Anna Gibbs para The New York Times:
En parte, simplemente porque mantener la higiene —como lavarse los dientes y las manos— requiere energía, y un síntoma común de la depresión es la fatiga.
Por eso, aunque quieras ducharte, es posible que no tengas energía para hacerlo, explicó Christine Judd, psicoterapeuta y trabajadora social de salud mental en Australia.
Pero ducharse supone un reto especial. Según Patrick Bigaouette, psiquiatra de la Clínica Mayo, la depresión puede mermar la capacidad de resolver problemas, tomar decisiones y fijarse objetivos. Eso puede dificultar muchas tareas, pero sobre todo las que tienen varios pasos.
“Si lo desglosamos, en realidad son muchos los pasos que hay que dar para ducharse”, dijo Bigaouette. Una sola ducha puede incluir desvestirse, abrir el grifo, enjabonarse, lavarse el pelo, afeitarse, enjuagarse, secarse y elegir qué ponerse.
El artículo es excelente porque detalla cómo una conducta aparentemente “sencilla” puede resultar sumamente compleja y desafiante para alguien que enfrenta un episodio depresivo. Además, introduce los principios de la activación conductual para desglosar una conducta en pasos más pequeños y manejables, facilitando su ejecución.