El Burnout es un síndrome que suele presentarse en profesiones donde los sujetos tienen contacto con otros seres humanos, en general con algún tipo de función asistencial y donde presentan necesidades más o menos imperiosas. Es común que ocurra en representantes de áreas como la docencia, medicina, enfermería y psicología, pero no se encuentra limitado a éstas.
El síndrome del quemado, como se lo llama en castellano, se caracteriza por (López- Elizalde, 2004):
- Agotamiento emocional: reducción y pérdida de recursos emocionales;
- Despersonalización: desarrollo de actitudes negativas, cinismo e insensibilidad hacia los receptores de los servicios;
- Falta de realización personal: evaluación del propio trabajo en forma negativa, insatisfacción profesional y baja autoestima personal; y
- Síntomas físicos de estrés: mareos, dolores de cabeza, problemas gástricos, etc.
Estos síntomas afectan de forma muy variada a quienes los padecen, pero sin duda influyen en su rendimiento laboral, su salud y en su vida personal (Benevides Pereira et. al. 2002).
Autismo y Burnout
El Trastorno del Espectro Autista o TEA (DSM- V) es un trastorno del neurodesarrollo que si bien exhibe rasgos en común entre las personas que lo poseen, presenta una amplia variabilidad en cuanto a las manifestaciones y a la severidad de las mismas. Dentro del espectro, se pueden encontrar personas con mayor o menor rendimiento intelectual, diversas habilidades sociales e intereses restrictivos, ausencia de lenguaje o presencia en distintos grados. A su vez, un porcentaje importante de personas posee auto o hetero agresiones (en ocasiones combinadas), selectividad en las comidas, alteraciones sensoriales y en el sueño.
Todos estos elementos forman un cuadro complejo que afecta en diversas medidas a quienes pasan mayor cantidad de tiempo con personas con el trastorno. Anteriormente, se publicó un artículo donde se explicaba la relación que había entre padres de niños con autismo y estrés, y cómo éste variaba en base a principalmente tres elementos: la percepción que los padres tuvieran de la situación, la gravedad del trastorno, y los problemas de conducta que presentaran los hijos. Pues bien, estos elementos también inciden en los terapeutas de personas con autismo.
Sumado a las complejidades propias del espectro, hay una serie de factores comunes en el burnout que interaccionan entre sí produciendo que algunos terapeutas terminen “quemados”, a saber:
- Expectativas demasiado altas del trabajo
- Expectativas altas de los pacientes y familiares
- Exceso de trabajo
- Percepción de autoeficacia
A continuación, las desarrollaré brevemente:
Expectativas demasiado altas
Al llevar adelante un tratamiento, sea en sus inicios o que se encuentre ya en proceso, debemos ser muy cuidadosos en cuanto a las expectativas que tengamos del mismo y de los avances logrados por nuestros pacientes. El subestimar las dificultades con las que nos vamos a encontrar y el sobreestimar nuestras capacidades, es posible que generen un combo que termine con un terapeuta quemado. Al mismo tiempo, probablemente nos centremos en “la mitad vacía del vaso”, y perdamos de vista aquellos aspectos positivos de nuestro abordaje. Siempre es preferible una cautela razonable a un optimismo desmedido.
Expectativas altas de pacientes y familiares
Como terapeutas, debemos tener mucho cuidado en no alimentar esperanzas que puedan ser poco realistas, tanto en los pacientes como en sus familiares. Siempre es bueno sorprenderse gratamente por avances mayores o más rápido de lo previsto. Pero también, debemos conocer qué ideas tienen estos actores sobre el desarrollo del tratamiento, y aquellos logros y progresos que tengan en mente. Esto por dos razones, por un lado, para consensuar con ellos los objetivos y programas de trabajo. Por el otro, para evitar potenciales desilusiones, en caso de no alcanzarse aquellos objetivos que tenían pensado lograrse.
Exceso de trabajo
Una cantidad de trabajo superior a la que soportamos como individuos es un factor que incide en forma fundamental en el terapeuta quemado. Por ejemplo:
- Carga horaria: los tratamientos, en especial aquellos con orientación conductual, suelen constar de una intensa carga horaria. Este factor, sumado a la presencia de otros pacientes y los tiempos de viaje (muchos abordajes son domiciliarios en la actualidad) en general sobrecargan la agenda del terapeuta.
- Burocracia de obras sociales (seguros médicos) e instituciones de salud: el enfrentarse a este tipo de organismos de salud cansa hasta a la persona más paciente, por sus excesivos requisitos donde lo que parece primar no es un interés por la salud de sus afiliados, sino el lucro comercial.
- “Mix” de equipos de trabajo: grupos de trabajo conformados por terapeutas que no se conocen, muchas veces no tienen tiempo ni ganas de hacerlo, y además pertenecen a diversas orientaciones teóricas; es una variable de desgaste personal muy importante. Que frente una conducta diversos profesionales lleguen a interpretaciones totalmente opuestas sobre cómo intervenir, es desgastante para terapeutas, familiares y en especial los pacientes. Es importante tener en cuenta que a la hora de entender la forma de actuar de una persona, contrario a lo que suele pensarse, más no es sinónimo de mejor necesariamente.
Percepción de autoeficacia
Así como la percepción que los padres tienen del cuadro de su hijo incide en el nivel de sobrecarga que sienten, la forma en que los terapeutas percibimos nuestra eficacia, también.
Sin duda siempre buscamos los mayores logros para nuestros pacientes. El problema está en nuestro desánimo cuando percibimos (aunque sea una percepción no ajustada a la realidad) que no lo logramos. Mantener expectativas reales, como se mencionó, influye sin duda en que no sintamos que nuestro trabajo es insuficiente. Pero mantener objetivos claros, concretos, que sean objetivables y por lo tanto podamos verificar si se cumplen o no, es fundamental para nuestra praxis.
Si frente a un niño que posee pocas verbalizaciones, mi objetivo de trabajo para el próximo mes es por ejemplo “que hable un poco más”; no voy a tener manera fiable de verificar si se cumple o no, ya que lo inespecífico de mi meta no me permitirá saber (aunque este efectivamente verbalice más) si ha habido un cambio real. En cambio, sí sé que el pequeño hoy posee en su repertorio 5 palabras para emitir pedidos y 10 para reconocer objetos del ambiente, será mucho más fácil de establecer si ha habido o no un incremento en su conducta verbal. Lo mismo si puedo establecer alguna forma de medir las veces que son pronunciadas en el día a día.
Por último, un elemento fundamental a la hora de medir nuestra eficacia son las supervisiones. La presencia del supervisor debe actuar como instancia evaluadora y de enseñanza tanto para el terapeuta como para la familia.
Experiencia institucional
Desde Psyciencia tuvimos acceso a diversas estrategias adoptadas en una institución de Argentina, con el fin de prevenir el burnout. Claudio Hunter- Watts, tuvo la amabilidad de comentarnos la manera en que ellos adecúan el ambiente laboral, de manera de prevenir este síndrome.
Respecto de San Martín de Porres, la institución a la que hago referencia y que dirige Claudio, es la mayor organización no gubernamental dedicada a diagnóstico, intervención temprana, educación y divulgación de los Trastornos del Espectro Autista. Actualmente, mediante la adhesión y especialización en autismo y en el Análisis de la Conducta Aplicado (ABA) ha expandido sus servicios hacia una escuela de educación especial, escuela integradora, centro de formación integral secundario, Centro Educativo Terapéutico (CET), Centro de Día (programa de transición a la vida adulta) con intervención domiciliaria. Participan del proyecto Porres actualmente unas 800 familias.
Entre algunas de las medidas que toman desde la institución para prevenir el burnout, se presta especial atención a las ausencias y a las enfermedades, dado que ambas pueden presentarse en una fase inicial del síndrome. A su vez, los integrantes poseen una obra social de primera línea, capaz de responder a las diferentes demandas de sus afiliados.
En las instalaciones de la institución suele haber música funcional, además de existir espacios y momentos de relax. La sobrecarga de trabajo a la que solemos estar expuestos los trabajadores de la salud mental puede entonces mitigarse por medio de estas variables ambientales.
Tanto el personal docente como no docente cuenta con capacitaciones y supervisiones en forma constante, como una forma de mantenerse actualizados en lo que el estado de conocimiento ofrece.
Comentarios finales
El trabajar con personas con TEA supone para los terapeutas un gran desafío, en tanto implica relacionarse con las particularidades del trastorno, así como con variables ajenas, por ejemplo la burocracia de las instituciones de salud. Considerar aquellos elementos que inciden en nuestra sobrecarga laboral, revisar nuestras expectativas y la de nuestros pacientes o familiares y ser objetivos en cuanto a la eficacia de nuestro trabajo, actuará como factor preventivo, posibilitándonos dar lo mejor de nosotros en nuestro trabajo con las personas, y disfrutar la hermosa labor que hemos elegido.
Referencias
Autismo Diario (2017): Cuando el professional se quema. https://autismodiario.org/2017/03/08/cuando-profesional-se-quema/
Benevides Pereira, A. (2002). La evaluación específica del síndrome de Burnout en psicólogos: el Inventario de Burnout de psicólogos. Clínica y Salud. 13 (3) 257-283.
Boujut, E. et. al. (2017). Self-efficacy and burnout in teachers of students with autism spectrum disorder. Research in Autism Spectrum Disorders. (36) 8-20.
García- Villamisar, D., Muela, C. (2014). Relación empírica entre el burnout y los estilos de solución de problemas interpersonales en una muestra de terapeutas y preparadores laborales de adultos autistas integrados en un programa de empleo con apoyo. Revista de Psicología Social. 77-85
Lopez- Elizalde, C. (2004). Síndrome de burnout. Revista Mexicana de Anestesiología. (27) 131- 133.
Maslach, C., Leiter, M. (2016). Understanding the burnout experience: recent research and its implications for psychiatry. World Psychiatry. (15) 103-111.
6 comentarios
Muchas gracias por su feedback estimado Jorge!
Indudablemente las instalaciones de la escuela están preparadas para recibir a los chicos. Ahora respecto al espacio laboral y Burnout, me pregunto qué tal efectivas son las estrategias que usan, ya que no basta con clases de respiración y estiramiento para crear un ambiente de trabajo óptimo. Y por la información fiable que tengo, este ambiente no sería precisamente el más adecuando y sano para los empleados que hacen lo mejor que pueden para los los chicos. Y que en muchas ocasiones se les ha bajado líneas que justamente disminuyen el entusiasmo y deseo de trabajar por estos chicos.
Muchas gracias Lic. Colombo. Su articulo sobre Burnout me ha resultado muy claro. especifico y sintético en exponer las particularidades del Síndrome de Burnout en el ámbito Psicoterapeutico. Felicitaciones !!!!! lLic. Jorge Alisio. Psicólogo. UBA
Muchas gracias Javier, generoso como siempre!!
Excelente !!! Gracias Lic. Colombo.
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