Sherry Amatenstein es una terapeuta neoyorquina, periodista y autora de varios libros, entre ellos The Complete Marriage Counselor. Antes de ser terapeuta, escribía columnas de consejos sobre los amores no correspondidos, y luego de pasar los últimos ocho años asesorando a cientos de personas (solteros y parejas), encontró que hay pocas respuestas capaces de satisfacer a todos. Sin embargo, ella dice haber aprendido nueve verdades universales sobre las relaciones.
A continuación les ofrezco una traducción del artículo original, publicado en Vox:
Aclaración: todos los nombres de los clientes han sido cambiados.
1) No esperes que otra persona cure tu sensación de soledad
Muchas personas experimentan un vacío, un sentimiento existencial de soledad. La desesperación por no sentirse solos en el mundo puede conducir a algunos solteros a una relación disfuncional. Pero estar con la persona equivocada es peor que esta solo.
Los que están en una buena relación tampoco son inmunes a sufrir soledad cuando su pareja está ausente. Sarah me dijo en una sesión, “tan pronto como Dave se va de la casa, me encuentro sintiéndome como si fuera la única persona en el mundo. Es tan insoportable que tengo que ponerme a hacer algo para no quedarme contando las horas hasta que él vuelva a casa.”
No es sorpresa que Dave encuentre el peso de la necesidad de Sarah sofocante. “Cuando llego a casa ella está encima mío para hablar, besarnos, escuchar los detalles minuciosos de su día… La amo pero es una presión muy grande tener que ofrecer entretenimiento constantemente.”
Cuando alguien es seguro, no tiene deseos de ponerle pruebas o dificultades a su pareja
La soledad está incrustada en tu psiquis. Nacemos solos; morimos solos. Suena desolador pero es real. Necesitamos aceptar esos sentimiento, y preguntarnos “¿qué está tratando de enseñarme este sentimiento de vacío?,” en lugar de salir corriendo a buscar una relación que lo llene. Una vez que estemos cómodos en nuestras propias cabezas, podremos abrazar verdaderamente las alegrías que una relación puede sumar a nuestra existencia.
2) Siempre es un error cambiar mucho para complacer a una pareja
Con lágrimas en sus ojos, Karen dijo “Brad constantemente me dice ‘tenés el potencial para ser mi verdadera alma gemela.’” Había una lista de cosas que ella podía hacer para alcanzar ese estatus, que iba desde cambiar los pantalones deportivos que usaba en su departamento, hasta no molestarlo con que saque la basura.
A pesar de que Karen deseaba simplemente poder estar cómoda en su propia casa, quería complacer a su esposo. Se compró un enterito y sacó la basura que contenía sus pantalones deportivos desechados. La respuesta de Brad fue: “Bárbaro, pero no me enloquece ese enterito. Lo siento.”
Le pregunté a Brad cómo se sentiría si nada de lo que él hiciera fuera suficiente para satisfacer a Karen. Él hizo una pausa, y después respondió, “me sentiría terrible, como si mi modo de ser no fuera lo suficientemente bueno, y como si nunca podría llegar a serlo.”
“Entonces, ¿por qué pensás que seguís diciéndole a Karen que hay cosas que ella necesita hacer de manera diferente para llegar a ser tu alma gemela?”
La respuesta: “supongo que lo hago porque en el fondo tengo miedo de que ella no me considere lo suficientemente bueno para ella. Sé que un día me dejará.”
Cuando alguien es seguro, no tiene deseos de ponerle pruebas o dificultades a su pareja. Y cualquiera que tenga buena autoestima se negará a saltar entre aros por una pareja, si hacerlo se sentirá degradante.
3) Demasiadas personas subestiman su valor propio
Al ir creciendo nos enseñan el alfabeto, cómo hacer fracciones, y abrigarnos cuando hace frío. No es parte de la educación básica asegurarse que los estudiantes aprendan a valorar su propia compañía. Hasta que puedas mirar al espejo y decir con sinceridad “hola hermosa, sos marivillosa,” corrés peligro de ser muy dependiente de la validación de los demás.
“Necesito dejar la habitación hasta que pueda controlarme”
Brad, del ejemplo anterior necesita trabajar en sí mismo para no sentirse obligado a jugar juegos sádicos con Karen para hacer que demuestre que lo ama. Si continúa cediendo ante estos impulsos negativos, su futuro juntos está en duda.
4) La mayoría de las peleas pueden salvarse con control de los impulsos
En una sesión, Paula admitió que cuando está enojada, ella dice “te voy a dejar,” para provocar el máximo dolor a Ted. Es una amenaza vacía. Ella admite: “me arrepiento de decirlo en el mismo momento en que las palabras salen de mi boca, pero simplemente no puede controlarme.”
Soltero o casado, es esencial aprender a no explotar cuando alguien hace o dice algo que nos molesta. Un consejo útil: cuando palabras hirientes empiezan a salir, hacé una pausa de cordura de tres segundos. Durante esta respiración medicinal profunda, preguntate qué podría pasar si das ese golpe bajo. En el caso de Paula, Ted podría cansarse de vivir con el miedo de que lo echen de su propia casa y podría responder a su amenaza diciendo: “listo, nos divorciamos.”
Si es necesario, en la agonía de una explosión podés decirle a la persona contra quien estás por descargarte: “necesito dejar la habitación hasta que pueda controlarme.”
5) Las parejas felices siguen evolucionando, tanto juntos como por separado
El matrimonio no debería significar que las parejas que viven juntas están determinadas. Sí lo están en cuanto a quién aman, honran y, con suerte, desean. Pero es esencial conservar una naturaleza indagadora, continuar exponiéndose a libros, filosofías, personas e ideas provocativas.
Evolución saludable significa que cada uno es el puerto seguro de su pareja – están cómodos estando juntos desnudos física, emocional y espiritualmente – sin ser emocionalmente dependientes.
Las parejas saludables son lo suficientemente seguras en la relación como para tener desacuerdos sabiendo que su conexión puede resistir el conflicto. Toman riesgos como pareja – tienen conversaciones incómodas, intentan nuevas posiciones sexuales, realizan actividades que hacen bombear adrenalina por sus venas.
Sólo las dos personas involucradas en la pareja tienen el derecho de decidir cómo debe ser su matrimonio
Las experiencias que las parejas tienen juntas solidifican sus lazos, y las que tienen por separado los mantienen vitales e interesantes para su pareja.
6) Las parejas felices están en la misma página respecto de sus expectativas en cuanto al matrimonio
Es de vital importancia que pienses cuál es tu concepto de cómo debería ser una relación a largo plazo – igualmente importante es compartir tus pensamientos y deseos con la persona pertinente. Si uno quiere monogamia y el otro cree en una relación “mayormente monógama,” ¿pueden éstas concepciones conciliarse? La misma pregunta deben hacerse en cuanto a otros temas importantes: hijos, prácticas religiosas, tiempo juntos y tiempo por separado con amigos, roles de género, etc.
Ellen y Ted vinieron a terapia de parejas antes de comprometerse. Ninguno quería hijos pero Ellen se sentía culpable porque “como mujer, ¿no debería yo querer ser madre? Mis amigos casados ya tienen bebés.”
Durante nuestras discusiones, la pareja llegó a aceptar que sólo las dos personas involucradas tenían el derecho de decidir sobre cómo debería ser su matrimonio. Y esas decisiones deberían ser vistas – y de ser necesario, revisadas – regularmente.
7) Todas las personas quieren que “las entiendan”
Quizás la frase más común que escucho de mis pacientes es la siguiente “lo que pasa es que simplemente no siento que mi esposo/a me entienda como antes.” Después de rechazos repetidos (o percibidos), ambos se callan: “¡si él no me habla sobre cosas importantes, yo tampoco le voy a hablar!”
Con esta posición todos pierden. Puede que los esposos no estén de acuerdo con todo lo que el otro dice o cree, pero la relación se marchitará si la pareja no respeta el derecho del otro de sentirse de un modo diferente sobre ciertos asuntos.
Pongo a las parejas a hacer un ejercicio de espejo: cada uno toma un turno para decir “necesito que entiendas esto de mí.” Cuando uno está hablando, el que escucha no puede interferir. Cuando el que habla termina, el que escucha recapitula “suena como que sentís esto, aquello y lo otro.” El primero dice “bueno, siento A sobre B ó C. Ésto es lo que dije.” La pareja va y vuelve hasta que cada persona se sienta escuchada.
Crear un ambiente en el que ambas personas se sientan los suficientemente seguras como para revelar quienes son sin miedo al ridículo o desdén es un ingrediente esencial para amar.
8) Las relaciones fuertes dependen de sacrificios personales
Muchas personas evalúan cuán bien está su matrimonio según cuánto perciben que les da su pareja. Jane dice “Oh, Jim me trae flores una vez a la semana. Debe ser que me ama realmente.”
Si Jim no lo hace una semana o dos, ¿Jane dejará de sentirse amada? Quizás solo esté preocupado, angustiado, se sienta mal, o desee que alguien (adiviná quién) le de a él un lindo regalo de vez en cuando.
Los gestos considerados no deberían ser realizados como favor por favor: “El no hizo nada especial por mí en días, así que yo voy a dejar de llevarle el café a la cama.”
Cuando uno está en sintonía con lo que hace feliz a un ser querido, y da sin esperar algo a cambio, la relación se abre hacia caminos mágicos.
9) La manera más fácil de arruinar una relación es insistir en que vos tenés razón
Preguntate, “¿preferiría ganar todas las peleas o estar en una relación feliz?”
La respuesta, por supuesto, es obvia. Aún así, ese hábito de intentar ganar siempre es difícil de romper. Eso es porque no se originó con la relación actual. Es probable que cada uno haya crecido sintiéndose no escuchado de alguna manera.
Una buena forma de arreglar esto: ¿recordás el ejercicio de espejo del punto #7? Tomen turnos escuchando el razonamiento del otro. Desarrollar empatía sobre por qué una pareja se siente del modo en que se siente es un gran paso para evitar luchar por tener siempre la razón.
Practicá tomando unos respiros calmantes y diciendo “¡Ups, metí la pata!” ¿Se acabó el mundo? Perfecto. Cuando tu pareja se disculpe, practicá diciendo: “gracias por admitir que cometiste un error. Eso solo puede hacerlo una gran persona y te amo por ello.”
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Después cierren el asunto y avancen con el resto de sus vidas juntos.
Todas estas verdades sobre las relaciones están entrelazadas. Por ejemplo, cuanto más trabajás emocionalmente en vos mismo, menos te apoyás en tu pareja para salvar tu vida… o para jugar juegos disfuncionales. Y cuanto más tratas a tu pareja como un regalo que abrís todos los días en lugar de un juguete que tiene el único propósito de hacerte feliz, es más probable que puedas tener un mejor amigo y una pareja de por vida.
Una pregunta que con frecuencia hago a las parejas es: “¿qué ganás aferrándote a rencores?” Dejar ir resentimientos de heridas pasadas es un reductor de peso emocional instantáneo. Liberar la gran cantidad de energía negativa necesaria para mantener la ira viva permite que una gloriosa espaciosidad se abra en la relación.
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Fuente: Vox