Un nuevo paper del Psychological Science con 17,000 adolescentes de Irlanda, Inglaterra y Estados Unidos pone en tela de juicio la noción ampliamente aceptada de que el uso de dispositivos electrónicos antes de ir a dormir perjudica la salud mental de los adolescentes. Una noción que se da por hecho en los medios de comunicación y las charlas de psicología y neurociencias para padres y adolescentes.
“Si bien la ciencia psicológica puede ser una herramienta poderosa para comprender el vínculo entre el uso de la pantalla y el bienestar de los adolescentes, todavía no proporciona a las partes interesadas y al público investigaciones de alta calidad, transparentes y objetivas sobre las crecientes preocupaciones sobre las tecnologías digitales. “tres conjuntos de datos diferentes, que incluyen mediciones mejoradas del tiempo de pantalla, encontramos poca evidencia clara de que el tiempo de pantalla disminuye el bienestar de los adolescentes, incluso si el uso de la tecnología digital ocurre directamente antes de la hora de acostarse”, dijo el Profesor Andrew Przybylski, Director de Investigación del Oxford Internet Institute (departamento multidisciplinario de la Universidad de Oxford, dedicado al estudio científico de la Internet) y coautor en el estudio.
Encontramos poca evidencia clara de que el tiempo de pantalla disminuye el bienestar de los adolescentes
Para obtener esta información los investigadores fueron sumamente cautelosos para evitar los errores y falencias metodológicas que cometieron estudios previos sobre el uso de dispositivos digitales.
Primero tomaron una evaluación comprensiva de la salud mental y funcionamiento psicosocial de los adolescentes por medio de pruebas estandarizadas de síntomas depresivos, estado de ánimo y autoestima.
Segundo, los investigadores utilizaron escalas de auto-registro y diarios de tiempo de uso para recabar información sobre cuanto tiempo pasaban los adolescentes al frente de una pantalla. Este detalle metodológico es importante porque los estudios previos sobre este tema, se han basado únicamente en los métodos de auto-reporte, cuando se sabe que es muy bajo el porcentaje de participantes que registra con precisión sus hábitos de uso.
Tercero, para prevenir el riesgo de hacer hipótesis después de los resultados, los autores decidieron pre-registrar todos los datos de los tres estudios (Irlanda, Inglaterra y Estados Unidos). Esto significa que los datos estadísticos estaban públicamente documentados antes de que se hicieran los análisis y evita que los investigadores escriban otras conclusiones y datos que no esperaban hallar.
Con todos estos controles los datos sugieren que el uso del celular o cualquier tipo de pantalla tenía un efecto muy leve en la salud y bienestar de los adolescentes, y que usar 2 horas, 1 hora o media hora, antes de dormir no se relacionaba directamente con el empobrecimiento del bienestar de los adolescentes.
Este es un estudio que contradice uno de los principales argumentos a la hora intentar regular el uso del celular en los adolescentes. Algunos podrían argumentar que es sólo estudio en contra de un cuerpo de evidencia sobre los efectos nocivos de la tecnología. Sin embargo, no podemos dejar de considerar que esta investigación tuvo una enorme población de tres diferentes países y que además aplicó buenos controles metodológicos.
Esto no quiere decir que se deba dar rienda suelta al uso del celular en los adolescentes, sino que se les debe enseñar a utilizarlo responsablemente en vez de tratar estas tecnologías como dañinas y peligrosas, cuando la evidencia no respalda tales explicaciones y además cuando está demostrado que esos enfoques no funcionan para enseñar el uso saludable del celular. Estos datos también nos recuerda que que hay que seguir investigando y que debemos evitar cualquier tipo de explicaciones determinantes o tajantes, simplemente porque se adaptan a lo que nosotros pensamos.
Referencia del estudio original:Amy Orben, Andrew K. Przybylski. Screens, Teens, and Psychological Well-Being: Evidence From Three Time-Use-Diary Studies. Psychological Science, 2019; 095679761983032 DOI: 10.1177/0956797619830329
Fuente: ScienceDaily