Si estás buscando más unidad en la familia, quizás el siguiente artículo del Dr. Heller te interese, en él propone una estrategia que conlleva ese y otros beneficios asociados.
El concepto de reuniones familiares ha estado entre nosotros durante mucho tiempo, pero fue mayormente promovido como proceso de resolución de problemas mientras los niños alcanzan la adolescencia. Ahora se lo ve con un valor mucho más amplio y puede empezar con niños tan pequeños como de 3 años de edad. La vida familiar contemporánea es probablemente una réplica cercana al fenómeno de la teoría del caos. Gente moviéndose en todas direcciones pero con un propósito general y un orden casi escondido que asegura que todo sea hecho. El problema es que hay mucha ineficacia cuando el tiempo es un bien escaso. En adición a esto, para muchos, hay un núcleo de sentido de familia perdido, con pocos momentos donde todos están juntos e incluso menos momentos cuando el sentido de pertenencia a la familia es reconocido como central para el progreso en nuestras vidas.
Utilidades de las reuniones familiares
Las reuniones familiares pueden servir a muchos propósitos. Al establecer un tiempo de reunión fuertemente protegido, se asegura al menos una vez a la semana, que la familia se siente por algún propósito ¡aparte del de comer!
Se convierte en un ritual familiar que provee estabilidad para todos, un evento en el que se puede confiar, un momento especial que puede evolucionar de forma que satisfaga las necesidades únicas de cada familia y cambia cuando la familia crece a través de diferentes etapas. No solo sirve para resolver problemas sino también incluye la reafirmación del significado de las relaciones familiares, una oportunidad para identificar eventos especiales o desafíos que enfrenta cada miembro de la familia y para coordinar agendas y recursos.
Diferencias en reuniones con niños pequeños y con adolescentes
Empecemos con las familias con niños pequeños. Los padres dirigirán la reunión. Un diagrama de la semana debería ser usado como apoyo. Puede ser un tablero blanco o de fieltro. Puede haber una fila para cada miembro de la familia. Pueden usarse figuras para simbolizar los eventos así los niños pueden seguir el proceso con facilidad. Así, una reunión puede comenzar identificando la agenda de actividades a realizar esa semana, cualquier cosa, desde los días en que un niño está en la guardería o un programa extraescolar, actividades, deportes, compromisos y citas con médicos.
Pero, no solo se trata de la agenda de los niños y esta es una de las nuevas variaciones del concepto que es crítica. Los compromisos de los padres también deberían estar en la agenda (esto puede ser útil para los esposos también). Puede ir más allá de reuniones de padres de tarde y compromisos de viajes (así los niños pueden ver qué noches el padre o la madre no estarán) pero debería incluir también fechas límite de proyectos importantes, transportando un mensaje de que es probable que ese sea un tiempo en que el padre o la madre pueda estar trabajando hasta tarde, en la oficina o en la casa. Servirá para poner el foco en las limitaciones en el tiempo de los padres, algo que los niños necesitan aprenden a apreciar y entender, como también identificar conflictos cuando parece que una persona necesita estar en más de un lugar en determinado momento.
Pero hay mucho más que se puede hacer en tal reunión, aparte de agendar. Puede ser un momento en que cada persona dice algo bueno sobre los otros miembros de la familia, reforzando la relación especial de familia. Pueden haber otros rituales especiales, que encajen con las necesidades y creencias de cada familia.
Un componente significativo puede ser contar una historia, tanto de expresión creativa pura o de padres compartiendo anécdotas de la historia familiar (las historias transmitidas oralmente se han convertido en un arte perdido en muchas familias; esto se hace incluso más significativo cuando los niños crecen). Leer es otro ritual valioso, cualquier cosa desde pasajes de la Biblia hasta algunas páginas de la Isla del tesoro. Otro buen proceso puede ser que cada persona comparta algo algo que lo hizo sentir triste, molesto y contento durante la semana. Que los padres participen es útil tanto como modelo como para hacer que los niños sean más conscientes de que los padres tienen sobre diferentes aspectos de sus vidas.
Las reuniones pueden tener el componente de resolución de problemas también, aunque con niños pequeños es probable que sea menos efectivo. Pero cuando los niño entran a la escuela primaria y especialmente cuando alcanzan tercer grado y después de eso, las reuniones pueden ser usarse más para hablar sobre quejas individuales e intentar resolver problemas de forma creativa. Cuando los chicos son grandes se les puede pedir que dirijan la reunión y administren la agenda.
Hay una máxima bien establecida que dice que las soluciones funcionan mejor cuando todos participan en la resolución del problema. Pero, más importante para mi es que estas reuniones familiares son un paso importante en el re-estrablecimiento de lazos familiares fuertes en tiempos donde se debilitan por la cantidad de desviaciones y presiones imperantes en cada miembro de la familia.
Refuerza el concepto de “nosotros” cuando hay todavía demasiado énfasis en el “yo” o, como describe Nancy Fuchs la experiencia de una familia, “Los niños aprendieron que cuando estaban heridos, el mejor recurso en el mundo era su familia.”
Puedes leer el artículo original en inglés aquí.
Texto traducido por Alejandra Alonso con permiso del Dr. Kalman M. Heller
Imagen: griffhome en Flickr