El insomnio, como trastorno del sueño, se caracteriza por tener la persona problemas en la cantidad o calidad del sueño, junto con otros síntomas como la dificultad para quedarse dormido o despertarse con frecuencia. El sueño es de vital importancia pues cumple múltiples funciones en cuanto a la salud física y mental, por lo que los trastornos en este aspecto pueden ser muy debilitantes, y pueden traer aparejado un aumento de la irritabilidad durante el día, atención y concentración reducidas o deficientes, grandes probabilidades de que ocurran accidentes, entre otras cosas.
Un nuevo estudio sugiere que existiría un vínculo entre los problemas para conciliar el sueño y la capacidad de una persona para soltar la angustia emocional (Wassing, Schalkwijk, et al., 2019).
Un equipo de investigadores del Instituto de Neurociencia de los Países Bajos pidió a los participantes que revivieran episodios embarazosos de hace décadas mientras se encontraban en un escáner de resonancia magnética. Los escaneos mostraron que los que dormían bien habían neutralizado esos recuerdos, pero las personas que sufrían de insomnio no lo habían hecho. La neutralización, en este caso, significa que la memoria es comparable en respuesta a un estímulo neutral. Un estímulo neutral es un estímulo que inicialmente no produce una respuesta específica que no sea centrar la atención. En el condicionamiento clásico, cuando se usa junto con un estímulo no condicionado, el estímulo neutral se convierte en un estímulo condicionado.
La importancia de este hallazgo radica en que la dificultad a largo plazo para lidiar con las emociones negativas juega un papel crucial en los problemas para dormir. Y dado que el insomnio es un factor de riesgo primario en los trastornos del estado de ánimo, la ansiedad y el TEPT, comprender su causa podría ayudar a muchas personas. Los autores sugieren que el insomnio podría estar asociado con las áreas del cerebro que regulan las emociones.
Según estos hallazgos, solo los que duermen bien se benefician con las funciones del sueño cuando se trata de eliminar la tensión emocional. El proceso no funciona bien en personas con insomnio, quienes incluso pueden terminar sintiéndose peor luego de tener noches inquietas.
El equipo también realizó otro estudio que conecta el sueño y la capacidad de los participantes para neutralizar recuerdos embarazosos. Los investigadores pidieron a 64 personas que cantaran una canción al estilo karaoke mientras usaban auriculares especiales que les imposibilitaba escuchar su propia voz y encontrar en el tono correcto. Luego se les hizo escuchar la grabación y revelar sus sentimientos al respecto. Esto se repitió cuatro veces durante tres días consecutivos.
Las personas que tuvieron una buena noche de sueño sintieron menos vergüenza por la grabación que las que sufrían de insomnio, cuyos sentimientos empeoraron con el tiempo (Wassing, Benjamins, Talamini, Schalkwijk, & Van Someren, 2019). Esto refuerza la evidencia del vínculo entre el insomnio y los sentimientos molestos.
En cuanto a las limitaciones del estudio, las tuvo en cuanto a género, acceso al historial de sueño, así como el hecho de que la vergüenza por las experiencias nuevas y revividas no provienen de la misma área del cerebro. Una limitación adicional es que los participantes provenían del Registro de Sueño de Países Bajos y no son una muestra aleatoria de la población general.
Referencias de los estudios:
Wassing, R., Benjamins, J. S., Talamini, L. M., Schalkwijk, F., & Van Someren, E. J. W. (2019). Overnight worsening of emotional distress indicates maladaptive sleep in insomnia. Sleep, 42(4). https://doi.org/10.1093/sleep/zsy268
Wassing, R., Schalkwijk, F., Lakbila-Kamal, O., Ramautar, J. R., Stoffers, D., Mutsaerts, H. J. M. M., … Van Someren, E. J. W. (2019). Haunted by the past: old emotions remain salient in insomnia disorder. Brain: A Journal of Neurology, 142(6), 1783-1796. https://doi.org/10.1093/brain/awz089
Fuente: IFL Science