Investigaciones en varios campos de la psicología y disciplinas relacionadas han sido publicadas y han pasado una revisión por pares. En este artículo veremos algunas de ellas.
¿Por qué se utiliza la revisión por pares en la investigación científica? Porque mediante este proceso otros científicos (los “pares”) evalúan la calidad del trabajo presentado. Su objetivos es garantizar que el trabajo sea riguroso, coherente, utilice la investigación pasada y aumente el conocimiento que ya teníamos. Para saber más sobre cómo funciona el proceso de revisión por pares, lee este artículo.
El impacto del COVID-19 en los niños
Aproximadamente uno de cada cinco niños en las ciudades chinas de Wuhan y Huangshi mostró signos de depresión y ansiedad mientras sus escuelas estaban cerradas y cumplían con restricciones ambulatorias en sus hogares debido a la pandemia de COVID-19 (Xie et al., 2020).
Metodología: los investigadores encuestaron a 1784 estudiantes de segundo a sexto grado. Las escuelas en ambas ciudades se cerraron a fines de enero y los estudiantes fueron encuestados aproximadamente un mes después. Los investigadores encontraron que el 23% de los estudiantes informaron síntomas depresivos y el 19% informaron síntomas de ansiedad. Los estudiantes en Wuhan, el epicentro del brote, tenían más probabilidades de informar síntomas depresivos que los de Huangshi, a unos 100 km de distancia. Se necesitan más estudios para determinar si los efectos de la pandemia en la salud mental de los niños son temporales o persistirán a largo plazo, señalaron los investigadores.
Deterioro en la salud mental de los que están en la primera línea de respuesta
Los trabajadores de la salud enfrentan grandes niveles de estrés durante la pandemia de COVID-19. La depresión, la ansiedad y el insomnio son comunes entre ellos (Jianbo Lai, et al., 2020).
Metodología: los investigadores encuestaron a 1297 trabajadores de la salud de 34 hospitales en China sobre su salud mental a fines de enero de 2020. La angustia fue ampliamente reportada (72%), seguida de depresión (50%), ansiedad (45%) e insomnio (34%). Las mujeres, los trabajadores de la salud de primera línea y los proveedores de atención médica en Wuhan informaron síntomas de salud mental más graves en todas las mediciones en comparación con los hombres, los trabajadores de la salud que no tratan directamente a los pacientes con COVID-19 y los que están fuera de Wuhan, respectivamente. Estos hallazgos sugieren que los trabajadores de la salud expuestos al coronavirus deberían recibir inmediatamente intervenciones para promover su salud mental, con especial atención a los grupos de mayor riesgo.
Cambios en espermatozoides debido al estrés
Los eventos que inducen estrés tienen la capacidad de provocar cambios en el esperma de un macho que podrían afectar a la futura descendencia (Chan et al., 2020).
Metodología: los investigadores examinaron las vesículas extracelulares (estructuras que transportan moléculas entre las células) en tejido de ratón expuesto a la hormona del estrés corticosterona. Después del tratamiento de estrés, las vesículas mostraron cambios en el tamaño general, el contenido de proteínas y un pequeño contenido de ARN no codificante. Cuando los espermatozoides se incubaron con estas vesículas “estresadas” antes de la fertilización del óvulo, las crías de ratón resultantes mostraron cambios significativos en el desarrollo temprano del cerebro, y como adultos respondieron al estrés de manera diferente que los animales de control. Los investigadores también pidieron a 15 hombres, de entre 19 y 25 años, que donaran esperma cada mes durante seis meses y completaran cuestionarios sobre su estrés percibido. Como resultado, descubrieron que quienes habían experimentado previamente estrés elevado mostraban cambios en el pequeño contenido de ARN de su esperma, en patrones similares a los observados en los ratones.
Aumentaron las búsquedas online de remedios para el COVID-19 no probados
Las búsquedas en Internet de remedios no probados para el COVID-19 aumentaron después de que el presidente Trump y otras personas de alto perfil los promocionaran online y en la prensa (Liu et al., 2020).
Metodología: investigadores analizaron los datos de Google Trends sobre búsquedas en Internet de cloroquina e hidroxicloroquina desde el 1 de febrero hasta el 29 de marzo de 2020, que incluye el período antes y después de que Trump y el empresario Elon Musk elogiaron los medicamentos no probados como posibles curas. Las búsquedas de medicamentos aumentaron un 442% para cloroquina y un 1.389% para hidroxicloroquina. Las búsquedas se mantuvieron elevadas inclusive después de que salieron los informes de noticias comunicando que los medicamentos podrían ser venenosos e incluso fatales si no se toman bajo la supervisión de un médico.
Actividad física para reducir la depresión y la hostilidad
En adultos sanos pero sedentarios de entre 20, 30 y 40 años, el ejercicio físico puede reducir los niveles de depresión y hostilidad (McIntyre et al., 2020).
Metodología: los investigadores preguntaron a 119 hombres y mujeres sedentarios en los Estados Unidos, de entre 20 y 45 años, sobre sus niveles actuales de depresión, ansiedad, hostilidad e ira. Luego, la mitad de ellos fueron asignados al azar para que comenzaran a hacer ejercicio cuatro veces por semana durante tres meses (35 minutos al 75% de la frecuencia cardíaca máxima), y la otra mitad fue asignada como grupo de control. El grupo que hizo ejercicio durante tres meses tuvo una reducción de las puntuaciones en una escala de depresión de un 35%, mientras que las puntuaciones para el grupo de control se mantuvieron sin cambios. Los niveles de hostilidad también disminuyeron en el grupo de ejercicio físico, pero no se observaron cambios en la ansiedad y la ira. Los investigadores también encontraron que los beneficios de hacer ejercicio para el estado de ánimo pueden durar semanas después de que las personas dejan de hacer ejercicio.
Desigualdades estructurales
Los afroamericanos, los nativos americanos y los estadounidenses de bajos ingresos tienen más probabilidades de presentar factores de riesgo que aumentan las posibilidades de una enfermedad grave o la muerte debido al COVID-19 (Raifman & Raifman, 2020).
Metodología: mediante el análisis de datos del estudio del Sistema de vigilancia de factores de riesgo conductual, representativo de la población de EEUU del año 2018, que reune información de unas 330.000 personas, el equipo de investigación descubrió que entre los menores de 65 años, el 33% de los negros y el 42% de los nativos americanos tenían al menos un factor de riesgo, como enfermedad cardíaca, diabetes o enfermedad pulmonar crónica, en comparación con el 27% de los encuestados blancos menores de 65 años. De las personas con 65 años o más, el 61% de los negros y el 69% de los nativos americanos tenían al menos un factor de riesgo además de la edad, en comparación con el 54% de los encuestados blancos. Los encuestados de menores ingresos también tenían un mayor riesgo: entre los menores de 65 años, tenían casi el doble de probabilidades de tener uno o más factores de riesgo en comparación con los encuestados de mayores ingresos.
Aislamiento e inflamación
El aislamiento social y la soledad pueden estar asociados con la inflamación en el cuerpo (Smith et al., 2020).
Metodología: el equipo de investigación analizó 30 estudios anteriores, 16 centrados en el aislamiento social y 14 en la soledad. Como resultado, hallaron que el aislamiento social se asoció con niveles más altos de los marcadores de inflamación, proteína C reactiva y fibrinógeno. Algunos análisis también indicaron un vínculo entre la soledad y los niveles de interleucina-6. Los investigadores señalan que los estudios variaron en diseño y calidad, por lo que sostienen que es necesario la realizar más investigaciones para demostrar estas asociaciones y sus mecanismos subyacentes.
La inseguridad laboral podría producir cambios en la personalidad
Un equipo de investigadores utilizó los rasgos de personalidad de los Cinco Grandes y las respuestas a una encuesta realizada a 1046 trabajadores en Australia, como marco para averiguar los efectos de la inseguridad laboral en la personalidad.
Hallazgos: encontraron que la inseguridad laboral que duró cuatro o cinco años se asoció con un pequeño aumento en el neuroticismo y pequeñas disminuciones en la amabilidad y la conciencia, pero no encontraron vínculos con cambios en la extraversión o la apertura. Los investigadores sugieren que la inseguridad laboral afecta los rasgos que reflejan la capacidad de lograr metas y mantener la estabilidad, pero no los rasgos que reflejan plasticidad y adaptabilidad (Wu et al., 2020).
El distanciamiento social funciona
Una de las principales medidas que han tomado los Estados a lo largo y ancho del mundo, son las medidas de distanciamiento físico. Un estudio encontró que estas fueron efectivas para detener la transmisión de COVID-19 en Wuhan y Shanghai, China (Zhang et al., 2020).
Metodología: 636 personas en Wuhan y 557 personas en Shanghai fueron encuestadas sobre sus contactos diarios (conversaciones en persona o contactos físicos como apretones de manos) antes y después de que se implementaran estrictas medidas de distanciamiento físico a fines de enero de 2020. El número promedio de contactos diarios disminuyó de 14,6 a 2,0 en Wuhan y de 18,8 a 2,3 en Shanghai. Después de que se adoptaran las medidas de distanciamiento, la gran mayoría de los contactos fueron entre miembros del mismo hogar. Utilizando un modelo matemático, los investigadores concluyeron que las medidas de distanciamiento físico fueron suficientes para frenar la propagación del virus en esas ciudades. Según el modelo, el cierre de escuelas por sí solo redujo la incidencia máxima de infecciones entre un 40% y un 60%.
Enfermeras y enfermeros tienen mayor riesgo de suicidio
Las enfermeras en los Estados Unidos tienen un mayor riesgo de suicidio que la población en general, según un estudio de Worldviews on Evidence-Based Nursing (Davidson et al., 2020).
Metodología: fueron analizados los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Estados Unidos), de 1.824 enfermeras y 152.495 no enfermeras que se suicidaron entre 2005 y 2016. Los investigadores encontraron que las tasas de suicidio entre 2005 y 2016 fueron más altas en enfermeras (10 por cada 100.000 personas por año ) que en la población femenina en general (7 por 100.000 personas por año). Del mismo modo, las tasas de suicidio fueron más altas en los enfermeros (33 por 100.000 personas por año) que en la población general masculina (27 por 100.000 personas pro año) durante el mismo período de tiempo. También encontraron que las enfermeras que se suicidaron tenían más probabilidades de haber tenido problemas laborales y antecedentes de problemas de salud mental que las que no eran enfermeras y que se suicidaron.
Referencias bibliográficas:
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