Cuando hablamos de matemáticas no pensamos en ellas como algo especialmente “emocional”, sin embargo, resulta muy interesante comprender cómo interactúan las emociones en los procesos de aprendizaje: personas que sienten un alto nivel de ansiedad ante problemas matemáticos pueden experimentar grandes dificultades para abordarlos. Un estudio reciente sugiere que utilizar una estrategia de reevaluación cognitiva puede ayudar a las personas ansiosas por las matemáticas a regular sus emociones negativas en torno a tales operaciones. ¿De qué manera? Los hallazgos arrojan evidencia neuronal de que esta reevaluación permite mayor actividad en las regiones del cerebro responsables de la aritmética, allanando el camino para un mejor rendimiento matemático.(Pizzie et al., 2020).
Por qué es importante
La ansiedad matemática se caracteriza por sentimientos de angustia o miedo que surgen cuando se enfrentan tareas matemáticas, de modo que interfiere u obstaculiza la capacidad de una persona para abordar las matemáticas o realizar cálculos matemáticos. Tal ansiedad puede acompañar al sujeto toda su vida y afectar no solo el rendimiento matemático en la escuela, sino también interferir en decisiones cotidianas u otras más trascendentes como qué carrera estudiar, con probabilidades de descartar aquellas que impliquen habilidades cuantitativas como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Es importante comprender cómo funcionan estos procesos emocionales en el contexto de la educación, de modo que podamos crear mejores métodos de intervención para ayudar a las personas a tener una experiencia más positiva y reducir el impacto de las emociones negativas en el rendimiento.
Qué metodología usaron
El objetivo de los autores fue explorar una estrategia de intervención que pudiera aliviar los efectos de la ansiedad matemática al enfocarse en su componente emocional. La estrategia que propusieron se centró en la reevaluación cognitiva: la práctica de replantear una situación emocional antes de que tenga la oportunidad de dar su impacto emocional. Propusieron que limitar el componente afectivo de la ansiedad matemática debería liberar recursos cognitivos que luego pueden asignarse a tareas matemáticas.
La muestra estuvo compuesta por 74 estudiantes de entre 13 y 22 años que participaron en un experimento de laboratorio. Los estudiantes presentaron diferentes niveles de ansiedad matemática, según lo medido por un cuestionario al final del estudio. Mientras estaban conectados a un escáner de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), los sujetos pasaron por una serie de pruebas en las que se les presentaron problemas de matemáticas o analogías de palabras.
Al comienzo del estudio, los estudiantes fueron entrenados en una estrategia de reevaluación cognitiva que les enseñó a replantear el problema imaginando que se encontraban en un escenario de bajo riesgo (por ejemplo, imaginarse a sí mismos explicando el problema a un amigo) o replantear su respuesta de estrés al problema (por ejemplo, recordarse a sí mismos que la ansiedad puede ser útil y potencialmente mejorar su enfoque en el problema). Para cada bloque de los seis ensayos, se instruyó a los estudiantes para que usaran una estrategia de reevaluación o simplemente abordaran las tareas como lo harían normalmente.
Qué encontraron
En primer lugar, como se esperaba, los investigadores encontraron que los estudiantes con mayor ansiedad matemática se desempeñaron peor en los problemas matemáticos en comparación con aquellos con baja ansiedad matemática. Sin embargo, la estrategia de reevaluación cognitiva pareció reducir las diferencias de rendimiento entre los dos grupos. Los estudiantes con ansiedad matemática obtuvieron mejores resultados en los problemas matemáticos cuando usaron una estrategia de reestructuración, en comparación con cuando abordaron los problemas como lo harían normalmente.
Además, la estrategia de reevaluación pareció ser más eficaz entre aquellos con mayor ansiedad matemática: cuanto mayor era la ansiedad matemática de los estudiantes, más mejoraba su precisión durante los experimentos de reevaluación en comparación con los experimentos en que no se usó la reevaluación. Los estudiantes con mayor ansiedad matemática también tendieron a calificar su experiencia de manera menos negativa en los ensayos de reevaluación.
El hallazgo más interesante fue la evidencia neuronal que encontraron y que podría explicar por qué las estrategias de reevaluación mejoraron el rendimiento matemático de los estudiantes. Primero, los estudiantes que utilizaron la estrategia de reevaluación mientras resolvían los problemas de matemáticas mostraron un patrón de actividad dentro de una red de áreas del cerebro que normalmente se activan durante la reformulación de los estímulos emocionales. Esto sugiere que los estudiantes pudieron aplicar efectivamente la reevaluación cognitiva a las tareas de matemáticas.
Además, entre los estudiantes ansiosos por las matemáticas, las mejoras en el rendimiento matemático que se atribuyeron a la estrategia de reevaluación se relacionaron con una mayor actividad en partes del cerebro involucradas en la aritmética, particularmente el surco intraparietal bilateral. Este hallazgo sugiere que la estrategia de reevaluación mejoró el desempeño de los estudiantes ansiosos por las matemáticas al impulsar la participación de las regiones del cerebro involucradas en la aritmética.
Es decir que al observar la actividad cerebral de los participantes mientras utilizaban la reevaluación cognitiva al hacer cálculos matemáticos, los investigadores encontraron un aumento de la actividad cerebral en las mismas redes de regiones cerebrales que se utilizan para reevaluar los estímulos negativos tradicionales. En otras palabras, aunque los participantes estaban reevaluando matemáticas (contenido que no es considerado como particularmente “emocional”), el equipó registró mayor actividad en las mismas redes de regiones del cerebro que procesan la regulación del afecto negativo mediante la reevaluación.
Limitaciones del estudio
Los participantes de esta investigación completaron las tareas mientras se encontraban en un escáner de resonancia magnética funcional, es decir, que no estaban en un escenario de la vida real en que debían resolver una cuestión matemática.
Además, estaban familiarizados con las tareas utilizadas en los experimentos: problemas aritméticos de orden de operaciones. Usar una técnica como la reevaluación puede ser muy diferente cuando las personas están menos familiarizadas con el material o participan activamente en el proceso de aprendizaje. Por otro lado, es importante tener presente que las personas que experimentan ansiedad por las matemáticas pueden representar un conjunto diverso de antecedentes educativos y experiencias de aprendizaje, y aunque la reevaluación puede ser una técnica flexible para implementar en una amplia variedad de contextos, este estudio no ha abordado cómo estas diferentes experiencias y contextos del mundo real podrían afectar el tipo de resultados que arrojó el estudio.
Más allá de estas advertencias, los autores concluyen que la reevaluación cognitiva se muestra prometedora como estrategia de intervención para mejorar el rendimiento matemático entre los que tienen una alta ansiedad matemática.
Referencia bibliográfica: Pizzie, R. G., McDermott, C. L., Salem, T. G., & Kraemer, D. J. M. (2020). Neural evidence for cognitive reappraisal as a strategy to alleviate the effects of math anxiety. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 15(12), 1271-1287. https://doi.org/10.1093/scan/nsaa161
Fuente: Psypost