“Comete todo el brócoli para que crezcas fuerte y seas inteligente.”
Esta frase la usamos cuando intentamos convencer a un niño de que coma esos vegetales llenos de nutrientes que su cuerpo en crecimiento necesita.
Sin embargo, raramente funciona.
¿Por qué?
Según un reciente estudio, los mensajes que fomentan la idea de que algo es bueno para nosotros también nos hacen pensar que debe saber mal.
Los investigadores llegaron a esa conclusión luego de realizar 5 estudios donde participaron niños que tenían entre 3 y 5 años de edad. En cada estudio se les leyó una historia de un libro con dibujos sobre una niña que comía galletas, frituras o zanahorias. Dependiendo del experimento se les decía o no los beneficios de esos snacks: hacían que la niña fuera más fuerte o la ayudaban a aprender a contar. Luego, se les dió la oportunidad de comer la comida que aparecía en la historia y se midió cuánto comieron.
¿Quienes comieron más?
Al analizar los resultados se encontró que los niños que no recibieron ningún tipo de mensaje sobre los beneficios de la comida (hacerlos más fuertes o ayudarlos a contar) fueron los que comieron más.
Esta investigación nos ofrece una ayuda extra a la hora de “convencer” a los más pequeños de que coman esos vegetales que preparaste para la cena. Para ello, debes enfatizar la experiencia positiva de la comida y no los beneficios de la misma.
Los investigadores esperan que estos resultados puedan ayudar a los padres y a las instituciones médicas a combatir la obesidad y la diabetes juvenil.
El estudio fue publicado en la revista Journal of Consumer Research y puedes descargar el PDF.
Imagen: James Emery (Flickr)