Estudio de seguimiento muestra mejoría a largo plazo en el lenguaje en niños con autismo después de un programa intensivo y específico de terapia conductual.
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Los niños autistas luchan con muchos obstáculos, entre ellos aprender a hablar. Los expertos han señalado, que si estos niños aprenden habilidades verbales a los cinco años de edad, tienden a ser más felices y adultos más funcionales que sus compañeros no verbales. Hace treinta años, los psiquiatras sólo esperaban que la mitad de todos los niños autistas adquieran habilidades del habla. Estudios recientes, sin embargo, indican que hasta un 80 por ciento de los niños con autismo pueden aprender a hablar. Uno de estos estudios en 2006 mostró que los niños que recibieron tratamiento intensivo dirigido a desarrollar las habilidades fundamentales del lenguaje oral lograron avances significativos en su capacidad de comunicarse verbalmente. Los investigadores han seguido a varios de esos niños y encontraron que la mayoría de ellos continuaron cosechando los beneficios de aquella terapia años después de su finalización.
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Varios comportamientos tempranos construyen la base del lenguaje. Estas habilidades también han sido vinculadas a si un niño puede o no anticipar el estado mental de otra persona y usar ese conocimiento para explicar y predecir el comportamiento. Desarrollar esta “teoría de la mente” puede ser una dificultad central para los niños con autismo. El equipo de Kasari dirigió dos de los comportamientos tempranos en su trabajo: El primero es la habilidad de participar en un juego simbólico, en el que un objeto representa otro (un niño fingiendo que un muñeco es su padre, por ejemplo). El segundo es la atención conjunta, en el que un niño se divide su atención entre un objeto y otra persona. Este comportamiento se puede considerar como “miradas compartidas”. Por ejemplo, cuando un niño señala un tren de juguete para mostrarselo a un compañero, mira el tren en marcha y a su vez comprueba que su compañero participe.
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En el estudio inicial, Connie Kasari de la Universidad de California, Los Angeles, y sus colegas evaluaron a 58 niños de entre tres y cuatro años de edad en un estudio aleatorio controlado. Los niños jugaban con los estudiantes graduados capacitados durante 30 minutos cada día durante un período de cinco a seis semanas. Las intervenciones intensivas en tiempo estaban enfocadas al juego simbólico o a la atención conjunta. Un tercer grupo, que sirviendo como control, participó en el tiempo de juego, pero no fue dirigido a completar tareas y objetivos.
Probadores clínicos independientes evaluaron a los niños antes y después de la intervención. Midieron el lenguaje y las habilidades cognitivas con pruebas estándar, evaluaron el nivel de juego y la diversidad, y la interacción con un cuidador. El primer estudio, publicado en 2006, mostró que el grupo de atención conjunta fue mejor para mostrar y señalar el comportamiento, mientras que el grupo de juego simbólico mostró un comportamiento más simbólico, tanto en términos de nivel de juego como en diversidad.
Doce meses después del período de tratamiento, el equipo de Kasari evaluó las habilidades lingüísticas de los niños. En un examen lingüístico estándar, los dos grupos de intervención mostraron una mejoría en el lenguaje hablado que correspondió a 15 y 17 meses de desarrollo, el grupo de control sólo había hecho un avance de nueve meses durante el mismo período. Los niños más pequeños y los niños con los niveles más bajos de habla antes de la intervención realizaron las mayores mejoras. Kasari se sorprendió inicialmente de que los grupos mostraran tal progreso. El aspecto más importante de ambas intervenciones, dice, fue “la participación del niño por períodos de tiempo con un interlocutor social”.
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En el nuevo estudio, el equipo de Kasari volvió a visitar a 40 de los niños, cinco años más tarde. Los investigadores encontraron que el 80 % de ellos, que ahora eran niños de ocho o nueve años de edad, todavía tenían “lenguaje hablado útil y funcional”. Un pequeño número de niños permanecieron no verbales, lo que es típico en los estudios de niños con autismo, dice Kasari. Algunos niños no parecen ser capaces de aprender lenguaje útil a la edad de cinco años, pero los estudios sugieren que es posible adquirir el lenguaje más tarde. Los nuevos estudios muestran un método para enseñar a niños en edad preescolar, habilidades básicas que les ayudarán a desarrollar el lenguaje a los cinco años y continuar haciendo mejoras años más tarde. Los investigadores detallan sus hallazgos en la edición de mayo de 2012, de la Revista de la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y del Adolescente (Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry).
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Objetivo
Este estudio examina los resultados cognitivos y del lenguaje de niños con un trastorno del espectro autista (TEA) después de un período de 5 años desde que recibieron intervenciones tempranas enfocadas en la atención conjunta y habilidades de juego.
Método
Cuarenta niños del estudio original (n = 58) tenían datos completos en el seguimiento, a la edad de 5 años.
Resultados
En total, el 80% de los niños había alcanzado un uso funcional de la lengua oral con el nivel basal de juego prediciendo el lenguaje hablado a los 5 años del seguimiento. De los niños que utilizaban el lenguaje hablado a la edad de 8 años, varios comportamientos básicos predijeron su posterior habilidad, incluyendo participar en el estudio a una edad más temprana, iniciando habilidades de atención conjunta, el nivel de juego, y la asignación al grupo de intervención de atención conjunta o de juego simbólico. Solo la línea basal de diversidad de juego predijo las puntuaciones cognitivas a la edad de 8 años.
Conclusiones
Este estudio es una de las únicas investigaciones de seguimiento a largo plazo de niños en edad preescolar que participaron en las intervenciones tempranas destinadas a responder dificultades básicas del desarrollo. Los hallazgos del estudio sugieren que centrarse en la atención conjunta y en las habilidades de juego en los modelos de tratamiento integral, es importante para obtener resultados a largo plazo en el lenguaje hablado.
Fuentes: Early Intervention Could Help Autistic Children Learn to Speak
Longitudinal Follow-Up of Children With Autism Receiving Targeted Interventions on Joint Attention and Play