Estar a cargo del hogar demanda más energía de la que podemos llegar a notar. Si bien los hombres participan más que en el pasado de las tareas del casa y el cuidado de los hijos, las mujeres siguen siendo quienes están a cargo del hogar, incluso cuando tienen otro empleo. Debido a que esta carga desigual puede afectar la salud mental de las mujeres, investigadores de las Universidades Estatales de Arizona y Oklahoma decidieron estudiar cómo se dividió el manejo del hogar entre las parejas y cómo afectó dicha división al bienestar de las mujeres. Este estudio encontró que las mujeres que se sienten demasiado responsables – o las únicas responsables – del manejo del hogar y la crianza de los hijos están menos satisfechas con sus vidas y con sus relaciones de pareja.
¿Qué es el trabajo invisible?
Es una carga mental que resulta necesaria para manejar el hogar. Puede incluir planificación, coordinación, monitoreo, e incluso anticipar eventos o tareas futuras. Lo consideramos invisible porque, a menudo, es una lista mental interna de lo que necesita ser hecho, cuándo necesita ser realizado y cómo necesita llevarse a cabo. También lo consideramos invisible porque no suele tener el reconocimiento que merece, sino que el crédito se lo lleva quien realiza físicamente la tarea, pero el trabajo mental que tomó coordinar esa tarea no suele ser reconocido.
¿A qué nos referimos con la “carga mental del hogar”?
Ejemplificar puede ser clarificador: una pareja puede dividir la realización física de las tareas del hogar (e.g. quién lava la ropa, quién cocina), o contribuir de igual forma en estas tareas, pero las mujeres continúan siendo quienes cargan con la responsabilidad de asegurarse que no se acabe el jabón, que toda la ropa sucia llegue a ser lavada, que siempre hayan toallas disponibles, etc. Esta carga mental puede tener un costo.
En este estudio, los investigadores encuestaron a 393 mujeres americanas con hijos menores de 18 años de edad, casadas o en una relación comprometida. La muestra incluyó mujeres mayormente de hogares de clase media alta, que estaban altamente educadas (más del 70% tenía por lo menos educación universitaria).
Midieron la división de los trabajos del hogar preguntando quién estaba a cargo de tres grupos de tareas: organización de los horarios de la familia, fomentar el bienestar de los hijos, y tomar decisiones financieras importantes. El equipo estudió cómo afectaban estas tareas a la satisfacción de las mujeres con sus esposos o parejas y con la vida en general. También se estudió cómo se relacionaba el trabajo invisible con sentimientos de abrumación y vacío en la vida cotidiana de las mujeres.
En la categoría de rutinas de la familia, casi 9 de cada 10 mujeres respondieron que sentían ser las únicas responsables por la organización de los horarios de la familia, que según Suniya Luthar, Profesora Fundadora de psicología en la Universidad de Arizona y autora del estudio, es un porcentaje muy alto dado que el 65% de las mujeres tenían otro empleo. Al menos 7 de cada 10 mujeres respondieron que también eran responsables de otras áreas de las rutinas familiares, como mantener estándares para dichas rutinas y asignar tareas del hogar.
Las mujeres que indicaron que estaban a cargo del hogar reportaron que se sentían abrumadas con sus roles como madres, que tenían poco tiempo para sí mismas y que se sentían exhaustas.
“Ser única responsable del manejo del hogar se relacionó con los niveles de angustia de las madres, pero con casi el 90% de las mujeres sintiéndose únicas responsables, no hubo suficiente variabilidad en los datos para detectar si esta relación fue estadísticamente significante,” dijo Luthar, y agregó que no hay dudas de que hacer malabares constantemente y realizar varias tareas a la vez en la casa afecta negativamente la salud mental.
casi 9 de cada 10 mujeres respondieron que sentían ser las únicas responsables por la organización de los horarios de la familia
Un gran porcentaje de las mujeres también sintió que eran mayormente ellas las responsables de estar atentas al bienestar y estado emocional de los hijos. Casi 8 de cada 10 respondieron que ellas eran las que conocían a los maestros y directivos de sus hijos, y dos tercios indicaron que eran ellas quienes estaban atentas a las necesidades emocionales de los niños. Sin embargo, inculcarles valores fue una responsabilidad compartida. Sólo un cuarto de las mujeres dijo que eran las únicas responsables, y el 72% dijo que esto era generalmente compartido de manera igualitaria con sus parejas.
El trabajo invisible de asegurar el bienestar de los hijo se relacionó, de hecho, de manera fuerte y única con la angustia de las mujeres. Esta categoría predijo claramente sentimientos de vacío en ellas. También se asoció con bajos niveles de satisfacción en la vida en general y con el matrimonio o la pareja.
Ser las primeras en responder a la angustia de los niños es un trabajo pesado y puede generar mucho miedo ser responsable única de estas decisiones, que podrían empeorar en lugar de mejorar el bienestar de los hijos.
Los investigadores se sorprendieron cuando encontraron que esta responsabilidad desproporcionada no tenía asociaciones fuertes con el bienestar más allá de sentirse sobrecargadas, o con mayores responsabilidades en su rol como madres respecto de la pareja.
la protección más importante para los niños bajo estrés es el bienestar del cuidador primario en la familia
Las decisiones financieras también se reportaron como responsabilidades compartidas. Sólo un poco más del 50% de las mujeres respondió que ellas tomaban las decisiones sobre inversiones, vacaciones, mejoras importantes en el hogar y compra de autos junto con sus parejas. Como otros estudios encontraron que participar en decisiones financieras es empoderador, los investigadores predijeron que esto estaría asociado positivamente con el bienestar de las mujeres. Pero la toma de decisiones financieras se asoció inesperadamente con baja satisfacción con la pareja, a la cual el equipo de investigación le atribuyó la adición de esta tarea a las altas demandas de manejo del hogar y resguardo del bienestar de los hijos.
Respecto del impacto sobre los hijos, expertos en resiliencia en niños están de acuerdo en que la protección más importante para los niños bajo estrés es el bienestar del cuidador primario en la familia, que más comúnmente es la madre. Las madres también deben sentirse atendidas y cuidadas para que puedan tener buena salud mental y comportamientos positivos en la crianza de los hijos. Cuando las mujeres se sienten demasiado responsables por el trabajo invisible de manejar un hogar y criar a los hijos, esto puede impactar de manera negativa en el bienestar general de los hijos. Adicionalmente, las madres deben sostener conexiones confiables y auténticas con otras personas que les dan apoyo. Ensayos clínicos aleatorios han mostrado que los grupos de apoyo regulares con madres en el lugar de trabajo llevaron a la reducción de la angustia, del burnout en el trabajo y de la hormona del estrés (cortisol).
Contar con el apoyo de otras y otros y trabajar para equilibrar la carga mental del manejo del hogar con la pareja parecen ser puntos fundamentales para reducir el impacto negativo que el trabajo invisible está teniendo en las madres, y es imprescindible para mejorar su bienestar general que se sientan cuidadas y atendidas, que logren recuperarse del agotamiento y que cuenten con tiempo para cuidar de ellas mismas.
Referencia del Estudio: Lucia Ciciolla, Suniya S. Luthar. Invisible Household Labor and Ramifications for Adjustment: Mothers as Captains of Households. Sex Roles, 2019 https://link.springer.com/article/10.1007%2Fs11199-018-1001-x
Fuente: Science Daily