Ximena Golberg para El País:
El impacto de la violencia contra las mujeres en la salud mental es abrumador. El estudio Violencia de género contra las mujeres: una encuesta a escala de la Unión Europea reportó que 32% de las mujeres supervivientes de violencia física presentaban ansiedad y 20% depresión, y que estos porcentajes aumentaban en las mujeres supervivientes de violencia sexual: 45% y 35% respectivamente. La encuesta nacional sobre violencia por pareja íntima realizada en Estados Unidos y publicada en 2018 demostró que más del 50% de las supervivientes presentaban trastorno por estrés postraumático.
La violencia contra las mujeres incrementa por tres el riesgo de tener pensamientos y conductas suicidas entre las supervivientes. Ahora bien, la relación entre violencia y salud mental requiere una reflexión más detallada que la que guía la empatía. No se trata de una relación que podemos explicar solo por el sentido común. De hecho, de hacerlo así, corremos el riesgo de trivializar el problema y, como consecuencia, sus soluciones. La propuesta que más frecuentemente escuchan las víctimas es “déjalo”, como si de un problema personal se tratase.
El punto clave para comprender la relación entre violencia contra la mujer y problemas de la salud mental es la reflexión sobre el contexto en que en la mayoría de casos se produce la violencia: una relación íntima. Las relaciones de pareja con características violentas duran una media de 10 años; durante este tiempo los actos violentos se van presentando de manera insidiosa y se repiten en ciclos. Las violencias son múltiples (física y sexual, pero también psicológica, vicaria, de control…) y se superponen, y el miedo progresivamente pasa a ser la emoción más prevalente.