La psicóloga y sexóloga Sara Belén explica con mucha elocuencia por qué funciona el contacto cero:
En una ruptura, el estímulo en cuestión es tu ex y todo lo relacionado con ella. Los estímulos menos difíciles son, por ejemplo, algunos recuerdos de la relación o levantarte por primera vez sin sus buenos días. Es más fácil exponerse al sentimiento de pérdida de estos que a estímulos más difíciles, como el contacto directo con tu ex. Mantener contacto cero con tu ex hace que puedas asimilar pérdidas de la ruptura haciéndolo lo más progresivo posible y, por lo tanto, con más probabilidad de ser efectivo.
Del mismo modo, si no entras en contacto con el sentimiento pérdida, no te expones a él. Seguir en contacto con nuestra ex pareja tras una ruptura no superada hace que el sufrimiento se prolongue sin beneficio a largo plazo, postergando y alargando el duelo.