Trabajar de noche es un carcinógeno probable. ¿Qué significa esto? Ante la creciente evidencia científica de que el cáncer es más prevalente en los trabajadores del turno nocturno, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud este tipo de trabajo como causa probable de cáncer, especialmente el de mama, próstata y colorrectal (IARC Monographs Vol 124 group, 2019).
“Probable” significa que es más que posible y menos que definitivamente carcinógeno.
La evidencia ha demostrado que los trabajadores del turno de noche enfrentan considerables disparidades de salud, que van desde mayores riesgos de enfermedades metabólicas y cardiovasculares hasta trastornos de salud mental y cáncer. Sucede que al trabajar turnos de noche los ritmos naturales de actividad de 24 horas de ciertos genes relacionados con el cáncer se ven interrumpidos, lo que hace que las personas que trabajan de noche sean más vulnerables al daño del ADN y, al mismo tiempo, hace que los mecanismos corporales de reparación del ADN no estén sincronizados para tratar ese daño (Koritala et al., 2021).
¿Por qué el trabajo nocturno puede elevar el riesgo de cáncer?
El equipo de investigadores buscó abordar esta pregunta y para ello, estudiaron la posible participación del reloj biológico, el mecanismo incorporado en el cuerpo que nos mantiene en un ciclo de día y noche de 24 horas. Aunque hay un reloj biológico central en el cerebro, casi todas las células del cuerpo también tienen su propio reloj incorporado. Este reloj celular involucra genes conocidos como “genes de reloj” que son rítmicos en su expresión, lo que significa que sus niveles de actividad varían con la hora del día o de la noche. Los investigadores plantearon la hipótesis de que la expresión de genes asociados con el cáncer también podría ser rítmica, y que el trabajo nocturno podría alterar la ritmicidad de estos genes.
¿Cómo pusieron a prueba esta hipótesis?
Mediante un experimento de trabajo por turnos simulado en el que 14 participantes pasaron siete días dentro de un laboratorio del sueño. La mitad de ellos completó un horario de turno nocturno simulado de tres días, mientras que la otra mitad tuvo en un horario de turno diurno simulado de tres días.
Después de completar sus turnos, todos los participantes se mantuvieron en un protocolo de rutina constante que se utiliza para estudiar los ritmos biológicos generados internamente en los humanos, independientemente de cualquier influencia externa. Como parte del protocolo, se les mantuvo despiertos durante 24 horas en una postura semi-reclinada bajo constante exposición a la luz y temperatura ambiente y se les dio refrigerios idénticos cada hora. Cada tres horas se les extrajo una muestra de sangre.
¿Qué encontraron en los análisis?
Los análisis de glóbulos blancos tomados de las muestras de sangre mostraron que los ritmos de muchos de los genes relacionados con el cáncer eran diferentes en la condición del turno de noche en comparación con la condición del turno de día. En particular, los genes relacionados con la reparación del ADN que mostraban ritmos distintos en la condición de turno diurno perdieron su ritmo en la condición de turno nocturno.
Luego, los investigadores analizaron cuáles podrían ser las consecuencias de los cambios en la expresión de genes relacionados con el cáncer. Descubrieron que los glóbulos blancos aislados de la sangre de los participantes del turno de noche mostraban más evidencia de daño en el ADN que los de los participantes del turno de día. Además, después de que los investigadores expusieron glóbulos blancos aislados a radiación ionizante en dos momentos diferentes del día, las células que se irradiaron por la noche mostraron mayor daño en el ADN en la condición de turno nocturno en comparación con la condición de turno diurno. Esto significaba que los glóbulos blancos de los participantes del turno de noche eran más vulnerables al daño externo de la radiación, un factor de riesgo conocido de daño al ADN y cáncer.
Tomados en conjunto, estos hallazgos sugieren que los horarios de trabajo nocturno alteran el tiempo de expresión de los genes relacionados con el cáncer de una manera que reduce la efectividad de los procesos internos de reparación del ADN cuando más se necesitan, explicaron los autores.
Pasos hacia una mejor prevención y tratamiento
¿Se acumula con el tiempo el daño del ADN no reparado? ¿Aumenta esto el riesgo de sufrir cáncer? Los autores del estudio buscarán responder a estas preguntas con una nueva investigación realizada con personas que en el mundo real desarrollen trabajos en turnos de noche, y adelantan que si lo que sucede es consistente con los hallazgos actuales, este trabajo podría eventualmente usarse para desarrollar estrategias de prevención y medicamentos que podrían abordar la falta de sincronización de los procesos de reparación del ADN. También podría ser la base de las estrategias para optimizar el tiempo de la terapia del cáncer para que el tratamiento se administre cuando la efectividad es mayor y los efectos secundarios son mínimos, un procedimiento llamado cronoterapia que debería ajustarse a los ritmos internos de los trabajadores nocturnos.
Referencias bibliográficas:
- IARC Monographs Vol 124 group. (2019). Carcinogenicity of night shift work. The Lancet Oncology, 20(8), 1058-1059. https://doi.org/10.1016/S1470-2045(19)30455-3
- Koritala, B. S. C., Porter, K. I., Arshad, O. A., Gajula, R. P., Mitchell, H. D., Arman, T., Manjanatha, M. G., Teeguarden, J., Van Dongen, H. P. A., McDermott, J. E., & Gaddameedhi, S. (2021). Night shift schedule causes circadian dysregulation of DNA repair genes and elevated DNA damage in humans. Journal of Pineal Research, e12726. https://doi.org/10.1111/jpi.12726
Fuente: Science Daily