En España existe casi un pensamiento único en la psicología clínica y sanitaria en torno a la Terapia Cognitivo-Conductual. Esto es una anomalía, ya que el resto de modelos de psicoterapia (en grandes rasgos Terapias Humanistas, Sistémicas y Psicodinámicas) tienen una gran aceptación y penetración en todas las universidades del mundo. En el máster de psicología general sanitaria donde tengo el placer de ser profesor, trato de explicar otros modelos de terapia y mostrar cómo se integran y que tienen en común.
Esto incluye a mi modelo de trabajo como psicólogo, la Psicoterapia Gestalt, que, por ejemplo, ha sido señalada por la APA como uno de los tres tipos de terapia humanista especialmente relevantes, destacando sus aportaciones como el aquí y el ahora, la importancia de aceptar la responsabilidad de los propios actos y el holísmo organísmico.
Psicólogos tan afamados y reputados como Albert Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva y uno de los padres de la Terapia Cognitivo-Conductual, no han tenido problema en colaborar o trabajar de forma conjunta en proyectos con gestaltistas, como cuando realizó los vídeos con Gloria con Fritz Perls (creador de la Terapia Gestalt) en un programa de material formativo de la APA. También continuadores de la obra de Aaron Beck, como Jeffrey Young, que investigó con Beck y con el que colaboró activamente, creó su afamada Terapia de Esquemas Cognitivos e introdujo conceptos y técnicas gestálticas para provocar cambios en las creencias disfuncionales de sus pacientes (el propio Young señala las influencias de Perls en su obra y sus esfuerzos por integrarlas en las terapias cognitivas).
Personalmente, esta “guerra entre modelos de psicoterapia” me parece bastante absurda y egocéntrica… Antes de ser gestáltico fui terapeuta cognitivo-conductual, por lo que no tengo nada en contra de este modelo, de hecho en Aprende Viendo Terapia tenemos una excelente psicóloga que trabaja desde ese enfoque, y veo lo mucho que aporta a sus pacientes con su conocimiento técnico.
la Psicoterapia Gestalt ha sido señalada por la APA como uno de los tres tipos de terapia humanista especialmente relevantes
Encuadrado el prestigio que tiene la Gestalt en otros países para intentar reducir sesgos cognitivos y prejucios, paso a tratar de explicar los conceptos básicos del modelo, “adaptándolos” o “traduciéndolos” a la terminología cognitivo-conductual.
Para los terapeutas gestálticos, los individuos funcionan en base a sus emociones. En el afamado E –> O –> R, para nosotros hay una primacía de lo emocional respecto a lo cognitivo, pero sí que creemos que las emociones emergen en el aquí y el ahora ante algo que las provoca, aunque sea un hecho del pasado o una idea futura (que serían estímulos cognitivos) y consideramos que la emoción mueve claramente hacia la acción, ya que la emoción es algo que emerge para intentar cubrir una necesidad básica del individuo y lo prepara y mueve para la acción conductual destinada a satisfacerla.
Esta capacidad innata del ser humano, consistente en poder cubrir sus propias necesidades gracias a la tendencia a la acción de las emociones, es lo que le permite crecer y desarrollarse como individuo (tal y como recogió el Gestaltista Abraham Maslow en su conocida Pirámide Motivacional). Sin embargo, los individuos no siempre se permiten sentir, y por tanto, no pueden tomar darse cuenta de cuáles son sus necesidades y que las emociones les dirijan a la acción destinada para cubrir la necesidad no satisfecha.¿Pero por qué ocurre esto? Digamos, que todas las personas tienen una serie de emociones, que son percibidas como “Estímulos Fóbicos”. Esto, normalmente viene de la historia de aprendizaje del sujeto, ya sea por vivir sucesos traumáticos que crearon condicionamientos aversivos (como por ejemplo si un adolescente llora y sus compañeros le ridiculizan llamándole “nenaza” o “mariquita” es muy probable que esta persona evite de forma activa sentir la tristeza) o debido a esquemas cognitivos y creencias en torno a sus emociones (que en Gestalt se llaman “introyectos”) como que uno es malvado y desagradecido si se enfada con sus padres. Otro tipo de aprendizajes, como los mensajes que recibimos a la hora de formular nuestro autoconcepto o el aprendizaje vicario de figuras significativas, también influyen de manera significativa a la hora de “marcar” o “posicionar” a determinadas emociones como aversivas.
Para los terapeutas gestálticos, los individuos funcionan en base a sus emociones
Cuando esa emoción se convierte en algo tan aversivo, el individuo desarrolla una “fobia específica” hacia ella, y, trata de protegerse de ella mediante “conductas evitativas”, que normalmente se traducen en intentar no sentir o en sustituir o tapar esas emociones aversivas con otras que no lo son. Esto a corto plazo, se ve reforzado, ya que la persona evita el malestar que le supone conectar con esa emoción fóbica y amenazante, y tiende a perpetuarse por ese sistema de refuerzo, reaccionando desde este aprendizaje disfuncional, pero a largo plazo, al impedirse sentir la emoción adaptativa, no puede cubrir la necesidad subyacente tras dicha emoción.
Al igual que en el tratamiento de la fobia específica, el trabajo del psicólogo gestáltico se basa en la exposición al estímulo fóbico, en este caso, la emoción que el paciente no se deja sentir, y para ello, emplea su conocimiento sobre las emociones y la capacidad de percibir sus propias emociones del paciente, para buscar qué emociones son evitadas (algo que se manifiesta en terapia, ya que las emociones, aun evitadas siempre “emergen” o “se actúan” aunque sea en pequeña medida, con en expresiones en el Lenguaje No Verbal) y poder conectarle (exponerle) a ellas.
Cuando el paciente finalmente, es capaz de exponerse, no sólo se termina la ansiedad que le creaba el temor a la exposición y toda la disfuncionalidad de las conductas evitativas, sino que además, es capaz de moverse a la acción para cubrir la necesidad que había detrás de dicha emoción y crecer personalmente, experimentándose autosuficiente y capaz de obtener aquello que necesita.
Para lograr esto y hacerle exponerse a dicha emoción, las técnicas gestálticas son muy similares o al menos comparten principios similares, a la terapia cognitivo-conductual. En Gestalt se busca crear un marco donde la emoción surja para que el paciente pueda exponerse a ella y aprender de la vivencia de dicho proceso experiencial. Ejercicios gestálticos como los fenomenológicos, que pueden tener formatos como la exposición en imaginación (que a diferencia de en la terapia cognitivo conductual no sólo se expone sino que también se puede “actuar conductualmente” en dicha exposición en imaginación, cubriendo la necesidad) o las tareas de autopercepción corporal, que se basan en el mismo principio de Jacobson con la relación entre tensión corporal y el estrés, pero que los gestálticos extendemos a todas las emociones (no sólo el estrés se manifiesta en sensaciones corporales, sino todas ellas, por lo que al igual que percibiendo la tensión muscular y provocando cambios en ellas se puede provocar cambios en la ansiedad, esto ocurre también con la ira, la tristeza, la culpa, la alegría…).
Sobre el autor: Buenaventura del Charco Olea es psicoterapeuta especializado en Terapia Gestalt y es el director de Aprende Viendo Terapia, el centro especializado de entrenamiento presencial y online de psicoterapia.
Bibliografía
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Alan E. Kazdin (2000). “Encyclopedia of Psychology Vol. VIII”. APA.
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Latner, Joel (1994). “Fundamentos de la Gestalt.” Cuatro Vientos
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Maslow, Abraham (1998). “El hombre autorrealizado: Hacia una psicología del ser”. Barcelona: Editorial Kairós.
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Rodríguez, E. (2009). “La terapia centrada en esquemas de Jeffrey Young”.Avances en Psicología Latinoamericana, 17(1), 59-74.
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Sinay, Sergio; Blasberg, Pablo (1995). “Gestalt para principiantes”. Buenos Aires: Era Naciente.