El impacto de un ataque terrorista en la memoria de los sobrevivientes podría tener efectos mucho más allá del estrés post-traumático y el temor justificado a ciertos escenarios de vida. De acuerdo con la revista Psychological Medicine, hablaríamos de efectos amplificados en la toma de decisiones a largo plazo producto del trauma y posibles desórdenes mentales que surgen luego de una experiencia de esta magnitud.
El estudio en cuestión examinó a supervivientes del atentado terrorista de Noruega en el 2011 donde un extremista asesinó ocho personas en un ataque con bombo fuera de un edificio gubernamental de Oslo. Los investigadores encontraron que, en esta muestra poblacional, las personas tienden a responder a determinados estímulos con base en si esto representa obtener una recompensa u evadir un castigo, tal y como señala el modelo Pavloviano.
Además, el rendimiento de los sobrevivientes a ataques terroristas es menor que el de personas en condiciones normales al momento de tomar decisiones relacionados con “huir” o “permanecer”, lo que sugiere que los traumas podrían tener efectos a largo plazo permanentes que hacen a las personas ser “menos flexibles al momento de tomar decisiones, debido a una mayor influencia del modelo Pavloviano”.
Para extraer estas conclusiones, veintiséis sobrevivientes del ataque terrorista noruego de 2011 y 30 sujetos de control emparejados realizaron una tarea de aprendizaje instrumental en la cual las asociaciones pavloviana e instrumental promovieron respuestas congruentes o conflictivas. Se utilizaron modelos de aprendizaje de refuerzo para inferir cómo el estrés traumático afecta el aprendizaje y la toma de decisiones. Con base en la importancia de la corteza dorsal anterior del cíngulo (dACC) para el control cognitivo, también se investigó si las concentraciones individuales de Glx (= glutamato + glutamina) en dACC podían predecir el sesgo pavloviano de elección.
Grosso modo, todo parece indicar que experimentar estrés traumático hace que las decisiones instrumentales sean menos flexibles al aumentar la susceptibilidad a las influencias pavlovianas. Una asociación observada entre los niveles glutamatérgicos prefrontales y este sesgo pavloviano proporciona un nuevo conocimiento de la base neuroquímica de la toma de decisiones, y sugiere un mecanismo por el cual el estrés traumático puede perjudicar las conductas instrumentales flexibles.
El estudio, sin embargo, tiene limitaciones importantes, entre ellas, el tamaño del grupo de muestra (muy modesto) y el hecho de que este era relativamente heterogéneo, lo que significa que no todos los sobrevivientes experimentaron el mismo tipo de trauma y no todos desarrollaron desórdenes mentales.
Los autores del estudio sostienen que, en el futuro, es importante procurar encontrar un grupo más grande de sobrevivientes, así como incluir aquellos sin desórdenes mentales para obtener resultados con una mejor validez.