Una de las teorías pertenecientes al condicionamiento operante que, a día de hoy sigue teniendo gran influencia en la modificación de la conducta, es el principio de Premack. Este principio se basa en la vinculación de estímulos para que se refuercen de manera positiva, y lo conoceremos con mayor profundidad a lo largo del artículo.
También se le conoce con el nombre de principio de probabilidad diferencial, y suele ser utilizado para reforzar las conductas deseables al mismo tiempo que reduce las conductas disruptivas, siendo un recurso ampliamente utilizado en las aulas y a la hora de trabajar diferentes estilos de crianza.
¿Qué es el principio de Premack?
Según un artículo de Klatt & Morris (2001), el principio de Premack consiste en una teoría que postula que las conductas menos probables, es decir, aquellas que suceden con poca frecuencia, se pueden reforzar a través de un estímulo que ocurre con mayor frecuencia y que, además, es de agrado para el niño (o de la persona en cuestión).
Esta teoría fue propuesta por David Premack, un reconocido psicólogo estadounidense, posterior a sus investigaciones en colaboración con su esposa, la también investigadora Ann James Premack. Juntos realizaron experimentos con monos entre los años 1954 y 1959.
A través de sus observaciones llegaron a la conclusión de que cualquier respuesta conductual puede reforzar a una segunda, siempre y cuando la primera se presente de manera más frecuente que la segunda. Este fenómeno no se daría de manera inversa.
¿Cómo funciona el principio de Premack?
El principio de Premack, según Domjan en su libro Principios de aprendizaje y conducta (2004), indica que en presencia de dos opciones, los niños siempre tendrán una inclinación natural a escoger la que más le gusta. Pero es justamente esto lo que puede ayudar a potenciar otra conducta que sea para él de menor interés.
“Dadas dos respuestas en un procedimiento de condicionamiento operante, la respuesta más probable reforzará a la conducta menos probable; la respuesta menos probable no reforzará a la conducta más probable”, David Premack.
Entonces, la elección que los niños hacen se toma como reforzante de la conducta que se desea potenciar. Todo esto fue logrado por Premack a través de la observación en situaciones experimentales con niños a los que se les presentaban dos opciones a escoger.
¿Cómo aplicar el principio Premack?
La aplicación de este principio requiere del conocimiento de qué tipo de actividades disfruta el niño para ser utilizadas posteriormente como reforzadores de las otras conductas.
En este sentido, se presentan dos opciones para que el niño escoja, siendo una de ella alguna que sabemos que es de su agrado y la que queremos potenciar. Por ejemplo, si al niño le gusta mucho jugar al fútbol pero no le gusta leer y queremos cambiar esto último, esas son las actividades a las que le aplicaremos el principio de Premack.
Entonces, se le presenta al niño la posibilidad de aumentar el tiempo establecido para que juegue futbol, siempre y cuando aumente el tiempo que le dedica a la lectura. De esta manera, su interés y agrado por la primera actividad le servirá de incentivo para aumentar el tiempo de lectura.
Aspectos a tener en consideración
La aplicación del principio de Premack se debe hacer en función de los gustos e intereses particulares de cada niño, por lo que su aplicación suele ser individual. Sin embargo, esto no es un determinante, pues se ha demostrado con éxito que se puede aplicar en conjunto en situaciones de aula de clases.
Es preciso conocer cuáles son las actividades de alta frecuencia que los niños disfrutan para con base a estas poder trabajar las conductas que se desean potenciar.
Este principio se puede aplicar con éxito en niños a partir de los 7 años en adelante, y debemos tener en cuenta que en casa también juega un papel fundamental la conducta de los padres.
Por ejemplo, si queremos reducir el tiempo de uso de equipos electrónicos por parte de los niños, pero como padres estamos pegados al teléfono no se lograrán resultados positivos. Recuerda que los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice; ¡eduquemos con el ejemplo!
¿Funciona en clases el principio de Premack?
La respuesta es: sí. Este principio ha demostrado gran efectividad en las aulas de clases para mejorar las conductas basándose en actividades agradables para los niños. Si bien puede ser un poco más complejo que de manera individual, no resulta imposible.
Basta con determinar alguna actividad o refuerzo agradable para los niños en general, como por ejemplo: tener más tiempo libre, lograr un aumento en sus notas, algún paseo escolar, etc., y utilizarlo como reforzador para mejorar la conducta o el desempeño escolar.
Y tú, ¿conocías el principio de Premack? ¿Lo has aplicado con tus niños, o con tus alumnos? Crees que, incluso, para ti mismo, ¿ha resultado efectivo en alguna ocasión? ¡Te animamos a ponerlo en práctica y a probar su efectividad!
Conocer las leyes del aprendizaje nos puede resultar útil para entender cómo funciona la conducta humana, y la mente, y también para trabajar en contextos clínicos y educativos y así lograr cambios positivos en las personas, ya sea en niños, adolescentes o adultos (adaptando siempre nuestra técnica a aplicar).
Referencias:
- Domjan, M. (2004). Principios de aprendizaje y conducta. Madrid: Thomson. pp. 237-240.
- Klatt, K. y Morris, E. (2001). The premack principle, response deprivation, and establishing operations, 24(2), 173-180.