Dicen que los perros pueden a parecerse físicamente a sus dueños después de años de convivencia. Esto resulta sorprendente. Pero lo que parece aún más increíble es que nuestros organismos y los suyos puedan reaccionar de forma bastante semejante ante cierto tipo de estímulos, como por ejemplo el llanto de los bebés.
Cuando un humano escucha el llanto de un niño suele sentirse incómodo e inquieto, una respuesta que suele llevar asociada alguna conducta dirigida a comprobar qué le pasa al bebé, cogerlo en brazos, etc., además de un aumento de los niveles del cortisol (hormona del estrés). Algunos científicos han planteado que existe una especie de ‘contagio emocional’ que sería una forma primitiva deempatía. Diversos estudios con animales han planteado que este ‘contagio emocional’ también se observa en chimpancés, ratones e incluso palomas, y ahora un estudio reciente ha encontrado que este fenómeno también parece producirse en los perros domésticos.
El experimento ha sido realizado por Min Hooi Yong y Ted Ruffman del Departamento de Psicología de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda. En su trabajo evaluaron la reacción de 75 perros y 74 personas a tres tipos de estímulos auditivos: 1) el llanto de un niño; 2) elbalbuceo de un bebé; y 3) ruido ‘blanco’ generado por un ordenador. Los investigadores analizaron los niveles de cortisol antes e inmediatamente después de escuchar los sonidos, además de observar y registrar los comportamientos mostrados por ellos.
Los perros en particular se comportaron de una forma peculiar, combinando la respuesta de alerta con la de sumisión
Los resultados, recientemente publicados en Behavioral Processes (2014), mostraron que tras escuchar el llanto del bebé, tanto los humanos como los perros tuvieron un aumento en los niveles de la hormona cortisol. Además, los perros en particular se comportaron de una forma peculiar, combinando la respuesta de alerta con la de sumisión.
Según los autores, sus hallazgos suponen una evidencia clara de la existencia de una forma primitiva de empatía entre especies distintas, al demostrar una respuesta de ‘contagio emocional’ en los perros a partir del llanto de un humano. ¿Quién sabe? Quizá sea esta una de las características del perro que lo ha llevado a ser calificado como ‘el mejor amigo del hombre’ y podría también estar en la base de sus efectos anti-estrés. Parece claro que estos animales esconden mucho más de lo que vemos, y por todo lo bueno que nos dan, se merecen todo lo mejor.
Artículo previamente publicado en UnoBrain. Una plataforma online de neuro juegos que permiten mejorar el desempeño cerebral.