Una reciente investigación sugiere que la terapia familiar es más efectiva para niños con alto riesgo de sufrir de trastorno bipolar, que el tratamiento educativo de menor duración.
En el estudio, publicado en el Journal of American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, se explica que los niños y adolescentes con trastorno depresivo mayor o formas más sutiles del trastorno bipolar, que tenían al menos un familiar de primer grado con trastorno bipolar, responden mejor al tratamiento de 12 sesiones centradas en la familia que un tratamiento educativo breve.
Para realizar la investigación, se identificó a 40 niños que tenían en promedio 12 años de edad y estaban en riesgo de desarrollar el trastorno bipolar. Estos niños estaban diagnosticados con trastorno depresivo mayor, trastorno ciclotímico o trastorno bipolar no especificado (episodios breves de manía o hipomania que no cumplían con todos los requisitos diagnósticos del trastorno bipolar), y tenían por lo menos un familiar de primer grado (por lo general uno de sus padres) con trastorno bipolar I o II.
Estos participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir terapia familiar focalizada, que consistió en 12 sesiones de terapia familiar las cuales incluyeron 4 meses de psicoeducación (aprender estrategias para manejar los altibajos del estado de ánimo), la formación de habilidades de comunicación o entrenamiento en habilidades para resolver problemas; y de 1 a 2 sesiones de información familiar (control educacional).
El 60% de los participantes estaba recibiendo medicación y continuaron recibiéndola durante el transcurso de la investigación.
Los participantes que recibieron tratamiento familiar focalizado lograron recuperarse de los síntomas iniciales depresivos en un promedio de 9 semanas, comparado con las 21 semanas que les tomó a los participantes del grupo control.
Los sujetos que recibieron TFF también tuvieron más semanas de completa remisión de los síntomas depresivos luego de un año de haber concluido el estudio. Asimismo se pudieron observar mejoras en los síntomas maníacos por medio del Young Mania Rating Scale.
Otro hallazgo fue que, a los sujetos que vivían en familias que puntuaron alto en la emoción expresada (comentarios críticos o sobreprotección emocional de los padres), les tomó casi el doble de tiempo para recuperarse de sus síntomas depresivos comparados con los que puntuaron bajo en emoción expresada.
Un segundo análisis indica que los jóvenes provenientes de familias donde hay una alta emoción expresada, que recibieron terapia familiar focalizada, pasaron más semanas en remisión que los jóvenes que sólo recibieron educación.
Respecto a los descubrimientos los directores de la investigación David J. Miklowitz, Doctor de la Escuela de Medicina en UCLA, y Kiki D. Chang, médico en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, sostuvieron que hay que ser cautos con la generalización de los resultados ya que solo un año de seguimiento es muy poco tiempo para determinar si aquellos jóvenes desarrollarán el trastorno bipolar. Sin embargo, detectar el trastorno bipolar en sus primeras etapas, estabilizar sus síntomas y ayudar a la familia a hacerle frente eficazmente a los cambios repentinos de humor del niño, pueden ser altamente útiles para reducir los riesgos y mejorar los resultados a largo plazo.
Fuente: Elsevier