Un estudio realizado en la Universidad McGill indica que los adultos jóvenes quienes a la edad de 19 años percibían altos niveles de apoyo social o sentían que había alguien en quien se pudiera depender si necesitaran ayuda, mostraron bajos niveles de depresión y ansiedad un año después.
Este estudio fue publicado recientemente en JAMA Network Open, y dirigido por Marie-Claude Geoffroy, profesora asistente en el Department of Educational and Counseling Psychology en McGill.
El equipo de investigadoras reevaluó el impacto de la presencia y conciencia de apoyo social (familia y amigos, por ejemplo) como una protección contra los problemas de salud mental incluyendo depresión, ansiedad, ideación suicida e intentos de suicidio. “Nuestro estudio muestra que incluso en los casos en que las personas experimentaron previamente problemas de salud mental, el apoyo social fue beneficioso para la salud mental en el futuro”, dice la profesora Geoffroy, que ocupa la Cátedra de Investigación de Canadá sobre prevención del suicidio juvenil.
Agrega que se descubrieron los beneficios que causa el promover y aprovechar el apoyo social como un medio para proteger la salud mental de los adultos jóvenes, incluso en personas que experimentaron problemas de salud mental en una etapa de desarrollo más temprana de la vida. Además, ese apoyo social no solo es beneficioso para la depresión, también lo es para otras condiciones de salud mental destacadas.
Siguiendo a los participantes desde su nacimiento en 1997 y 1998, los investigadores observaron sus niveles de apoyo social percibido al inicio de la edad adulta. Para esto se usaron los datos de un estudio longitudinal de Quebec sobre desarrollo infantil, recopilados por el Institut de la statistique du Québec de más de 1.000 participantes de una cohorte de nacimiento representativa de personas nacidas en la provincia de Quebec.
Los investigadores observaron sus niveles de apoyo social percibido al inicio de la edad adulta.
Se encontró que las personas que percibieron mayores niveles de apoyo social experimentaron un 47% menos de depresión severa y un 22% menos de ansiedad que aquellas con menos percepción de apoyo social. Las autoras también encontraron que aquellos que informaron niveles más altos de apoyo social percibido tenían un 40% menos de riesgo de experimentar ideas e intentos suicidas.
Según Sara Scardera, estudiante de maestría en el programa de Psicología Infantil Aplicada de la Escuela McGill, bajo la supervisión de la profesora Geoffroy y coautora del estudio, ya que el estudio se realizó antes de la pandemia actual, se ignora si son aplicables en el contexto actual, pero en situaciones ordinarias, los jóvenes que percibieron que tenían a alguien en quien confiar informaron mejores resultados de salud mental. Creemos que es beneficioso ofrecer ayuda a los necesitados y asegurarse de que tus amigos sepan que pueden contar en ti, concluye la investigadora.
Los datos siguen recopilándose, así que se pueden esperar más datos de salud mental disponibles cuando los participantes cumplan 23 años en el transcurso de la temporada de invierno de 2021. Se buscará si los mismos patrones de asociación han estado presentes durante la pandemia de COVID-19.
Las investigaciones futuras podrán examinar si el apoyo de padres es más beneficioso para la salud mental de los adultos jóvenes que el de los amigos, por ejemplo.
Referencia del estudio: Scardera S, Perret LC, Ouellet-Morin I, et al. Association of Social Support During Adolescence With Depression, Anxiety, and Suicidal Ideation in Young Adults. JAMA Netw Open. 2020;3(12):e2027491. doi:10.1001/jamanetworkopen.2020.27491
Fuente: Universidad McGill