La Asociación Británica de Consejería y Psicoterapia (British Association for Counselling and Psychotherapy) ha declarado que es antiético cualquier tipo de intento para “convertir” a las personas gays en personas hetersexuales. Este cambio en su política se debe a una gran demanda de diversos grupos de derechos humanos debido a que algunos psicólogos estaban ofreciendo este tipo de terapias.
Se creía que la mayoría de los psicólogos en Inglaterra había reconocido que cualquier tipo de terapia de “conversión” estaba ampliamente desacreditado. Sin embargo, un estudio realizado en el año 2009 con 1.300 terapeutas, psicoanalistas y psiquiatras encontró que más de 200 profesionales de la salud mental del Reino Unido había intentado cambiar la orientación sexual de al menos un paciente y 55 dijeron que seguía ofreciendo este tipo de terapia
Esta declaración ocurrió luego de que un reconocida psicoterapeuta evangélico, Lesley Pilkington, fuese borrada como miembro de la BACP luego de ofrecer terapia de conversión a un periodista encubierto.
Philip Hodson, psicoterapueta y vocal de BACP, dijo que previamente se presuponía que habían lineamientos generales sobre la igualdad y el actuar en el mejor interés del cliente, los cuales impedirían que los miembros ofrecieran este tipo de tratamiento. Por eso se crearon reglas más estrictas luego del caso Pilkington.
En su carta enviada a sus 30 mil miembros, la BACP se “opone a cualquier tratamiento psicológico como terapias ‘reparativas’ o de ‘conversión’ que están basadas en la suposición de que la homosexualidad es un trastorno mental o basadas en la premisa que el cliente/paciente debe cambiar su sexualidad.”
La declaración termina diciendo:
“La BACP cree que favorecer la inclusión social y las actitudes sin prejuicios hacia las personas que se identifican en la diversidad de la sexualidad humana tendrá consecuencias positivas para las personas, así como para la sociedad en su conjunto. No hay ninguna razón científica, racional o ética de tratar a las personas que se identifican dentro de un rango de la sexualidad humana de forma diferente a los que se identifican exclusivamente como heterosexuales.”
Esta medida es congruente con la política de la OMS que sostiene que este tipo de terapia puede causar graves daños a la salud mental y física de una persona.
Fuente: Guardian.co.uk