Adam Grant para The New York Times:
Disculparse por la lentitud en responder es un síntoma de unas exigencias poco realistas en una cultura siempre activa. Se presupone que el trabajo es la fuerza dominante en nuestras vidas. En vez de dejar espacio para el ocio y el descanso, tenemos que estar siempre pendientes de nuestros canales de comunicación, y dispuestos a dejar lo que estemos haciendo en todo momento. Estar localizable las 24 horas del día significa vivir a merced de los calendarios de los demás. Con esa receta, nos quemaremos. Y valora más las reacciones superficiales que la reflexión profunda. Acabamos apresurándonos para conseguir hacer las cosas, en vez de hacerlas bien.
Sin embargo, en lo que respecta al correo electrónico, la mayoría de lo que hay en tu bandeja de entrada es menos urgente de lo que parece.
Este artículo es perfecto y va con mi filosofía de vida.