La infancia de muchos de nosotros estuvo llena de maltratos y abusos, desde los golpes, los gritos y las amenazas hasta el abuso psicológico que estuvo teñido de hacernos sentir menos, no importantes, anulados, olvidados, no inteligentes, etc. Esto forma parte del proceso de crianza considerara como “normal” que han experimentado millones de familias en el mundo.
Hoy en día hay mucha investigación al respecto y se sabe cómo todo esto que menciono y que de seguro te tocó vivir o ver en alguna medida, forma parte de una gran cadena de abusos, maltrato y violencia familiar que ha sido normalizada por nuestras sociedades latinoamericanas. Ahora te pregunto, ¿Qué te dolió más de tu infancia?
Esta pregunta es muy importante porque su respuesta te ayudará a romper la cadena del maltrato.
Si no quieres que tus niños te tengan miedo (que no es igual que respeto), que tengan recuerdos de tristeza y dolor por la relación contigo, que quieran salir huyendo de casa y que no quieran saber más nada de ti desde el momento que se van. Es momento de cambiar.
El motor para cambiar son todas aquellas emociones que sentiste y sobre todo el dolor que tuviste que pasar en tu infancia, cuando se suponía que debía ser una época llena de inocencia, de amor y cuidados.
¿Qué te dolió más de tu infancia?
¿Será las veces que tus papás te hicieron sentir como que lo que tenía para opinar no era de su interés o no era importante, serán las veces que te agredieron porque no sabían manejar sus propias emociones, serán las veces que no te contuvieron porque no sabían cómo hacerlo?
Reflexiona un minuto. Creo que sabes la respuesta…
¿Por qué esto es importante?
Porque amas a tus hijos con todo tu corazón… y no saberlo hacer de otra forma no significa que no los quieras, pero ellos no lo saben y ese es el mensaje que están recibiendo. Aprenden que el amor es maltrato y abuso, aprenden que cuando el otro los trate mal esa será una buena pareja porque “eso es normal” y luego cuando tengan sus propios hijos los seguirán maltratando porque eso es amor, ¿no?
Rompe la cadena porque no eres esa persona… porque tus hijos y tu se merecen una relación hermosa y llena de afecto y porque tus futuras generaciones se merecen una vida sana y libre de dolor.
Si no sabes cómo hacerlo o necesitas estrategias de ayuda, consulta a un psicólogo clínico especialista en crianza para que puedas obtener los conocimientos que necesitas.
Artículo publicado en el blog de WandaBennasar y cedido para su publicación en Psyciencia.