El reporte Hoffman es un documento de investigación de 524 páginas publicado recientemente, en el mismo se comprueba la participación de psicólogos de la APA (Asociación Americana de Psicología) en las torturas realizadas por la CIA para interrogar a sospechosos de los atentados del 11 de septiembre (Puedes descargarlo completo aquí).
implicación directa en la elaboración de las “técnicas de interrogación acentuadas”, algo que ahora, se cataloga como tortura
El reporte concluyó que hubo una asociación entre los directivos de la CIA y psicólogos de la APA. Entre ellos está involucrado el director de ética, quién según el reporte, estuvo ahí para priorizar la protección de los psicólogos, incluyendo aquellos que podrían haber participado en acciones poco éticas y dos ex-presidentes de la APA. Según el informe, Joseph Matarazzo, uno de los ex-presidentes, dijo en una de las reuniones que la deprivación del sueño no constituía una forma de tortura.
El escandalo explotó y la APA se vio obligada a publicar un comunicado (completo aquí) para pedir disculpas por la implicación de la institución en la justificación de las torturas que realizó la CIA bajo el gobierno de Bush, e incluso en algunos casos, su implicación directa en la elaboración de las “técnicas de interrogación acentuadas”, algo que ahora se cataloga como tortura, y en las cuales asistían psicólogos para cerciorar la seguridad de los presos torturados:
“Pedimos perdón por los descubrimientos profundamente perturbadores y fallos organizativos detallados en la revisión independiente de la relación entre varias actividades de la APA y las políticas sobre técnicas de interrogación de la Administración Bush. Hemos iniciado diversas políticas y acciones para corregirlos y estamos comprometidos en aprender de estos errores. Haremos lo que este en nuestra mano para fortalecer nuestra organización en el futuro y demostrar nuestro compromiso con la ética y los derechos humanos.”
Los psicólogos, Dr. Steven Reisner, Nathaniel Raymond y Stephen Soldz todos ellos importantes miembros de instituciones de deontología y derechos humanos han realizado el informe donde se evidencia esta relación, y todo esto a pesar de que la portavoz de la APA, Rhea Farbeman, negara la participación de la más importante institución de psicología en el programa de torturas. “Nunca hubo ninguna coordinación entre la APA y el gobierno de Bush sobre cómo la APA respondió a las controversias sobre el rol de psicólogos en el programa de interrogaciones”, fue una de las declaraciones que, junto con el comunicado de ayer, parece que no eran ciertas.
uno de los ex-presidentes, dijo en una de las reuniones que la deprivación del sueño no constituía una forma de tortura
Si todo esto es cierto, simplemente quisiera expresar mi repudio como psicólogo. Nuestra disciplina surge con la intención de aumentar el conocimiento de la mente y la conducta humana en pro del beneficio de la humanidad, y ramas muy importantes de nuestra disciplina, como la psicología clínica o de la salud, surgen con la finalidad específica de ayudar a la felicidad y el bienestar de las personas. Es totalmente deplorable que las instituciones psicológicas participen en este tipo de actividades.
Entre la polémica del último DSM y esto, deberíamos exigir como colectivo una buena limpieza a fondo de la APA, porque siendo como son, la institución más relevante de la psicología a nivel mundial, no tienen el derecho de empeñar el buen nombre de un colectivo que, a pesar de las posibles y lógicas críticas y aspectos a mejorar, se dedica a tratar de mejorar la calidad de vida humana en muy distintas áreas.
Fuentes: APA y The New York Times
Artículo de Ventura del Charco Olea con colaboración de David Aparicio