Para muchas parejas, el tener hijos representa un pilar fundamental para sentirse pleno, por lo cual los tratamientos para la fertilidad pueden ser procesos de angustia y estrés que ponen a prueba la resistencia de una relación.
Se sabe que estos procesos acarrean decepciones y mucha tensión, no obstante, ¿podría influir esto en un incremento en la tasa de divorcio?
Hace unos años, un equipo de investigadores daneses publicó un estudio que sugiere que las parejas que no consiguen tener hijos después de llevar a cabo un tratamiento para la fertilidad son un 27 por ciento más propensas a separarse en los doce años siguientes. Ahora, expertos de la Universidad de Porto aseguran que, si bien estos tratamientos pueden afectar la solidez de una pareja, no influyen en la tasa de divorcio.
Los resultados, presentados en el encuentro anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología en Ginebra, sugieren que las parejas que inician un programa de reproducción asistida podrían en realidad verse guiadas por las circunstancias a mejorar sus niveles de comunicación y compromiso, y que el riesgo de ruptura se encuentra influenciado principalmente por la falta de hijos en común y no por el estrés del tratamiento.
“Anteriormente hemos descubierto que los sujetos que se divorcian, se reintegran y vuelven al tratamiento, son los que cinco años antes experimentaron más estrés. También sabemos que a pesar de toda la tensión que la infertilidad puede traer, pasar por el tratamiento antirretroviral puede realmente traer beneficios a una relación de pareja, porque los obliga a mejorar la comunicación y las estrategias de afrontamiento”, explican los investigadores.
De acuerdo con los expertos, la mayoría de las parejas experimentan cierto grado de estrés durante el tratamiento de fertilidad, pero la incertidumbre de los resultados hace que la sintomatología psicológica sea similar a muchas otras enfermedades crónicas, salvo que la infertilidad hace a ambos miembros de la pareja pacientes, a pesar de que el compañero masculino “a menudo adopta el papel de cuidador de apoyo”.
Los investigadores opinan que dar a las parejas información más precisa acerca de las tasas de éxito y las consecuencias, sobretodo psicológicas, que un procedimiento TAR puede traer a un matrimonio hará que el tratamiento sea mucho más fácil para la mayoría
El estudio de cohortes en cuestión se basa en datos de registro de todas las mujeres que recibieron tratamiento de reproducción asistida (TAR) en Dinamarca entre 1994 y 2009, un total de 42.845 pacientes. El estado conyugal se confirmó durante los dos años anteriores a su inclusión en la cohorte, luego fue comparado con un grupo de control de la población general, y siguió siendo similar durante todo el período del estudio.
Durante los 16 años de seguimiento, la mayoría de las parejas tenían hijos con sus compañeros de referencia (56% sin TAR versus 65% con TAR) y alrededor de un quinto terminaron separados o divorciados (20% TAR versus 22% sin TAR) ). Aunque los hallazgos iniciales revelaron un menor riesgo de desintegración entre las parejas que utilizaron TAR, cuando se incluyeron los niños posteriores en común al modelo, y después de ajustar la edad, la educación y el estatus de la pareja, no hubo diferencia en el riesgo de divorcio o ruptura.
Fuente: Science Daily; European Society of Human Reproduction and Embryology