El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue noticia hace poco tiempo por sostener que «el odio y las enfermedades mentales aprietan el gatillo, no el arma», a la vez que pidió una mejor identificación de las personas con enfermedades mentales y, en algunos casos, un «encierro involuntario» de ellas. En sus declaraciones transmite la creencia de que existe un vínculo férreo entre las enfermedades mentales y el uso de armas.
Sin embargo, una nueva investigación sugiere que muchos síntomas comunes de trastornos de la salud mental no tienen relación con el uso de armas de fuego para amenazar a alguien (Lu & Temple, 2019).
Los investigadores examinaron datos de 663 adultos jóvenes que habían sido reclutados de las escuelas públicas del área de Houston para un estudio longitudinal.
Se encuestó a los participantes sobre su posesión y uso de armas de fuego, así como sobre ansiedad, depresión, estrés, trastorno de estrés postraumático, hostilidad, impulsividad, trastorno límite de la personalidad, tratamiento de salud mental y otros detalles demográficos.
“Nuestro estudio analizó dos comportamientos relacionados con armas de fuego, portar armas fuera de los hogares (esto excluye las ocasiones con fines de caza) y amenazar a alguien con una pistola, y sus asociaciones con la salud mental y el acceso a las armas”, dijo el autor del estudio Yu Lu, profesor asistente de la Universidad de Oklahoma.
“Descubrimos que la mayoría de los síntomas de salud mental que examinamos, incluida la ansiedad, la depresión, el estrés, el TEPT y el trastorno límite de la personalidad, no estaban relacionados con la violencia armada. En cambio, las personas con acceso a armas tenían 18 veces más probabilidades de haber amenazado a alguien con una pistola en comparación con aquellos que no tenían acceso a armas, incluso después de controlar salud mental, tratamiento previo de salud mental y las características demográficas, como la edad, el sexo , raza/etnia,” dijo Lu.
La hostilidad predijo amenazar a alguien con un arma, mientras que la impulsividad predijo la portación de armas.
Para los investigadores, la conclusión principal del estudio es que no debemos estigmatizar a las personas con problemas de salud mental; no debemos asumir que son peligrosos, porque es más que probable que no sean peligrosos y que, de hecho, sean más propensos a ser víctimas antes que perpetradores de violencia.
Limitaciones del estudio
Esta investigación no examinó algunos trastornos mentales graves y solo midió las amenazas con armas, no los disparos reales.
“Hay una falta general de investigación sobre la violencia armada. Somos los primeros en analizar las enfermedades mentales y el acceso a armas, también somos los primeros en usar datos longitudinales para analizar la relación a lo largo del tiempo” explicó Lu.
“Cabe señalar que los participantes de nuestro estudio eran adultos jóvenes principalmente de Texas y nuestro estudio no probó una lista completa de síntomas de salud mental (por ejemplo, no probamos la esquizofrenia). Se necesita más investigación sobre la violencia armada en general y para probar específicamente con otras poblaciones e incluir otros tipos de problemas de salud mental,” finalizó Lu.
Referencia:
Lu, Y., & Temple, J. R. (2019). Dangerous weapons or dangerous people? The temporal associations between gun violence and mental health. Preventive Medicine, 121, 1-6. https://doi.org/10.1016/j.ypmed.2019.01.008
Fuente: PsyPost