Felicidad, una palabra que evoca emociones y definiciones distintas en cada persona, todos la queremos tener pero pocos tenemos la dicha de experimentarla a diario.
Pero ¿qué es la felicidad?, ¿es un buen trabajo?, ¿un salario de seis cifras?, ¿una familia feliz?, ¿libertad de hacer lo que queramos? La respuesta es distinta para todos y cada uno de nosotros. Sin embargo, Lifehacker nos presenta un interesante artículo con seis factores que nos pueden ayudar a ser quizás un poco más felices a diario y que pueden ser aplicados de forma sencilla e inmediata.
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Tira tus pensamientos negativos a la basura (literalmente): Toma una hoja de papel, escribe lo que te molesta y de manera física botala o quemala. Sorprendentemente a muchas personas les funciona esto para aclarar sus mentes.
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Usa tu imaginación: ¡Quién diría que Barney tenía la razón! La imaginación puede ser una herramienta muy poderosa y en efecto puede determinar la forma en que percibimos y reaccionamos ante situaciones adversas. La felicidad es, muchas veces, cuestión de perspectiva y tu imaginación puede jugar un rol importante al determinar si decides ver el vaso medio vacío o medio lleno.
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Deja de comprar objetos y empieza a comprar experiencias: Estudios de la Universidad de Cornell han demostrado que el invertir en experiencias que nos generen recuerdos y sensaciones placenteras (como un viaje a Europa por ejemplo) versus posesiones materiales, generan en el consumidor un sentido mucho más fuerte y perdurable de felicidad. La próxima vez que tengas que elegir entre un crucero y una nueva televisión LED la elección será más sencilla.
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Dar sin esperar nada a cambio: Pocas cosas en esta vida tienen un efecto tan duradero y entrañable en nosotros como la felicidad que se experimenta al ayudar a los demás. Cosas sencillas como pagar el almuerzo a alguien sin que este lo espere, cocinar una cena sorpresa para un ser querido o ayudar a los menos necesitados a través de una ONG o por cuenta propia (mi elección en particular) generan en nosotros una sensación de satisfacción que no se puede obtener de ninguna otra forma y que de paso, generan felicidad en quien recibe el gesto o ayuda de forma inesperada.
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Medita: El aclarar la mente y dedicar un momento de nuestro día a reflexionar en conceptos como compasión y ayudar a los demás, multiplican y refuerzan los efectos de la felicidad generada de acciones como las que describimos en el punto anterior. La felicidad, más que una emoción es un estado mental, un paradigma que cual lente nos ayuda a pensar y ver las cosas de manera positiva.
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Enfocate: Estudios conducidos por científicos de Harvard demostraron que la distracción o falta de enfoque tiene un impacto negativo en nuestra percepción de la felicidad. En un mundo que nos bombardea de forma constante con notificaciones de mensajes, correos entrantes, llamadas perdidas, redes sociales etc., es de suma importancia aprender a controlar nuestros impulsos de checar el teléfono (o facebook) cada vez que recibimos una nueva notificación. Entre más nos enfoquemos en lo que realmente importa, más cerca estaremos de hacer de nuestra vida lo que deseamos y más cerca estaremos de nuestra propia definición de felicidad.
Así que adelante, pongamos estos consejos en práctica y aprendamos a encarar la vida de forma positiva. ¡Ser la persona más feliz del planeta podría estar a seis consejos de distancia!
Fuente: Lifehacker
Imagen: paloetic (Flickr)
2 comentarios
Personalmente a mí no me funciona ayudar a otros. Ayudar a otros hace que me sienta mal conmigo mismo, pues yo siempre suelo ayudar pero nadie me ayuda a mi. Entonces siempre me quedo con la sensación incomoda de que los demás se aprovechan de mi y solo me buscan por conveniencia. Es horrible porque la gente se aprovecha de ti y cuando no les sirves, te desechan como a un objeto indeseable. Si por mi fuera, mataría a toda esa gente haciéndola sufrir enormemente… Pero no lo hago por las repercusiones que esto trae consigo, pero ganas no me faltan.
Wat.
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