La burla, las interacciones críticas y el menosprecio de los padres hacia sus hijos adolescentes frustran su capacidad para mantener relaciones positivas con sus compañeros, precipitando un ciclo de afecto negativo y enojo entre padres y adolescentes, que en última instancia conduce a los niños sean tanto víctimas como victimarios de acoso, según señala la evidencia de un singular estudio longitudinal que siguió a 1409 chicos durante tres años consecutivos, del 7mo al 9no grado (edades de 13 a 15 años) (Dickson, Laursen, Valdes, & Stattin, 2019).
Los padres “burlones” usan expresiones degradantes o menospreciantes que humillan y frustran a sus hijos, sin ninguna provocación obvia por parte del niño o niña. Estos padres responden al compromiso del adolescente con críticas, sarcasmos, insultos y hostilidad, a la vez que dependen de la coerción emocional y física para obtener cumplimiento de su parte.
Este estudio sugiere que el comportamiento burlón es una forma única de crianza de los hijos que aumenta los riesgos de que los adolescentes adopten estrategias inapropiadas para el manejo de la ira que aumentan el riesgo de sufrir dificultades con sus compañeros.
Según los hallazgos, este tipo de crianza fomenta la ira desregulada en los adolescentes. La ira desregulada es indicativa de dificultades para regular las emociones, que generalmente resulta en emociones negativas, agresión verbal y física y hostilidad. Los aumentos en la ira desregulada, a su vez, colocan a los adolescentes en mayor riesgo de acoso escolar y victimización, y de convertirse en acosadores-víctimas (agresores que también son víctimas de otros acosadores). Este dato reviste particular importancia puesto que investigaciones anteriores indican que los acosadores-víctimas corren mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, problemas de comportamiento y pensamientos suicidas en comparación con quienes sólo son víctimas, o quienes sólo son acosadores, o quienes no son víctimas de acoso escolar ((Haynie et al., 2001), (Cook, Williams, Guerra, Kim, & Sadek, s. f.), (Lereya, Samara, & Wolke, 2013), (Yang & Salmivalli, 2013), (Schwartz, 2000), (Stevens, De Bourdeaudhuij, & Van Oost, 2002), (Veenstra et al., 2005)). La identificación de los orígenes específicamente relacionados con la familia del estatus de acosador-víctima puede ser un paso clave para limitar o prevenir esto. Los hallazgos se mantuvieron después de controlar las conductas de crianza implicadas en el ajuste de los niños, como el afecto, el control y el castigo físico.
Brett Laursen. Ph.D., coautor y profesor de psicología en la Facultad de Ciencias Charles E. Schmidt de la FAU, señaló la importancia del estudio fundado en que “proporciona una comprensión más completa de cómo las interacciones críticas y menospreciantes de los padres con los adolescentes frustran su capacidad para mantener relaciones positivas con sus pares”.
El Dr. Daniel J. Dickson del Departamento de Psicología de la Universidad de Concordia, y autor principal del estudio, resaltó que tanto los profesionales como los padres “deben estar informados de los costos potenciales a largo plazo de conductas de crianza que a veces parecen inofensivas, como la burla y el sarcasmo.”
Finalmente, sostuvo que es menester recordar a los padres la influencia que tienen en las emociones de sus hijos, y recomendó tomar las medidas necesarias para garantizar que los adolescentes no se sientan ridiculizados en el hogar.
Referencias del estudio:
Cook, C. R., Williams, K. R., Guerra, N. G., Kim, T. E., & Sadek, S. (s. f.). Predictors of bullying and victimization in childhood and adolescence: A meta-analytic investigation. School psychology quarterly: the official journal of the Division of School Psychology, American Psychological Association, 25(2), 65-83. https://doi.org/10.1037/a0020149
Dickson, D. J., Laursen, B., Valdes, O., & Stattin, H. (2019). Derisive Parenting Fosters Dysregulated Anger in Adolescent Children and Subsequent Difficulties with Peers. Journal of Youth and Adolescence. https://doi.org/10.1007/s10964-019-01040-z
Haynie, D. L., Nansel, T., Eitel, P., Crump, A. D., Saylor, K., Yu, K., & Simons-Morton, B. (2001). Bullies, Victims, and Bully/Victims:: Distinct Groups of At-Risk Youth. The Journal of early adolescence, 21(1), 29-49. https://doi.org/10.1177/0272431601021001002
Lereya, S. T., Samara, M., & Wolke, D. (2013). Parenting behavior and the risk of becoming a victim and a bully/victim: a meta-analysis study. Child Abuse & Neglect, 37(12), 1091-1108. https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2013.03.001
Schwartz, D. (2000). Subtypes of victims and aggressors in children’s peer groups. Journal of Abnormal Child Psychology, 28(2), 181-192. https://doi.org/10.1023/A:1005174831561
Stevens, V., De Bourdeaudhuij, I., & Van Oost, P. (2002). Relationship of the Family Environment to Children’s Involvement in Bully/Victim Problems at School. Journal of youth and adolescence, 31(6), 419-428. https://doi.org/10.1023/A:1020207003027
Veenstra, R., Lindenberg, S., Oldehinkel, A. J., De Winter, A. F., Verhulst, F. C., & Ormel, J. (2005). Bullying and victimization in elementary schools: a comparison of bullies, victims, bully/victims, and uninvolved preadolescents. Developmental Psychology, 41(4), 672-682. https://doi.org/10.1037/0012-1649.41.4.672
Yang, A., & Salmivalli, C. (2013). Different forms of bullying and victimization: Bully-victims versus bullies and victims. The European journal of developmental psychology, 10(6), 723-738. https://doi.org/10.1080/17405629.2013.793596
Fuente: Science Daily