Descansar lo suficiente mediante el sueño, en la medida en que cada uno lo necesita, no debe ser subestimado. Investigaciones tras investigaciones dan cuenta de las implicancias del sueño pobre, insuficiente o perturbador. Un nuevo aporte científico encontró que el sueño fragmentado exacerba la aterosclerosis y puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular a través de un efecto sobre las vías inflamatorias (Vallat et al., 2020). La aterosclerosis es entendida como la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro y sobre las paredes de las arterias (placa), capaz de restringir el flujo sanguíneo, y consecuentemente provocar muchos problemas a nivel físico.
Para probar si el efecto puede deberse en parte al aumento de la señalización inflamatoria, el equipo de investigación midió la interrupción del sueño a través de una polisomnografía en laboratorio del sueño y un detector de movimiento simple usado en la muñeca durante varias noches (actigrafía). Utilizaron recuentos de células sanguíneas estándar para medir los niveles de neutrófilos y monocitos, dos tipos de glóbulos blancos responsables de impulsar las vías inflamatorias.
¿Qué encontraron? La fragmentación del sueño, medida por la actigrafía, predijo tanto un recuento más alto de neutrófilos (pero no monocitos) como mayor calcio en las arterias coronarias, una medida de la patología de aterosclerosis.
Usando un método estadístico conocido como análisis de mediación, el equipo de investigación mostró que la influencia de la fragmentación del sueño en el calcio de las arterias coronarias estaba mediada por el aumento de neutrófilos; en otras palabras, la falta de sueño condujo a un aumento de los neutrófilos, lo que a su vez condujo a un aumento de la aterosclerosis. La influencia de la interrupción del sueño sobre los neutrófilos y la aterosclerosis se mantuvo significativa después de tener en cuenta los múltiples contribuyentes conocidos a la enfermedad arterial, incluidos la edad, el sexo, el origen étnico, el índice de masa corporal, el tabaquismo, la presión arterial, entre otros factores.
Se encontró una asociación similar para la interrupción del sueño medida por la polisomnografía, aunque no fue tan robusta, se mantuvo significativa después de corregir algunos pero no todos los contribuyentes, una diferencia que los autores sugieren puede deberse a la menor duración de la polisomnografía (una sola noche) versus actigrafía (una semana). No se encontró asociación para la falta de sueño informada subjetivamente, en la que se les pidió a los participantes que recordaran la calidad de su sueño, un hallazgo que sugiere que preguntar a los pacientes sobre el sueño puede no ser una herramienta útil para evaluar su riesgo de enfermedad cardíaca relacionado con el sueño.
Referencia bibliográfica:
Vallat, R., Shah, V. D., Redline, S., Attia, P., & Walker, M. P. (2020). Broken sleep predicts hardened blood vessels. PLoS Biology, 18(6), e3000726. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3000726
Fuente: Science Daily