Las farmacéuticas están felices. Durante los últimos años la venta de vitaminas y complementos han incrementado a niveles deslumbrantes. Para que se den una idea, sólo en Estados Unidos se gasta más de 28 mil millones de dólares en multivitaminicos.
La gente está desperdiciando su dinero porque cree que tomar vitaminas puede mejorar su agilidad mental y salud en general. Pero los datos revelan que estas cápsulas no tienen beneficios directos en nuestra salud.
Sólo en Estados Unidos se gasta más de 28 mil millones de dólares en multivitaminicos
Entre las vitaminas más buscadas, está la vitamina B. Esto probablemente se deba a que han escuchado que podría prevenir el mal de Alzheimer.
¿Por qué se cree que el consumo de vitamina B puede prevenir el Alzheimer?
Esta hipótesis nace a partir de hallazgos previos que encontraron que el consumo de ácido fólico y de vitamina B12 reduce los niveles de Homocisteína, un compuesto relacionado con el riesgo de sufrir de Alzheimer. Este descubrimiento permitió pensar que si consumimos vitamina B, entonces podríamos reducir el riesgo de sufrir esta enfermedad.
Para poner a prueba esta hipótesis, un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, reunió a más de 22 mil personas y comparó el efecto de la vitamina B sobre las funciones cognitivas de las personas mayores, contra el placebo.
¿Y qué se encontró?
Se halló que los sujetos que consumieron vitamina B tuvieron una reducción en los niveles de Homocisteína en su sangre. Sin embargo, no tuvieron una diferencia importante de sus habilidades mentales: memoria, velocidad y funciones ejecutivas, en comparación con los sujetos que tomaron placebo.
No tuvieron una diferencia importante de sus habilidades mentales
“Hubiera sido bueno encontrar algo diferente. Nuestro estudio fundamenta que la vitaminas B no reducen el deterioro cognitivo a medida que envejecemos. Tristemente tomar ácido fólico y vitamina B12 no va a prevenir la enfermedad de Alzheimer” así concluyó el director del estudio, Dr. Robert Clarke.
La investigación fue publicada en la revista American Journal of Clinical.
Fuente: ScienceDaily
Imagen: onesource4wellness