¿Cuáles son los diferentes tipos de problemas en los niños con TDAH?
Los niños con TDAH experimentan problemas en tres campos:
1. Síntomas de disfunción ejecutiva: Previamente hemos definido los componentes de la disfunción ejecutiva en términos científicos. Ahora traduciremos estos problemas en síntomas de la vida real.
1.a. Síntomas clásicos del TDAH:
– Distracción -> Inadecuada inhibición de los estímulos externos.
– Impulsividad -> Inadecuada inhibición de los impulsos internos.
– Hiperactividad -> Liberar físicamente estos estímulos.
1.b. Otros síntomas de la disfunción ejecutiva:
Si no abordamos estos síntomas sólo estamos tratando la punta del iceberg.
– Actúan como polillas: Son atraídos por las luces más brillantes.
Los niños con TDAH son como las polillas: siempre son atraídos por las luces brillantes. A veces la luz más brillante es un videojuego, otras veces es una lapicera reluciente o un sujetador de papeles fascinante que está sobre el escritorio. Muy raramente la luz más brillante será un libro que debe ser leído en dos semanas. Infortunadamente a veces la luz más luminosa es un insecticida.
– Capaz de focalizarse en un videojuego para siempre pero nunca en una tarea para el hogar: Por esto los padres afirman con vehemencia, “¡No me diga que tiene un período de atención corto, puede jugar a la play durante días sin parar un segundo!
El TDAH no implica que el niño no pueda prestar atención. Significa que no puede prestar atención a todo aquello que no sea lo más fascinante.
Al igual que las polillas, si usted deja un niño con TDAH en frente de la atracción más asombrosa (para las polillas sería una bombilla de luz, para un niño con TDAH sería cualquier cosa con una pantalla) se quedarán allí hasta que otra cosa se vuelva más interesante. Cuando se trata de hacer la tarea aún un pedazo de pelusa cualifica como más intrigante.
– Problemas para realmente ejecutar una tarea: Juan piensa “Lo voy a hacer, lo voy a hacer… ¡Corno, no lo hice!”
¡No me diga que tiene un período de atención corto, puede jugar a la play durante días sin parar un segundo!
La mayoría de los niños con TDAH intentan hacer sus tareas. Pero su disfunción ejecutiva en el área de iniciar las tareas les impide la ejecución efectiva de su trabajo. Probablemente el niño con TDAH es el más sorprendido cuando su maestra le pregunta por su tarea y éste se da cuenta de que no la terminó.
– Organización pobre: “Juan, no puedo creer que, después de pasar horas para lograr que terminaras tu tarea, no la hayas entregado”.
El síntoma común del niño con TDAH de hacer la tarea y no entregársela a la maestra sólo puede ser explicado por una discapacidad organizacional.
La desorganización es un síntoma cardinal del niño con TDAH. A menudo es interpretada, erróneamente, como una falta de motivación.
– Trabajo y conducta inconsistentes: “¿Juan, si ayer lo pudiste hacer correctamente, por qué hoy lo hacés tan mal?”.
Con el 100% de su energía los niños con TDAH pueden controlar una tarea que la mayoría de nosotros podríamos hacer con el 50% de nuestra atención. ¿Pero quién puede continuamente disponer de un 100% de su esfuerzo?
– Problemas para regresar a la tarea: “Juan, nunca terminás nada. Te distraés y no te preocupás en terminar tu tarea. A vos no te importa”.
Los niños con TDAH a menudo pueden superar los aspectos más importantes de un proyecto en una explosión de energía, pero tienen problemas para regresar a la tarea para arreglar los detalles finales menos interesantes.
– Pobre sensación del tiempo: “Juan, ¿qué estuviste haciendo toda la tarde? ¡No podés tardar una hora en terminar sólo el primer párrafo!”.
– El tiempo se mueve muy lentamente: “¡Mami el supermercado no termina nunca!”
Su radar hacia el futuro está roto
– Falta de previsión: “¡Juan, nunca vas a estar preparado para el examen si te pasás todo el fin de semana jugando a la play!”.
La previsión, la capacidad de predecir los resultados de nuestras conductas, es una capacidad adaptativa muy importante de los seres humanos. Tenemos la capacidad de hacer simulaciones imaginarias de posibles resultados futuros en nuestra computadora cerebral.
La falta de utilización de esta capacidad puede ser una de las partes más devastadoras del TDAH. No es que a Juan no le importe el futuro, lo que sucede es que el futuro ni siquiera existe en su memoria de trabajo. Su radar hacia el futuro está roto.
Las madres habitualmente están dotadas de una enorme previsión (que raya en la obsesión) en relación con la felicidad futura de sus hijos. En una tarde cualquiera Juan está enojado porque su madre no le permite jugar a la play. Simultáneamente, su madre ya está pensando el futuro divorcio y despido del trabajo de Juan porque cree que nadie podrá aceptar en el futuro su conducta.
– Retrospección pobre y problemas para aprender de los errores: “Juan, ¿no te acordás los problemas que tuviste las últimas cien veces que dejaste tu tarea para el último momento?”. Incapaz de inhibir el presente, Juan no puede detenerse para considerar las lecciones del pasado. Una retrospección pobre es uno de los motivos por el cual los castigos raramente resuelven los problemas de los niños con TDAH, ya que ellos no pueden mantener las repercusiones del pasado en su mente a medida que enfrentan el presente.
– Vivir a la merced del momento: La conducta de los niños con TDAH adquieren sentido una vez que comprendemos que están basadas en reacciones que toman en cuenta únicamente el momento presente.
A Juan le preocupa el futuro. Él aprecia todas las cosas lindas que usted hizo por él en el pasado. El problema es que ahora, en este mismo instante, el futuro y el pasado no existen para él.
– Viviendo según la regla de los cuatro segundos: Si uno quiere comprender y predecir las acciones de un niño con TDAH simplemente pregúntese “¿Qué haría si sintiera que el mundo fuera a desaparecer en cuatro segundos?”. ¿Realmente, qué haría usted? Muy probablemente no haría su tarea para el hogar. Y (dejando de lado la ética) si lo agarraran mintiendo (y no existiera una reputación futura de la cual preocuparse porque el mundo desaparecería en cuatro segundos) muy probablemente tampoco diría la verdad.
– Habilidad pobre para utilizar la capacidad de hablarse a sí mismo para resolver problemas: “¡Juan, en qué estabas pensando cuando hiciste esta tarea! ¿Alguna vez reflexionás sobre la tarea antes de hacerla?”.
– Sentido pobre de conciencia de sí mismo: Cuando se le pregunta a Juan “¿En qué estabas pensando?”, él probablemente contestará, “No lo sé”.
Y muy probablemente su respuesta sea la correcta. Él no lo sabe. Después de todo, nunca llegó tan lejos como para realmente pensar.
Por lo tanto, la impulsividad (definida como actuar rápido y sin pensar) en un niño con TDAH proviene de dos motivos: estos niños no son buenos para “parar” o detenerse (por lo tanto actúan rápidamente) ni tampoco lo son para hablarse a sí mismos (por lo tanto actúan sin pensar).
Los niños con TDAH tienen un exceso de emociones desinhibidas
– Lectura pobre de las claves sociales: “¿Juan, no te das cuenta de que los otros chicos piensan que eso es raro?”.
Juan está demasiado agobiado para notar las reacciones de los otros.
– Problemas con las transiciones: “¿Juan por qué me insultás si sólo te estoy llamando para que vengas a cenar con nosotros?”.
Problemas para cambios en la agenda en función del marco temporal de otra persona es una causa importante de explosiones y exabruptos en los niños con TDAH.
– Hiperfocalizado en ciertos momentos: “¡Cuando Juan está con la computadora no puedo sacarlo!”.
De todas maneras, terminar los detalles aún probablemente sea un problema.
– Pobre tolerancia a la frustración: “¿Juan, por qué nunca me dejás que te ayuda a resolver esto?”.
– Frecuentemente agobiado y enojado: “¡Mami pará! ¡No lo aguanto más! ¡Por favor pará!”
– Hiper-reactividad: “¡Mami sabés que odio las facturas con dulce de leche! ¡Nunca pensás en mí! ¡Te odio!”.
Esta hiper-reactividad se debe a que los niños con TDAH tienen un exceso de emociones desinhibidas. Sin embargo, sus respuestas son apropiadas a los que están sintiendo. Por lo tanto, la próxima que vea a uno de estos niños que está reaccionando exageradamente piense que en realidad está hiper emocionado y debe sentirse muy mal en ese momento.
– Rechaza a aquellos cuya ayuda más necesita: “¡Mamá dejá de controlar mi cuaderno, salí!”. Está simplemente agobiado.
– Reacciones inflexibles y explosivas: “¡Juan estás atascado en esto! ¡No, no puedo dejarte haciéndolo sólo! ¡Juan ahora estás siendo incoherente! ¡No puede ser que te pongas a romper cosas!
– Se siente calmado sólo cuando está en movimiento: “Siempre está más contento si está ocupado. ¿Por eso se queda despierto hasta tan tarde?”
– Problemas para prestarle atención a otros: “Nunca escucha cuando le hablo”.
– Mentir, decir malas palabras, robar y culpar a otros: Son componentes frecuentes especialmente a medida que los niños con TDAH crecen:
* 72% de los niños con TDAH discuten con adultos (vs. 21% de los niños típicos).
* 66% de los niños con TDAH le echa la culpa a otros por sus propios errores (vs. 17% de los niños típicos).
* 71% de los niños con TDAH actúan susceptiblemente o se irritan fácilmente (vs. 20% de los niños típicos).
* 40% de los niños con TDAH maldicen (vs. 6% de los niños típicos).
* 49% de los niños con TDAH mienten (vs. 5% de los niños típicos).
Continuare desarrollando estos conceptos en un próximo artículo.
Autor: Dr. Roberto Rosler Médico Neurocirujano egresado con Diploma de Honor – Universidad de Buenos Aires. Orador y tutor en Asociación Educar, una reconocida plataforma online dedicada a la neurosicoeducación.
Imagen: hangthebankers