La evidencia destaca al sueño como un factor de suma importancia para la salud mental. Se ha vinculado el sueño deficiente con variaciones en el rendimiento académico, impulsividad en niños y adolescentes, cambios en el estado de ánimo, detrimento en la memoria, el tiempo de reacción, inflamación, aumento de la presión arterial, e incluso se lo ha relacionado con la diabetes y la obesidad.
Un estudio reciente encontró que los problemas del sueño en la infancia pueden preceder al desarrollo de trastornos mentales en la adolescencia. Esta investigación examinó tanto las pesadillas como el impacto de problemas conductuales del sueño más comunes como el sueño corto, la fragmentación del sueño o las rutinas de sueño irregulares (Morales-Muñoz et al., 2020).
¿Por qué es importante? Los problemas del sueño en la primera infancia podrían ser un factor de riesgo potencial para el desarrollo de psicopatología prospectiva en la adolescencia, por lo que resulta necesario considerar y evaluar la presencia de tales alteraciones. Esto ayudaría a identificar a las personas con mayor riesgo de experiencias psicóticas o síntomas de trastorno límite de la personalidad en la adolescencia y, potencialmente, podría guiar el diseño de intervenciones psicológicas orientadas al sueño saludable para prevenir o atenuar la posible aparición de trastornos mentales, señalan los autores.
Metodología: el equipo de investigadores estudió datos de la cohorte de nacimiento Avon Longitudinal Study of Parents and Children. Tal estudio longitudinal reclutó a madres embarazadas de 13488 bebés hace casi tres décadas. Como parte del estudio, madres y padres informaron el comportamiento del sueño de sus hijos e hijas cuando tenían 6, 18 y 30 meses, y nuevamente a los 3.5, 4.8 y 5.8 años.
Hallazgos: dentro de la muestra, habían aproximadamente 7000 niños con síntomas psicóticos en la adolescencia temprana y más de 6,000 niños con síntomas de trastorno límite de la personalidad en la misma etapa.
Según su análisis, las niñas y niños que presentaron despertares nocturnos frecuentes a los 18 meses de edad y rutinas de sueño irregulares a los 6 y 30 meses y a los 5.8 años de edad tenían más probabilidades de informar experiencias psicóticas entre los 12 y 13 años de edad. Además, los niños que dormían menos durante la noche y se iban a la cama más tarde a la edad de tres años y medio eran más propensos a informar síntomas de trastorno límite de la personalidad en la adolescencia temprana.
Explican los investigadores que mantener rutinas regulares de sueño es de suma importancia en la primera infancia: estos hábitos tienen un impacto específico en el desarrollo de problemas específicos de salud mental en etapas posteriores de la vida, como la adolescencia. Conforme a sus hallazgos, los despertares nocturnos frecuentes y las rutinas de sueño irregulares se vinculan más con la psicosis; la duración del sueño presenta una vinculación más cercana al trastorno límite de la personalidad. Y agregan otro dato: la depresión a los 10 meses de edad explica parcialmente las asociaciones entre estos problemas específicos del sueño y los síntomas psicóticos.
Limitaciones: advierten los autores que las medidas utilizadas fueron informadas por padres y madres, por lo que fueron medidas subjetivas. El equipo controló varios factores entre los cuales se incluyen el estado socioeconómico, el abuso físico y sexual y el temperamento emocional.
Por último, señalan que existen dos interrogantes que aún deben estudiarse: en primer término, si otros factores potenciales relevantes, además de la depresión a los 10 años de edad, podrían ser la base de las asociaciones entre los problemas conductuales del sueño en la infancia y los síntomas psicóticos y de trastorno límite de la personalidad en la adolescencia; y si las intervenciones del sueño serían de hecho eficaces para prevenir el desarrollo de futuros síntomas psicóticos y/o de trastorno límite de la personalidad. Esto último podría proporcionar evidencia del posible papel causal del sueño.
Referencia bibliográfica:
Morales-Muñoz, I., Broome, M. R., & Marwaha, S. (2020). Association of Parent-Reported Sleep Problems in Early Childhood With Psychotic and Borderline Personality Disorder Symptoms in Adolescence. JAMA Psychiatry . https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2020.1875
Fuente: Psypost