Estupendo artículo en The New York Times:
“No creo que la gente esté consciente de lo mucho que se distrae y de lo mucho que cambia su conciencia del entorno mientras camina y usa el teléfono”, mencionó Wayne Giang, profesor adjunto de Ingeniería de la Universidad de Florida, quien ha estudiado la relación entre el uso del teléfono y las lesiones al caminar.
De hecho, nuestros dispositivos pueden ocasionar lo que algunos expertos llaman “ceguera por falta de atención”. Un estudio reveló que los participantes tenían la mitad de probabilidades de fijarse en un payaso en monociclo, una provocación atrevida, mientras caminaban y hablaban por teléfono.
Pero tener esa pantalla en la mano no solo desvía tu atención, también cambia tu estado de ánimo, tu manera de caminar y tu postura, además de que dificulta tu capacidad para llegar a tu destino sin meterte en problemas.
Estos cambios entorpecen el tráfico en las aceras y, si caminar constituye una gran parte de tu actividad física diaria, pasear con un teléfono puede tener repercusiones en tu aptitud física, señaló Elroy Aguiar, profesor adjunto de Ciencias del Ejercicio en la Universidad de Alabama.
Mirar hacia abajo a un teléfono inteligente mientras caminas, en vez de mantenerte erguido, también puede aumentar la carga, o fuerza, que ejerces sobre los músculos del cuello y la parte superior de la espalda, lo que contribuye a los síntomas del “síndrome de cuello de texto”. Por otro lado, una investigación publicada en la revista Gait & Posture indica que todo esto podría reducir el equilibrio y aumentar el riesgo de tropiezos o caídas.