Continuando con los artículos sobre análisis de conducta aplicado, hoy se presenta la definición de conducta y otros términos asociados, como clases de respuesta, respuesta topográfica, análisis funcional y repertorio conductual.
En ABA se considera conducta toda actividad de los organismos vivos. Es decir, todo lo que hacemos, cómo nos movemos pero también lo que decimos, pensamos y sentimos.
Sin embargo, si consideramos que la forma en que una disciplina define su objeto de estudio influye en la elección de métodos apropiados y posibles de medición, experimentación y análisis teórico usados, es necesaria una definición más precisa.
En general, la definición que se acepta como la más completa y precisa es la realizada por Johnston y Pennypacker: “La conducta es la porción de la interacción de un organismo con el ambiente, que involucra movimientos de alguna parte del organismo.”
Los ya nombrados autores dividen y explican cada parte de la definición de la siguiente manera:
- “(…) de un organismo”: Se enfatiza porque restringe el objeto de estudio a la actividad de organismos vivos. De esta manera, el “comportamiento de la bolsa de valores”, por ejemplo, queda fuera del uso científico del término ‘conducta’.
- “(…)la interacción de un organismo con su ambiente”: Con esta frase se evita implicar que la conducta es una posesión de los organismos, ya que resalta la necesidad de una interacción. La conducta solo sucede cuando hay una interacción del organismo con su alrededor (lo que incluye a su propio cuerpo). De esta manera, se considera que los estados independientes del organismo (hipotéticos o imaginados) no son eventos conductuales. Sentir hambre o estar nerviosa, por ejemplo, son frases que no especifican un agente ambiental con el que el organismo interactúe, por lo tanto no se pueden entender como conducta. Las frases utilizadas como ejemplo, son estados que suelen confundirse con el comportamiento que quieren explicar.
Sucede lo mismo con cambios independientes en el ambiente, una persona puede mojarse con la lluvia, pero “estar mojado” no es conducta porque no se especifica una interacción. Estar mojado implica cambios en el ambiente pero no necesariamente sugiere o requiere cambios en el organismo.
Este punto también excluye movimientos corporales producidos por fuerzas físicas independientes, como ser llevado por una ola en la playa (objetos sin vida pueden moverse de forma similar). - “(…) movimientos de alguna parte del organismo”: Para poder observarse, una respuesta tiene que tener un efecto en el ambiente (es decir sobre un observador o sobre un instrumento, que a su vez afecte a un observador). Esto es cierto tanto al contraer un pequeño grupo de músculos para hacer bolitas de papel como al utilizar diferentes músculos para mover la palanca de cambios de un auto manual. Sin embargo, la conducta también involucra los movimientos de partes del cuerpo que no pueden ser observadas por otros (dentro de la piel). Por ejemplo, cambiar la atención de un instrumento a otro al escuchar música.
Clases de respuesta
Muchas veces se utiliza la palabra “conducta” para hacer referencia a clases de respuesta que comparten determinada función (por ejemplo, la conducta de escribir).
La definición técnica de la palabra respuesta es “acción del efector de un organismo”. Un efector es un órgano situado al final de un nervio eferente que se especializa en alterar el ambiente mecánicamente, químicamente o en términos de cambios en la energía (Michael, 2008, citado en Cooper, Heron y Heward, 2019).
En los humanos los efectores incluyen:
- Músculos estriados (por ejemplo, biceps).
- Músculos blandos (por ejemplo, el estómago).
- Glándulas (por ejemplo, la glándula pituitaria).
Una clase de respuestas es un grupo de respuestas que tienen la misma función; es decir, cada respuesta que conforma el grupo, tiene el mismo efecto en el ambiente. Algunas pueden tener formas muy variadas (por ejemplo, pedir que hagas algo que me sorprenda), mientras que la variación topográfica de otras es muy limitada (por ejemplo, la firma de una persona).
Respuesta topográfica
La conducta también puede describirse por su forma (respuesta topográfica). Por ejemplo, los movimientos de las manos para lavárnoslas pueden ser descriptos por sus elementos topográficos.
Análisis funcional
Aunque utilizar descripciones topográficas a veces puede ser útil, en análisis de conducta se utiliza el análisis funcional de los efectos de la conducta en el ambiente.
Es de mayor utilidad ya que, como explicábamos antes, respuestas con diferentes topografías pueden tener la misma función. Pero también es más útil porque dos respuestas con igual topografía pueden ser conductas completamente diferentes dependiendo de las variables que las controlen. Por ejemplo, no será lo mismo ver las letras b-o-m-b-a en un cuento acompañadas de signos de admiración y leer en voz alta “¡bomba!”, que gritar “¡bomba!” estando dentro de un avión que está a punto de despegar.
Repertorio
Los analistas de conducta utilizan el término repertorio en al menos dos formas:
- Refiriéndose a todas las conductas que una persona puede hacer.
- Refiriéndose a la colección de conocimiento y habilidades relevantes para una tarea en particular (este último suele ser el uso más frecuente). Por ejemplo, repertorio de conductas que tiene un individuo para momentos recreativos.
Referencia: Cooper, J. O., Heron, T. E., & Heward, W. L. (2019). Applied Behavior Analysis (3rd Edition, Global edition). Pearson.