Ser políticamente correcto/a significa tomar medidas, ya sea a nivel de lenguaje o normas, para evitar un trato desigual u ofensivo con personas pertenecientes a determinados grupos de la sociedad. Lo que suele motivar su uso es la importancia que se le da a la amabilidad y el querer mostrar consideración por otros.
Un grupo de investigadores notó que la diversidad en los lugares de trabajo trae numerosos beneficios para las personas, instituciones y sociedad en general. Y, a la vez, el hecho de darle importancia a la inclusividad y entender diferentes opiniones y puntos de vista, puede crear desafíos en relación a la forma en que las personas interactúan.
Todas las formas de comunicación pueden requerir ser políticamente correcto/a, reflejando sensibilidad o tolerancia y la voluntad de modificar o suprimir palabras o acciones específicas. Sin embargo, guiándose por experiencias personales y algunas de sus investigaciones anteriores, el equipo de investigación sospechaba que el esfuerzo, monitoreo, evaluación y autocontrol que requiere ser políticamente correcto/a puede ser muy cansador. Ese cansancio podría, a su vez, influir en la forma en que una persona interactúa con otros fuera del trabajo.
Metodología
Para averiguar si el hecho de ser políticamente correcta/o se relacionaba con agotamiento de los recursos cognitivos, el equipo llevó a cabo una serie de estudios:
Primer estudio
Se reclutaron trabajadores de compañías locales y personal administrativo de dos universidades (N=96), junto con sus parejas. Se les pidió que llenaran una encuesta al principio y al final del día de trabajo y luego en la tarde, durante tres semanas. Sus parejas completaron una sola encuesta en las tardes.
Resultados
Una mayor preocupación por las necesidades e intereses de sus colegas se correlacionó con más probabilidades de reportar haber sido políticamente correcta/o al final del día.
Ser políticamente correcta/o durante el día, se correlacionó con mayor agotamiento de los recursos cognitivos en las tardes. Niveles altos de agotamiento de los recursos cognitivos se vincularon a reportes más frecuentes de enojo y retraimiento de las parejas.
Segundo estudio
Para los siguientes estudios se utilizó la plataforma Prolific para reclutar trabajadores a tiempo completo (N=447), a quienes se les pidió que escribieran una conversación reciente que tuvieron con un compañero o una compañera de trabajo. Se les asignó al azar a una de dos condiciones:
- Escribir sobre una conversación en la que te censuraste, o sentiste la necesidad de usar tus palabras con cuidado.
- Condición control.
Resultados
Los trabajadores a tiempo completo reportaron más agotamiento de recursos cognitivos luego de la conversación en la que tuvieron que ser políticamente correctos, comparados con el grupo control.
Tercer estudio
Esta vez los participantes eran estudiantes universitarios a quienes se les pidió que escribieran un e-mail ficticio breve. En este debían explicar su posición personal relacionada a alguna situación controversial en el campus. Los estudiantes formaron parte de una de las cuatro condiciones:
- Ser políticamente correcto/a.
- No ser políticamente correcta/o.
- Ser cortés.
- No se le dieron instrucciones.
Luego de escribir el correo electrónico, completaron una tarea Stroop que apuntaba a medir el agotamiento de recursos cognitivos, específicamente al nombrar el color de palabras escritas.
Resultado
Las personas asignadas a la primera condición tendieron a presentar tiempos de reacción más largos en el test Stroop, indicando niveles más altos de agotamiento de recursos cognitivos.
Cuarto estudio
El estudio final buscó comprobar que la orientación hacia el otro era buen predictor de ser políticamente correcto/a en el trabajo. Para ello se reclutaron 201 trabajadores a través de Prolific y se les pidió que leyeran un ensayo corto sobre uno de dos temas (la mitad de participantes leyó un tema y la otra leyó el otro tema):
- Sobre cómo las comunidades se unieron cuando ocurrió el huracán Ida.
- Sobre la importancia de ahorrar para el momento de jubilarse.
Luego se les pidió que escribieran un e-mail (ficticio) al dueño de un negocio que estaba considerando implementar la obligación de vacunarse para todos sus trabajadores.
Resultados
Se observó que la orientación a otros se relacionaba positivamente con ser políticamente correcta/o. Los participantes que leyeron sobre comunidades uniéndose eran más propensos a ser políticamente correctos/as en sus correos electrónicos.
El equipo de investigación aclara que no están recomendando que las personas dejen de ser políticamente correctas. En sus estudios pudieron observar que las personas eligen serlo porque les importan sus compañeros y compañeras. Es decir, estas conductas nacen del deseo de abrazar la inclusividad y amabilidad. Sin embargo, es importante considerar las consecuencias de hacer este esfuerzo en el día laboral y las posibles formas de mitigar esas consecuencias.
Aunque no son claros los factores que moderan la relación entre ser políticamente correcto/a y el agotamiento cognitivo, más estudios que nos iluminen con respecto a ello nos ayudarían a saber cómo lidiar con los efectos negativos. El equipo especula que tal vez las siguientes opciones podrían ser estudiadas:
- Ejercicios de mindfulness.
- Enfocarse en el impacto positivo de nuestra conducta.
- Incrementar la práctica de ser políticamente correctos/as, ya que esto haría que sea un comportamiento más automático, menos demandante.
Referencia del estudio: Koopman, J., Lanaj, K., Lee, Y. E., Alterman, V., Bradley, C., & Stoverink, A. C. (2022). Walking on eggshells: A self-control perspective on workplace political correctness. Journal of Applied Psychology. Advance online publication. https://doi.org/10.1037/apl0001025
Fuente: PsyPost