Los trastorno del espectro autista (TEA) son trastornos complejos, neurológicos y del desarrollo, que comienzan a temprana edad y afectan la forma en que una persona interactúa con los demás, se comunica y aprende. Aproximadamente del 3 al 5 por ciento de los niños con una tía o tío con trastorno del espectro autista (TEA) también tienen TEA, un porcentaje importante en comparación con aproximadamente el 1.5 por ciento de los niños en la población general. Estos son los hallazgos de un nuevo estudio que a la vez ponen en duda el efecto protector femenino, una teoría que sostiene que las mujeres tienen una tasa más baja de TEA que los hombres porque tienen una mayor tolerancia sus factores de riesgo, cuestión que no fue consistente con sus resultados (Bai et al., 2020).
Para llevar a cabo este estudio se utilizaron registros de casi 850000 niños suecos y sus familias. Los niños nacieron entre 2003 y 2012. Aproximadamente 13000 niños fueron diagnosticados con TEA, alrededor del 1.5% del total. La descendencia de las madres con uno o más hermanos con TEA tenía cerca de tres veces más probabilidades que los niños de la población general de tener TEA. Los hijos de padres con uno o más hermanos con TEA tenían el doble de probabilidades que los niños de la población general de tener TEA, una tasa que no difirió significativamente de la de los niños cuyas madres tienen un hermano con TEA. Según los autores del estudio, los resultados proporcionan la primera estimación del riesgo de TEA en toda la población para los hijos de padres que tienen un hermano con TEA.
Este hallazgo desafía la existencia de un efecto protector femenino, explicaron los investigadores, porque si tal efecto existiera, se podría esperar que los hijos de madres con un hermano con TEA tuvieran un riesgo hasta 30% mayor de TEA. Del mismo modo, los investigadores no encontraron un aumento estadísticamente significativo en el riesgo de TEA para los niños cuyos tíos tienen TEA, en comparación con los niños cuyas tías presentan la condición.
Concluyen los investigadores que “dados los beneficios de la intervención temprana, estos resultados apoyan la incorporación de antecedentes familiares de segundo grado de
TEA en la práctica pediátrica, así como futuros estudios que involucren fenotipado y genotipado conductual para avanzar en estimaciones individualizadas del riesgo de recurrencia de TEA.”
Referencia bibliográfica:
Bai, D., Marrus, N., Yip, B. H. K., Reichenberg, A., Constantino, J. N., & Sandin, S. (2020). Inherited Risk for Autism Through Maternal and Paternal Lineage. Biological Psychiatry. https://doi.org/10.1016/j.biopsych.2020.03.013
Fuente:Science Daily