Marcelo Cetkovich, director médico de INECO, escribió para el diario La Nación, un artículo que ayuda a contextualizar la conducta de la población joven durante la pandemia:
En este contexto vemos que se demoniza a los jóvenes y sus encuentros masivos. Antes de levantar el dedo acusador, tenemos que tener presente que estudios científicos serios sobre los efectos psicológicos de la pandemia mostraron con claridad que los jóvenes fueron los más afectados, con los más elevados niveles de ansiedad y depresión.
Estas dos circunstancias, por sí mismas, interfieren con la atención y la función ejecutiva, que definimos como la toma de decisiones en un contexto cambiante. Por otro lado, la necesidad de agruparse y pertenecer es un elemento conductual distintivo de la adolescencia, que fue menoscabado en forma flagrante por la pandemia.
Un estudio de los Países Bajos publicado en las últimas horas, demostró que jóvenes estudiantes tuvieron durante la cuarentena, dificultades para llevar a cabo estrategias de regulación emocional, como por ejemplo, hacer ejercicio cuando uno se siente abatido. Esta dificultad, se expresó en mayor incidencia de síntomas de depresión. No queremos justificar el descuido, pero sí es importante contextualizar.