La mayoría de los niños experimentarán alguna forma de intimidación en algún momento de sus vidas, pero ¿es posible evitar que se vean afectados por ello?
Trabajar en el reforzamiento de la resiliencia y la inteligencia emocional es la clave para minimizar los impactos negativos del acoso, de acuerdo con un estudio de la Florida Atlantic University y la Universidad de Wisconsin-Eau Claire, publicado en la revista Child Abuse & Neglect.
La investigación describe cómo la resiliencia distingue a los niños que sobreviven al bullying de aquellos que prosperan cuando se enfrentan a la adversidad. De hecho, los niños desempeñan un papel importante al permitir o rechazar el daño que se produce cuando son acosados.
El punto llamativo es que la capacidad de ser resiliente es una cualidad natural, sin embargo, necesita ser fortalecida. Los investigadores plantearon la hipótesis de que los jóvenes resilientes son menos propensos a ser blanco de intimidación, tanto en la escuela como en internet. Para probar esto, utilizaron una escala de resiliencia biopsicosocial validada de 10 ítems para explorar la relación entre la resiliencia y la experiencia con el acoso presencial y el acoso cibernético.
La escala incluía afirmaciones como “Puedo lidiar con lo que sea que venga a mi manera”, “No me siento fácilmente desanimado por el fracaso” y “Tener que lidiar con el estrés me hace más fuerte”, con artículos que evalúan tanto la capacidad protectora de la resiliencia como su capacidad reparadora para restablecer el equilibrio en la vida de los jóvenes cuando enfrentan la adversidad.
Con base en una muestra nacionalmente representativa de 1.204 jóvenes estadounidenses de 12 a 17 años que viven en los Estados Unidos, los resultados del estudio encontraron que, uniformemente, los estudiantes con mayores niveles de resiliencia fueron intimidados en la escuela o en línea con menos frecuencia, y entre los que fueron intimidados, la resiliencia sirvió como amortiguador, evitando que los niños fueran afectados de manera negativa.
El autor del estudio es Sameer Hinduja, profesor de la Facultad de Criminología y Justicia Penal del FAU’s College for Design and Social Inquiry, y codirector del Centro de Investigación de Cyberbullying. Según Hinduja: “La resiliencia es un factor protector potente, tanto para prevenir la experiencia con la intimidación como para mitigar su efecto”.
Todo indica que los niños resilientes son más capaces de soportar la presión y hacer frente a los contratiempos externos, además, experimentan un impacto negativo mucho menor cuando son acosados por sus compañeros. Hinduja apunta a la importancia de que los niños aprendan y desarrollen las habilidades que necesitan para enfrentar los problemas, ya que pocas veces los ayudamos a enfrentar las cosas y a creer que son capaces de resolver problemas asertivamente por su cuenta.
“En cambio, buscamos protegerlos y aislarlos constantemente”, dice Hinduja, lo cual no sirve para reforzar su autoconfianza ni su habilidad de resolución de problemas.
Fuente: Science Daily; Child Abuse & Neglect
1 comentario
Lamentablemente no tengo acceso al paper (es de pago), por lo que me queda la duda de si la metodología del estudio permite realmente establecer una relación causal… Porque bien podría ser que los niños que han prosperado a pesar del bullying hayan adquirido creencias similares a “Tener que lidiar con el estrés me hace más fuerte” producto de su experiencia.
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