Una investigación reciente nos alerta sobre el riesgo de autolesionarse en la adolescencia para los niños que sufrieron de bullying durante su infancia.
El análisis, desarrollado por investigadores de la Universidad de Warwick y la Universidad de Bristol destacó que sufrir de bullying durante la edad escolar puede causar bastante malestar y aumenta significativamente el riesgo de auto-dañarse en la adolescencia.
Estudios previos sostienen que los comportamientos autolesivos pueden provenir de un deseo de aliviar la tensión o comunicar el estrés y, en los casos más extremos, pueden representar un intento de suicidio.
Participaron en el estudio, casi 5000 niños y fueron evaluados sobre la exposición al bullying entre los 7 y 10 años de edad y más tarde se les preguntó si se habían autolesionado entre los 16 y 17 años de edad.
Los datos demostraron que el 16.5% de los niños entre 16 y 17 años de edad habían practicado conductas autolesivas durante el año anterior, y el 26.9% de esos niños lo hicieron porque se sentían como si “quería morir”. Aquellos que fueron sometidos a bullying crónico durante varios años de la escuela primaria eran casi 5 veces más propensos a autolesionarse 6 o 7 años más tarde en la adolescencia.
El profesor y coautor de la investigación, Dieter Wolke, explicó:
“Es una prueba más para acabar con el mito de que el acoso escolar a una edad temprana puede ser visto como un rito inocente de iniciación. La importancia de la intervención temprana no debe ser subestimada. Si fuéramos capaces de eliminar el bullying, habría un potencial de prevenir el 20% de todos los casos de autolesión.”
Los hallazgos fueron publicados en Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry y se tomaron rigurosos controles sobre otras variables como: exposición previa a un entorno familiar adverso, violencia doméstica, estilo parental o problemas de salud mental existentes en la infancia. Estos controles ayudan a identificar claros vínculos entre el bullying temprano y las autolesiones en la adolescencia, ya sea a través de un aumento en el riesgo de depresión o exacerbando los efectos de un entorno familiar perjudicial.
Los resultados también mostraron que, en general, las niñas son más propensas a autolesionarse y a desarrollar síntomas depresivos. Esto apoya la creencia común de que las niñas tienen cerca del doble de probabilidades de experimentar problemas de esta naturaleza, sobre todo cuando esto significa volcar la angustia hacia el interior, es decir, la autolesión.
El Profesor Wolke agregó:
“Muchos niños sufren en silencio y nunca hablan acerca del bullying que deben soportar. No obstante, el mismo también aumenta el riesgo de depresión, muchos adolescentes de nuestro estudio informaron autolesionarse sin estar deprimidos, por lo que es importante que cuando los niños o adolescentes muestran signos de autolesión o indicaciones de síntomas no específicos, tales como dolores de cabeza recurrentes, dolor de estómago, evitar ir a la escuela, etc., se considere al bullying como una posible causa y se brinde el apoyo necesario.”
Hacerle frente al bullying a una edad temprana puede reducir el sufrimiento para el individuo y además puede reducir los costos a largo plazo para la sociedad.
Fuente:Warwick
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