa de consolidar un uso problemático de la tecnología y síntomas depresivos si se convierte en un hábito.
Además, el análisis de mediación sugirió que el uso problemático de internet ayudó a explicar el vínculo entre el uso de Internet como distracción y la depresión. Los participantes con niveles más altos de distracción en Internet en promedio tendieron a mostrar mayor dificultad para controlar su uso a lo largo del tiempo, lo que a su vez se vinculó con niveles promedio más altos de síntomas depresivos. La vía inversa también fue significativa: los sujetos con niveles promedio más altos de depresión tendían a mostrar mayor dificultad para controlar su uso de internet, lo que a su vez estaba relacionado con una tendencia promedio más alta a usar Internet como una distracción de la preocupación.
Los autores dicen que sus hallazgos subrayan la importancia de considerar las intenciones de una persona de usar Internet al abordar problemas con el control del uso de Internet. Se deben realizar estudios futuros para ver si los resultados se replican fuera del contexto de COVID-19.
Referencia bibliográfica: Hernández, C., Cottin, M., Parada, F., Labbé, N., Núñez, C., Quevedo, Y., Davanzo, A., & Behn, A. (2022). Watching the world from my screen: A longitudinal evaluation of the influence of a problematic use of the internet on depressive symptomatology. En Computers in Human Behavior (Vol. 126, p. 106995). https://doi.org/10.1016/j.chb.2021.106995
Fuente: Psypost