Durante años los médicos han creído que los cerebros de los neonatos no están lo suficientemente desarrollados para sentir dolor y que sus reacciones físicas son meros reflejos. Se añadía a eso que es muy difícil inferir el dolor a través de las observaciones. Según una revisión del 2014 sobre el manejo de neonatos en cuidados intensivos, se realizarían alrededor de 11 procedimientos dolorosos y el 60% de los bebés no recibe ningún tipo de anestesia.
Pero, de acuerdo con una nueva investigación realizada por la ya conocida Universidad de Oxford, los bebés recién nacidos sentirían dolor al igual que los adultos.
Los investigadores se valieron de las imágenes de resonancia magnética para comparar la actividad cerebral de 10 bebés sanos que tenían entre 1 a 6 dias de nacidos, con las imágenes de 10 adultos de 23-36 años, cuando se les pinchaba con una barra especial de retracción que daba la sensación de ser pinchado levemente por un lápiz en la planta del pies.
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Al comparar las imágenes se encontró que se activaron, en los cerebros de los bebés, 18 de las 20 regiones cerebrales que se activan cuando los adultos experimentan dolor. Las imágenes también mostraron que los cerebros de los bebés tenían una respuesta al ¨pinchazo¨ 4 veces más fuertes que los adultos, lo que significa que los bebés no sólo experimentan el dolor al igual que los adultos, sino que también que su umbral de dolor es muy inferior.
Los bebés tenían una respuesta al ¨pinchazo¨ 4 veces más fuertes que los adultos
Los resultados de esta investigación tienen repercusiones muy importantes porque nos ofrece una fuerte evidencia de que los bebés recién nacidos sienten dolor y, además, resalta la necesidad de diseñar guías para administrarles medicamentos para el dolor.
La Dra. Rebecca Slater, autora principal del estudio explicó: ¨Tenemos que pensar que si queremos aliviar el dolor de someterse a un procedimiento a un niño mayor, entonces debemos darle alivio al dolor de un bebé que se somete a un procedimiento similar.¨
Las investigadores saben que este trabajo abre un nuevo camino en la investigación del dolor neonatal, y tienen la esperanza de que en el futuro se puedan encontrar signos neurológicos específicos del dolor en el cerebro que permitan desarrollar tratamientos para el dolor efectivos para estos pequeños bebés, que son los más vulnerables.
El paper completo fue publicado en la revista eLife y es de acceso libre. Puedes descargar el PDF completo.
Fuente: University of Oxford