Uber, la empresa de transporte de que todo el mundo habla y que todos queremos tener acciones, tiene un equipo de psicólogos y de científicos sociales desarrollando experimentos conductuales que les ayude a incrementar el compromiso de sus conductores:
Uber ayuda a resolver este problema fundamental mediante el uso de incentivos psicológicos y otras técnicas develadas por las ciencias sociales para influir en cuándo, dónde y por cuánto tiempo trabajan los conductores. Es la búsqueda de un sistema perfectamente eficiente: un equilibrio entre la demanda y la oferta de conductores al menor costo para los pasajeros y la empresa.
Mediante cientos de científicos sociales y especialistas en información, Uber ha experimentado con técnicas de videojuegos, gráficos y recompensas no monetarias de poco valor que pueden impulsar a los conductores a trabajar cada vez más; a veces en horas y lugares menos lucrativos para ellos.
Para mantener a los conductores dentro del auto, la empresa ha aprovechado la tendencia que algunas personas tienen de fijar metas para sus ganancias, y les envía una alerta para hacerles saber que están cerca de alcanzar un objetivo cuando intentan cerrar sesión.
“Les mostramos a los conductores áreas de alta demanda o los incentivamos para que conduzcan más”, dijo Michael Amodeo, portavoz de Uber. “Pero cualquier conductor puede dejar de trabajar literalmente con tan solo tocar un botón. La decisión de conducir o no hacerlo es suya al cien por ciento”.
Aquí tienes una buena respuesta para aquellos que desconocen la utilidad de la psicología afuera del contexto clínico. Uber y otras empresas como Facebook y Google usan constantemente los servicios de los psicólogos para optimizar sus productos y hacerlos más atractivos y rentables.