La mayoría de los psicólogos tienen poca formación para abordar la espiritualidad y la religión en la terapia, pero estos recursos pueden ser una fuente de fortaleza en tiempos difíciles.
Más de un 70% de los adultos dicen que la religión es importante en sus vidas y la mayoría de los consultantes quieren tener la oportunidad de hablar sobre religión o espiritualidad durante la terapia (Oxhandler, HK, et al., 2021) Pero cuando se encuesta sobre su experiencia, hasta el 80% de los psicólogos en ejercicio dicen que recibieron poca o ninguna capacitación para abordar cuestiones espirituales y religiosas durante la terapia (Vieten, et al., 2016).
“La mayoría de la gente en Estados Unidos considera que la religión es muy importante o algo importante en sus vidas. Esta es una parte fundamental de cómo las personas ven el mundo” dice la psicóloga Cassandra Vieten, PhD, profesora clínica de medicina familiar y directora del Centro de Atención Plena de la Universidad de California en San Diego, quien ha desarrollado una guía para mejorar la espiritualidad y la Competencias religiosas entre los terapeutas. “Pero en general, los clínicos no tienden a mencionar este tema a los consultantes”.
Los psicólogos dicen que es hora de que eso cambie y señalan formas convincentes en que las discusiones sobre la fe pueden mejorar los resultados terapéuticos. Numerosos estudios muestran que la participación religiosa o espiritual mejora la salud mental y puede ser útil para afrontar el trauma. Al centrar al paciente y sus creencias existentes, los psicólogos pueden ayudar a las personas a aprovechar sus recursos religiosos y espirituales como fuente de fortaleza durante tiempos difíciles (Oman y Sime, 2018).
Por otro lado, la religión puede causar daños que los pacientes tal vez necesiten abordar en la terapia, como abusos hacia la comunidad LGBTQ+ o un legado de opresión o colonización basado en la afiliación religiosa. Las personas de fe también enfrentan conflictos cotidianos y preguntas relacionadas con sus creencias y comunidades que quizás deseen explorar en un espacio sexual. Y así como la terapia brinda a los pacientes un espacio para explorar cómo abordan su trabajo, su salud y sus relaciones, también puede ofrecer oportunidades para responder preguntas más profundas sobre el significado de la vida y su lugar en el mundo.
“No sólo somos seres biológicos, sociales y psicológicos, sino también seres espirituales. Anhelamos conectarnos con algo más grande que nosotros mismos, algo sagrado”, refiere el profesor emérito de la Universidad Estatal de Bowling Green en Ohio, Dr. Kenneth Pargament quien ha liderado los esfuerzos para integrar la espiritualidad en la atención de la salud mental y ayudar a los pacientes a navegar su espiritualidad. “Los modelos conductuales tradicionales de la psicología a menudo no captan completamente lo que significa ser humano”.
Para empezar, muchos profesionales de la salud mental simplemente necesitan una formación más exhaustiva sobre cómo hacer espacio de forma ética y eficaz para la espiritualidad y la religión en la terapia. Eso debería incluir una exploración de sus propios prejuicios, dicen los expertos, como por qué pueden dudar en dialogar con los pacientes sobre temas espirituales y suposiciones o microagresiones que pueden cometer sin saberlo. También es hora de empezar a preguntar sobre religión y espiritualidad durante las entrevistas iniciales y buscar señales de que el paciente quiera explorar más a fondo.
Espiritualidad y religión son dos conceptos distintos pero superpuestos. Mientras que la religión implica prácticas y creencias organizadas o compartidas, la espiritualidad es el proceso de buscar algo sagrado. Eso puede involucrar un poder superior u otros aspectos de la vida (como las relaciones amorosas, la naturaleza o el trabajo) y puede ocurrir dentro o fuera de una tradición religiosa. Más de una cuarta parte de los adultos estadounidenses dicen que son espirituales pero no religiosos (More Americans Now Say They ´re Spiritual but Not Religion, Pew Research Center, 2017).
Thelma Bryant, Presidente de la APA, menciona que si una parte de la forma en que las personas se ven a sí mismas, encuentran significado, comprenden y abordan sus desafíos está relacionada con su fe, tradiciones y creencias, ignorarlo va en contra de nuestras pautas éticas.
¿Mezclando fe y ciencia?
La psicología, como campo, históricamente no ha estado particularmente interesada o amigable con las cuestiones religiosas y espirituales. Con el auge del psicoanálisis y el conductismo en el siglo XX, esa divergencia alcanzó su punto máximo.
Líderes como Freud y Skinner querían establecer la psicología como una ciencia y pensaban que la religión era en gran medida una forma de proteger a las personas de enfrentar la realidad. Esa orientación dio forma y sombra al campo durante muchos años (APA, 2023).
Las encuestas muestran que los psicólogos son considerablemente menos religiosos que el público en general (Shafranske & Cummings, 2013). Si además recibieron poca capacitación sobre el tema, pueden considerar poco profesional discutir asuntos espirituales con los pacientes.
La falta de atención a la religión no es sólo una oportunidad perdida. En algunos casos, los psicólogos causas o agravan el daño al descartar los intentos de los pacientes de discutir sus creencias
Otros pueden tener sus propias experiencias negativas con la religión o sentirse preocupados por discutir el tema con grupos que enfrentan daños enormes por parte de instituciones religiosas, como las personas que se identifican como LGBTIQ+.
La falta de atención a la religión no es sólo una oportunidad perdida. En algunos casos, los psicólogos causas o agravan el daño al descartar los intentos de los pacientes de discutir sus creencias; asumir que la religión de un paciente es racista, sexista o basada en la vergüenza, o patologizar a alguien como “hiper religioso” porque asiste a los servicios varias veces a la semana (Trusty, et al, 2022).
Las investigaciones también sugieren que los psicólogos pueden tener una visión distorsionada de su preparación para discutir religión y espiritualidad. Aunque la gran mayoría informa haber recibido poca o ninguna capacitación sobre cuestiones religiosas y espirituales, la mayoría todavía dice que son total o mayoritariamente competentes para manejarlas cuando surge (Vieten, et al., 2016).
Un grupo cada vez mayor de psicólogos está comenzando a incorporar en sus entrevistas información acerca de la religión. Así como preguntamos sobre la familia, el trabajo y las relaciones, deberíamos preguntar qué es lo que los pacientes consideran sagrado y dónde encuentran significado. Esa información ofrece una idea de su funcionamiento psicológico, pero también es un componente de su diversidad. Además, preguntar sobre el compromiso religioso o espiritual envía el mensaje a los pacientes de que es un tema bienvenido en la terapia. Algunos terapeutas pueden dudar incluso en iniciar la conversación, desafortunadamente, eso lleva a que los pacientes sientan que no es seguro o apropiado hablar sobre sus creencias religiosas, lo cual representa una gran pérdida.
Cómo incorporar eficazmente la espiritualidad y la religión
Para ayudar a los psicólogos a comenzar a entrelazar de manera efectiva y ética la espiritualidad y la religión en la práctica clínica, Vieten y Lukoff (2022) han desarrollado un conjunto de competencias espirituales y religiosas:
Preguntar habitualmente sobre antecedentes, creencias y prácticas espirituales y religiosas
Todo comienza con hacer las preguntas. Durante la admisión, se sugiere preguntar sobre la tradición religiosa del paciente mientras crecía ¿Cómo se expresaron las creencias y los valores? ¿Hasta qué punto ese trasfondo influye en tu forma de ver las cosas hoy? ¿Le gustaría integrar la espiritualidad y la religión en la atención clínica mientras trabajamos para alcanzar sus objetivos?
A medida que avanza la terapia, se sugiere encontrar oportunidades para aprender más sobre las prácticas y creencias religiosas del paciente, incluído cómo sus propias creencias pueden diferir de las de su comunidad. Es importante hacer preguntas tanto sobre las fortalezas como sobre los desafíos relacionados con la fe de una persona.
Sepa cómo la religión y la espiritualidad pueden moldear la identidad, la diversidad y la psicología
Los psicólogos deben iniciar esas conversaciones con una conceptualización básica tanto de la religión cómo de las principales tradiciones religiosas en relación con los roles y expectativas de género. También deben comprender la naturaleza multidimensional de la espiritualidad y la religión, que puede implicar creencias, prácticas, relaciones y experiencias que pueden diferir significativamente, incluso entre individuos de la misma tradición.
“Un psicólogo no tiene que ser un experto en todas las religiones del mundo, pero sí necesita comprender cómo funcionan las religiones y la espiritualidad en la vida de una persona”.
Más allá del conocimiento fundamental, abordar las conversaciones con humildad cultural y una apertura saludable, cuando sea apropiado y beneficioso para un paciente, puede demostrar que incluso si un practicante no comparte la misma fe, siente genuina curiosidad y se siente cómodo hablando de ello. Eso significa tener la voluntad de decir “no entiendo, pero estoy dispuesto a aprender”.
Practique siendo consciente de sus propios antecedentes y creencias espirituales y religiosas, incluidos los prejuicios
Así como los terapeutas tienen prejuicios en torno a la raza, el género, la sexualidad, la edad, la cultura y otras características, también tienen prejuicios en torno a la religión y la espiritualidad. Aunque tengamos la misma fe que nuestro paciente, él podría tener una comprensión diferente de esa fe, sistema de creencias y visión del mundo.
Investigar esas suposiciones y reacciones, y luego volver a centrarse en la experiencia vivida por el paciente, es una parte clave para volverse competentes y tener confianza como profesionales culturalmente humildes.
Comprender que la espiritualidad y la religión pueden aportar fortalezas para apoyar el tratamiento
Las creencias y prácticas religiosas y espirituales pueden ser un recurso poderoso para los pacientes que enfrentan desafíos, incluídas experiencias traumáticas.
“Una de las cosas importantes que hacen los psicólogos es ayudar a las personas a recuperar el equilibrio cuando surgen problemas y aprovechar los recursos que las han sostenido en el pasado. Eso aplica tanto a los recursos espirituales como a los físicos, psicológicos y sociales”.
Sé consciente de las luchas espirituales que podrían influir en la fe de los pacientes
Cuando los pacientes experimentan desafíos relacionados con su espiritualidad o religión, los profesionales pueden brindarles apoyo fomentando la discusión y la reflexión, así como ayudando a los pacientes a encontrar formas de utilizar esas luchas como trampolín hacia el crecimiento. Por ejemplo, un paciente puede sentir enojo por haber sido castigado por Dios, preocupado por ser atormentado por espíritus malignos, culpable por no cumplir con las normas morales o preocupado por la vida realmente no importa.
Los pacientes LGBTIQ+ también experimentan menos beneficios de la religión que la población general, según un metaanálisis dirigido por Lefevor (2021). Pero la religión también puede proporcionar a estos individuos significado, valores y comunidad, tal como lo hace para otras personas de fe. El autor creó el modelo de resiliencia y estrés religioso/ espiritual para ayudar a los proveedores a comprender y explorar la variedad de daños, beneficios y preguntas que los pacientes LGBTIQ+ pueden enfrentar con la religión y la espiritualidad (Lefevor, 2023).