Las personas que ven a Dios como un hombre blanco tienden a preferir a los hombres blancos para puestos de liderazgo, según los resultados de un nuevo estudio (Roberts et al., 2020). El equipo de investigadores, dirigido por Steven O Roberts de la Universidad de Stanford, descubrió que la forma en que percibimos a Dios, y en particular nuestras creencias sobre la raza de Dios, puede influir en nuestras decisiones sobre quiénes deberían estar en posiciones de liderazgo en general.
Primero, el equipo examinó cómo 444 cristianos estadounidenses, una mezcla de hombres y mujeres, algunos negros y otros blancos, representaban a Dios. En su medida “indirecta”, los investigadores pidieron a los participantes que vieran 12 pares de caras que diferían en edad (joven versus viejo), raza (blanco versus negro) o género (hombre versus mujer) y que escogieran la foto de cada par que pensaban que se parecía más a Dios. También se pidió a los participantes que calificaran explícitamente a Dios en cada una de estas características (por ejemplo, si pensaban que Dios era más probable que fuera blanco o negro).
En ambas medidas, los participantes eran más propensos a ver a Dios como viejo (en oposición a joven), y como hombre (y no como mujer). Pero la visión de los participantes sobre la raza de Dios dependía de su propia raza: los participantes blancos tendían a ver a Dios como blanco, mientras que los participantes negros tendían a ver a Dios como negro.
Para los cristianos, Dios es el líder supremo, por lo que quizás también busquen las características que atribuyen a Dios en otros líderes. Entonces, en un segundo estudio, el equipo solicitó a más de 1000 participantes que completaran las mismas medidas directas e indirectas que antes, así como una nueva tarea en la que imaginaban trabajar para una empresa que estaba buscando un nuevo supervisor. Vieron 32 rostros que variaban en género y raza y tuvieron que calificar qué tan bien cada persona encajaría en el puesto.
El equipo descubrió que cuando los participantes veían a Dios como blanco, tendían a dar a los candidatos blancos una calificación más alta en comparación con los candidatos negros. Lo contrario también era cierto: los participantes que veían a Dios como negro tendían a calificar a los candidatos negros como más adecuados que los blancos. Las personas que vieron a Dios como hombre también calificaron a los hombres mejor que a las mujeres. Un estudio posterior descubrió que incluso los niños de 4 a 12 años generalmente percibían a Dios como hombre y blanco, y aquellos que conceptualizaban a Dios como blanco también veían a los blancos como jefes antes que los negros.
Los resultados sugieren que la medida en que las personas ven a Dios como blanco y masculino predice cuánto preferirán a los hombres blancos para roles de liderazgo. Curiosamente, estos efectos se mantuvieron incluso después de controlar las medidas de los prejuicios raciales, el sexismo y las actitudes políticas de los participantes, lo que sugiere que los efectos no podrían explicarse simplemente por este tipo de sesgos. Por supuesto, cuando la gente veía a Dios como negro, estos efectos se invirtieron, y los participantes prefirieron candidatos negros. Pero el hecho es que en Estados Unidos, la idea de que Dios es blanco es una “intuición profundamente arraigada”, escriben los autores, por lo que esta conceptualización podría reforzar las jerarquías existentes que perjudican a las personas negras.
Sin embargo, aquí hay una gran limitación: todos estos estudios se basaron en correlaciones entre las creencias sobre Dios y las creencias sobre quién debería ser el líder. Es decir, no estaba claro si las percepciones de la raza de Dios realmente hacen que la gente prefiera ciertos líderes o si hay algo más que pueda explicar el vínculo entre los dos.
Para abordar esta cuestión de causalidad, el equipo recurrió a escenarios inventados, en los que los participantes tenían que juzgar quién era un buen gobernante en función de las características de una deidad. Los participantes leyeron sobre un planeta habitado por diferentes tipos de extraterrestres – “Hibbles” o “Glerks” – que adoraban a un Creador. La gente tiende a inferir si Hibbles o Glerks deberían gobernar sobre el planeta dependiendo de si el Creador mismo era Hibble o Glerk.
Estos estudios finales proporcionan alguna evidencia de que las formas en que las personas se imaginan a Dios, o al menos a un ser abstracto similar a Dios, se filtran para influir activamente en las creencias y decisiones en otras áreas de sus vidas. Los autores sugieren que el trabajo futuro debería analizar cómo evitar que las personas hagan este tipo de inferencias.
Por supuesto, la investigación se centra en un grupo específico: todos los participantes vivían en Estados Unidos, y en la mayoría de los estudios eran cristianos (algunos de los estudios posteriores también incluyeron ateos). Queda por ver si existen patrones similares entre los seguidores de otras religiones, o en países con diferentes características demográficas. También sería importante determinar si las percepciones de Dios influyen en las decisiones en el mundo real, y no solo en el laboratorio.
Aún así, como escriben los autores, los resultados “brindan un sólido respaldo para una conclusión profunda: las creencias sobre quién gobierna en el cielo predicen las creencias sobre quién gobierna en la tierra.”
Referencia bibliográfica:
Roberts, S. O., Weisman, K., Lane, J. D., Williams, A., Camp, N. P., Wang, M., Robison, M., Sanchez, K., & Griffiths, C. (2020). God as a White man: A psychological barrier to conceptualizing Black people and women as leadership worthy. En Journal of Personality and Social Psychology. https://doi.org/10.1037/pspi0000233
Fuente: The British Psychological Digest