Los problemas o Trastornos de la Conducta Alimentaria, también conocidos como TCA, por sus siglas, son un grave problema para la salud tanto física como mental, que afecta a una gran parte de la población, siendo especialmente vulnerables los adolescentes.
Su aparición no se debe exclusivamente a una causa en particular, sino que responde a múltiples causas que incluyen todos los ámbitos del ser humano como ente biopsicosocial que es.
Resulta alarmante que el número de casos de personas con TCA haya aumentado considerablemente en los últimos años. Esto hace necesario el contar con herramientas de evaluación eficaces que permitan hacer un diagnóstico confiable lo más temprano posible.
Pero, ¿cuáles son las pruebas diagnósticas que más se utilizan? Analizamos las expuestas en el documento de Losada y Marmo (2013) y en el libro de Cohen & Swerdlik (2002), “Pruebas y evaluación psicológicas”.
Pruebas para evaluar los TCA
El primer tipo de evaluación que se realiza para determinar la existencia de problemas de la conducta alimentaria es una exploración física que debe ser llevada a cabo por un médico. El mismo realizará un chequeo general del estado de salud de la persona para evaluar su estado.
Aunado a esto, realizará la evaluación del índice de Masa Corporal (IMC), un instrumento antropométrico basado en estándares determinados según el peso y la estatura de la persona, que permite evaluar la cantidad de grasa corporal que tiene el evaluado.
Entrevistas clínicas
Una de las pruebas más importantes al momento de realizar cualquier evaluación son las entrevistas clínicas. En este sentido, las entrevistas de tipo estructuradas ofrecen grandes ventajas al momento de evaluar a las personas para determinar si existe o no un problema de conducta alimentaria.
Entre las entrevistas estructuradas de mayor uso para evaluar estos trastornos se encuentran:
- Entrevista de Desórdenes del Comer (EDI), que determina la existencia de TAC en la población en general.
- Entrevista para el Diagnóstico de Trastorno Alimentario (IDED), que aborda trastornos como la anorexia nerviosa, la obesidad, sobreingesta compulsiva y la bulimia nerviosa.
- Examen de Desórdenes del Comer (EDE), que con sus 62 ítems permite evaluar la existencia de TAC.
- Instrumento Clínico que tasa el Desorden de Comer (CEDRI), que evalúa la existencia de sintomatología asociada a la Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa.
- Lista de Evaluación de Resultado Morgan Russell (MR AS), que evalúa la existencia de anorexia nerviosa.
Cuestionarios autoaplicados
Otro tipo de instrumento que se utiliza frecuentemente para evaluar los problemas de conducta alimentaria son los cuestionarios autoaplicados.
Y es que se trata de herramientas de fácil uso, que puede ayudar a los especialistas a obtener mucha información valiosa que permita hacer un diagnóstico y evaluar el tratamiento más adecuado para la persona.
Entre los cuestionarios más utilizados se encuentran:
- Cuestionario Auto informado de Desorden (EDE-Q), que evalúa anorexia y bulimia nerviosa.
- Cuestionario de Actitudes hacia la Comida (EAT). En él se evalúan las inquietudes y síntomas de la persona ante la comida.
- Cuestionario de Bulimia Revisado (BULIT R), que evalúa bulimia nerviosa, preocupaciones y síntomas relacionados.
- Cuestionario de Comer y Modelo de Peso Revisado (QEWP-R), que identifica el trastorno por atracones y la bulimia.
- Cuestionario de Diagnóstico de Trastornos de la Conducta Alimentaria (QEDD). Permite una evaluación general de los trastornos relacionados con la conducta alimentaria.
- Cuestionario de Tres Factores de la Alimentación (TFEQ). Evalúa la restricción de alimentos, el límite de ingestión calórica y la susceptibilidad al hambre.
- Cuestionario SCOFF, que significa Enfermo, Control, Un, Grasa, Alimento, por las siglas en inglés de: Sick, Control, One, Fat, Food.
- Inventario de Desórdenes Alimentarios (EDI). Valora la existencia de anorexia y bulimia nerviosas a partir de las conductas y los pensamientos.
- Test Edimburgo de Investigación de Bulimia (BITE); evalúa síntomas asociados a la bulimia nerviosa.
Autoevaluación corporal
Otro método para evaluar la existencia de problemas de conducta alimentaria, que también se usa frecuentemente, es la autoevaluación corporal, la cual permite comprender cómo la persona se autopercibe y si esto se corresponde o no con la realidad. Entre los métodos más utilizados aquí se encuentran:
Cuestionario de la Forma Corporal (BSQ)
Desarrollado por Cooper, Taylor y Cooper & Fairburn en el año 1987, este instrumento evalúa la imagen corporal, la preocupación e insatisfacción por su apariencia física, el temor a subir de peso, la evitación de situaciones en las que la persona se siente expuesta, así como las intenciones de bajar de peso.
Examen del Trastorno Dismórfico (BDDE)
Elaborado por Rosen y Reiter en el año 1996, se trata de un test diseñado para evaluar el Trastorno Dismórfico Corporal, que sigue los parámetros (criterios diagnósticos) establecidos por la Asociación Americana de Psiquiatría en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV-TR (2000).
Test de Siluetas (TS)
Creado por Thompson y Gray en el año 1995, este test consta de imágenes de siluetas de cuerpos humanos masculinos y femeninos con un puntaje cada uno, siendo el 1 la más delgada hasta el 9. En el test la persona evaluada debe identificar el tipo de silueta que según ella se le parece.
Si crees que puedes estar padeciendo algún trastorno de la conducta alimentaria o conoces a alguien que podría estarlo, no dudes en solicitar ayuda profesional de los especialistas en salud mental.
El diagnóstico e intervención temprana de los TAC puede marcar la diferencia en cuanto a su afectación en la salud tanto física como mental y emocional. ¡Está bien pedir ayuda! Te la mereces.
Referencias:
- American Psychiatric Association, APA (2000). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Text Revision. DSM-IV-TR (Vol. 4). Washington DC: APA
- Cohen, R.J. & Swerdlik, M.E. (2002). Pruebas y evaluación psicológicas. McGraw-Hill: Madrid.
- Losada, A. y Marmo, J. (2013). Herramientas de Evaluación En Trastornos de La Conducta Alimentaria. Madrid: Editorial Académica Española.