La primera señal de psicosis suele ser el retraimiento. Un adolescente o adulto joven, a menudo alguien que no ha tenido problemas emocionales o de comportamiento previos, comienza a estar menos involucrado con lo que sucede a su alrededor. En lugar de la escuela, el trabajo, los amigos, la familia y la diversión, está preocupado por lo que sucede en su interior, con una creciente fijación en ideas perturbadoras que irrumpen.
El FBI lo vigila. Hay un chip implantado en su cerebro. Sus padres están tratando de envenenarlo. Comienza a ver y oír cosas que otros no ven ni oyen, y sospecha incluso de las personas más cercanas. Por otra parte, su lenguaje y su comportamiento parecen no tener sentido.
Esto es un brote psicótico: cuando alguien pierde contacto con la realidad, experimenta delirios (creencias falsas) o alucinaciones (ver o escuchar cosas que no están allí) y lo que se conoce como un habla “desorganizada”. En Estados Unidos, aproximadamente 100 mil adolescentes y adultos jóvenes experimentan cada año un primer episodio de psicosis, con una edad de inicio media entre los 15 y los 25 años.
Un primer brote psicótico es aterrador tanto para la persona que lo experimenta como para aquellos a su alrededor, dice Michael Birnbaum, PhD, psiquiatra de niños y adolescentes. Ninguno entiende lo que está sucediendo. “El comportamiento puede cambiar drásticamente de manera muy escalofriante. Las personas dejan de comunicarse de la misma manera. La forma en que utilizan las palabras y oraciones para expresar lo que están pensando se vuelve totalmente desorganizada”.
Una persona que experimenta un episodio psicótico suele terminar en el hospital cuando su conducta se intensifica hasta un punto de crisis. “A veces las personas son detenidas por la policía”, dice el Dr. Birnbaum, quien es experto en el primer episodio de psicosis. “A veces los padres o maestros están tan asustados que llaman al 911”.
Tratamiento innovador para la psicosis
La causa más común de la psicosis es un trastorno psiquiátrico:esquizofrenia o, con menos frecuencia, trastorno bipolar o depresión severa. La psicosis puede presentarse de manera episódica con estas enfermedades, debilitando gravemente el sentido de identidad en desarrollo de una persona joven, además de la escuela, el trabajo y las relaciones. Pero hay una importante buena noticia en el tratamiento de la psicosis: la evidencia muestra que el tratamiento después del episodio inicial puede reducir considerablemente el número e intensidad de recaídas futuras.
El tratamiento adecuado en el lapso de los primeros dos o tres años después del primer episodio ha demostrado disminuir las recaídas de psicosis en más del 50 por ciento (en inglés) y prevenir gran parte de la incapacidad que se asocia con un enfermedad psicótica.
“Cuanto antes intervengamos, mejores serán los resultados”, dice el Dr. Birnbaum. “Este es el mensaje final para llevar a casa. Obtenga ayuda lo antes posible”.
¿Qué es el tratamiento temprano?
El Dr. Birnbaum es director de un programa de tratamiento temprano para adolescentes y adultos jóvenes que han experimentado síntomas psicóticos por primera vez. El programa tiene dos ubicaciones (en inglés), en el Zucker Hillside Hospital en Queens, Nueva York, y en el Lenox Hill Hospital en Manhattan. El tratamiento especializado que se ofrece en centros como los del Dr. Birnbaum ha demostrado ser tan exitoso que el gobierno federal destinó 25 millones de dólares para contribuir al desarrollo de estos programas en todo el país, y luego duplicó la cantidad a $50 millones (en inglés).
Generalmente, los pacientes ingresan en estos programas de tratamiento temprano luego de obtener al alta del hospital. En el hospital, se les proporcionaron medicamentos para reducir sus síntomas, pero puede que no estén libres de síntomas todavía, ya que se necesitan de 6 a 8 semanas para que los medicamentos antipsicóticos surtan todo su efecto. Así que aun cuando se considera que es seguro regresar a casa, explica el Dr. Birnbaum, tanto los pacientes como sus familias tienen todavía mucho con lo cual lidiar. Entrar en un programa ambulatorio lo más pronto posible los ayuda a hacer eso precisamente.
El tratamiento que ha demostrado ser exitoso, llamado Coordinated Specialty Care (atención especializada coordinada), incluye una combinación de servicios, coordinados por un grupo de profesionales que trabajan con el paciente y la familia. Estos incluyen:
- Dosis bajas de medicamentos antipsicóticos
- Terapia cognitivo-conductual para psicosis (TCCp)
- Educación y apoyo a la familia
- Rehabilitación educacional y vocacional
A diferencia del antiguo tratamiento habitual para la esquizofrenia, el cual implicaba dosis más altas de medicamentos y ningún seguimiento después de la hospitalización, el objetivo del tratamiento temprano no es únicamente reducir los síntomas psicóticos, sino también ayudar a los jóvenes a aprender a manejarlos y construir una red de apoyo para prevenir recaídas.
Un abordaje en equipo
En Zucker Hillside, después de una evaluación inicial exhaustiva, los pacientes se reúnen con el terapeuta una vez a la semana para una sesión de TCCp, cuyo objetivo es ayudarlos a manejar los síntomas continuos y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables. Por ejemplo, un paciente podría trabajar en la identificación de creencias delirantes, el desarrollo de estrategias que le permitan “hacerles una prueba de realidad” a esas creencias, así como en encontrar formas de pensar alternativas y más útiles.
A cada paciente se le asigna un psiquiatra del personal, quien controla su medicación para asegurarse de que obtengan el mayor beneficio, con la menor dosis y con la menor cantidad de efectos secundarios problemáticos.
El equipo también trabaja con las familias, quienes son esenciales para la recuperación. Los jóvenes que han experimentado psicosis tienen mejores resultados cuando las familias los apoyan para cumplir con las citas, tomar los medicamentos y comer, dormir y cuidar de sí mismos. Estas son habilidades importantes, ya que el estrés puede desencadenar una recaída. Los padres también aprenden cómo responder cuando un hijo o hija habla acerca de extraterrestres y del FBI (“cómo expresar amor sin apoyar los delirios”, como lo explica el Dr. Birnbaum), y las habilidades para afrontar una crisis y tendencias suicidas.
Finalmente, los miembros del personal trabajan junto con los pacientes para hacer que vuelvan a estar al día en la escuela y el trabajo. “No queremos que las personas asuman el rol de una persona enferma”, señala el Dr. Birnbaum. “Queremos que retornen a la escuela a pesar de tener estos obstáculos. Regresen al trabajo a pesar de tener un impedimento temporal. La idea es que esto es un bache en el camino que podemos superar. La mejor forma de comenzar a sentirse mejor es comenzar a hacer las cosas otra vez”.
En Zucker Hillside también hay una variedad de grupos para desarrollar habilidades de recuperación y fomentar el ejercicio y la interacción social. Y hay noches de juegos competitivos para ayudar a fortalecer funciones cognitivas, como la memoria y la velocidad de procesamiento, las cuales se pueden debilitar como consecuencia de un episodio psicótico. “Algunas personas sienten que el cerebro no les trabaja de la misma forma que solía hacerlo”, dice el Dr. Birnbaum
Algunas actividades están diseñadas para hacer que permanecer en tratamiento sea atractivo para los pacientes jóvenes, de manera que se queden lo suficiente para beneficiarse de una intervención temprana.
Empoderar al paciente
Después de un episodio, algunos pacientes regresan rápidamente a la normalidad, con medicamentos, mientras que otros continúan teniendo síntomas psicóticos, pero a un nivel menos agudo. Es posible que los delirios y las alucinaciones no desaparezcan por completo, pero son menos intensos, y el paciente puede darles menos peso y aprender a manejarlos, dice el Dr. Birnbaum. “Están en el fondo de sus mentes, en lugar de estar al frente”.
Los pacientes también varían en su receptividad a la terapia y en cuanto a la toma de medicamentos. Una parte importante del programa es empoderar a las personas que están siendo tratadas para que participen junto con los profesionales en la toma de decisiones conjuntas acerca de su tratamiento.
“Los jóvenes que no quieren tomar medicamentos, no tienen que hacerlo”, dice el Dr. Birnbaum. “Lo alentamos intensamente. Sé que la medicación es de gran ayuda. Pero es una decisión individual cuánto medicamento quieren tomar y por cuánto tiempo”.
Los pacientes que han estado tomando medicamentos puede que decidan que quieren probar una dosis menor, o suspender la medicación, para ver si sus síntomas regresan. El equipo aborda esto como un experimento, como una oportunidad de aprendizaje. Algunas veces los síntomas no regresan y el paciente se mantiene con una dosis más baja, otras veces sí regresan y el paciente pedirá regresar a la dosis más alta.
“Prefiero tener estas discusiones abiertas y honestas a que me digan ‘sí doctor, estoy tomando el medicamento’, para luego ir a casa y no tomar nada: mentirme al respecto. O simplemente desaparecer y no regresar”.
Un mensaje de esperanza
Parte de la meta del tratamiento temprano es eliminar el estigma de la esquizofrenia, y demostrar a los pacientes, y a sus familias, que es una enfermedad más manejable de lo que podrían pensar. Los pacientes se “gradúan” del Early Treatment Program en el Zucker Hillside cuando tienen una buena comprensión de la enfermedad que presentan y saben qué necesitan hacer para permanecer mejor.
La iniciativa nacional de expandir estos programas busca cambiar no solo el modelo de tratamiento sino enviar un mensaje de esperanza y optimismo.
Lo que el Dr. Birnbaum llama “la vieja historia” de la esquizofrenia era una historia sombría. Pero gracias a los programas de intervención temprana, hay una nueva historia de que la recuperación es posible. Estos programas están diseñados, como dice él, “para detener la enfermedad mental en su curso antes de que tenga la oportunidad de asumir el control de la vida de alguien”.
Artículo publicado por el Mind Child Institute y traducido al español para Psyciencia.